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[Menudo maratón, ¿eh?]

Jungkook se despertó con el sonido de whisky cayendo en un vaso.

–Dios mio, Yoongi, ¿qué hora es?

–Las siete y media.

–Damasiado pronto para estar bebiendo.

–¿Pero qué dices? Es el momento perfecto para un copazo mañanero.

–Vas a llegar al trabajo tambaleándote –comentó, levantándose. Empezó a recoger su ropa del suelo y a ponérsela.

–Todo eso huele a tigre.¿Cuántos días llevas con la misma ropa?

–Un par.

–¿Cuántos?

–Como tres o cuatro.

–¿Y eres capaz de aguantar eso? –Yoongi se había acercado. Estaba completamente vestido, con su vaso de whisky a la mitad. Le rodeó la cintura con un brazo y se acercó para besarle. Jungkook se alejó rápidamente –. ¿Qué pasa? ¿No quieres? Anoche te encantaba.

–No le des la vuelta a las cosas –dijo Jungkook, despacio –. Recuerda, lo nuestro no es así. Es un favor que tú me haces a mí y un favor que yo te hago a ti. Un orgasmo a cambio de otro orgasmo. Solo eso. Así dijimos que sería cuando empezamos, y así se va a quedar. No soy tu novio, no voy a dejarte marcarme aunque insistas en que eres mi pareja destinada y no voy a besarte si no vamos a follar. Así que no le des la vuelta a las cosas, Yoongi.

–Menudo aburrido –suspiró Yoongi, dándole un trago a su whisky –. Esperaba que a estas alturas ya hubieses sucumbido a mis encantos. Yo, desde luego, he sucumbido a los tuyos.

–Pues des-sucumbe –le espetó Jungkook, metiendo los pies en sus crocs. Abrió la puerta de la habitación y salió, sin querer hablar más con Yoongi. Este sonrió. Podía ver tan bien a través de Jungkook que prácticamente no necesitaba hablar con él. Jungkook podía intentar mentir a Dios, pero no podía aspirar a mentir a Yoongi. Cierto era que no estaba enamorado, pero ni mucho menos veía a Yoongi como un follamigo. Yoongi rió, dándole otro trago a su vaso. Namjoon tampoco podía mentirle. Yoongi sabía cuando tirar y cuando dejar de tirar para que la expresión de Namjoon le dijera todo. Era muy divertido verle creerse sus propias mentiras. Como si Jimin hubiese sido en algún momento solo un juguete para él. Yoongi leía a la gente como si fuesen libros. Nunca nadie le había colado una mentira. Y, aún así, Jungkook se empeñaba en rechazarle una y otra vez. Bueno, por él no pasaba nada. Quería ver hasta dónde podía llegar.


–¿Crees que soy imbécil o qué? –preguntó Tae, cortándole el paso a Yoongi.

–Sí, lo creo firmemente –contestó él, intentando esquivarlo.

–Llevas la misma ropa que ayer, y Jungkook también. Entre eso y lo muy ardientemente que le defendiste el otro día, ¿creías que no me iba a dar cuenta de lo que pasa entre vosotros dos?

–¿De qué coño estás hablando? –le preguntó Yoongi, molesto –. ¿No crees que te estás poniendo un poco celoso de más con Jungkook? Te estás sacando cosas de la manga, ¿tanto te gusta ese chico? Si es de lo más normalito...

–No es que me guste, idiota. No soy tonto. Llevo nueve siglos intentando llevarme a ese bastardo a la cama...

–¿Y estás seguro de que no te gusta? ¡Ah, no, ya sé lo que pasa! Nunca te has follado a un chico omega y te da curiosidad.

–¡No, idiota, no es eso! ¡Ese hijo de puta es...!

–Créeme, no tengo intención ninguna de liarme con ese mocoso maloliente –le cortó Yoongi –. Aunque, he de decir, eres un poco patético. ¿No te has parado a pensar que eres un poco malo ligando? Porque, si yo quisiese, podría haberme llevado al mocoso a la cama en menos que canta un gallo.

This is mafia, sweetheart [Jimin x Namjoon] (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora