Winter Jones, un nuevo invierno

Invierno, churros y suegras

—¡Winter cariño! —exclamó feliz.

La mujer tan hermosa como siempre llegó hasta mi para abrazarme y besar mi mejilla.

—Qué bueno verte de nuevo, ya te extrañaba dulzura —sonrió presionando mi mejilla— ¿Cómo estás cariño? Tu mamá me contó lo de tu cirugía.

—Estoy mejor gracias, y gracias por los churros —sonreí.

—Ni lo digas, si mi hijo me pide churros para su hombre con gusto se los hago —me abrazó de nuevo.

Mire a Sant confundido, el solo me miró esperando no dijera nada más.

—Tengo más en la cocina por si quieres —ofreció.

—Claro que si —acepte, siempre gordo nunca ingordo.

—Te los calentaré, por cierto quien es el niño que está jugando con Titus ¿Es Charms? —preguntó confundida.

No pude no reírme, el chico nos vió para acercarse.

—Mamá él es Balder compañero de clase, venimos hacer tarea —explicó.

—Buenas tarde señora Dagda —saludó él extendiéndole la mano.

Ella lo abrazó para besar su mejilla.

—Pero que chico tan lindo, eres bienvenido a quedarte cuando quieras —sonrió.

—¡Mamá no! —regaño su hijo.

—Santiago no seas grosero, ahora entren y les calentaré sus churros, algo de limonada también —nos hizo entrar.

Ella se adelantó dejándonos entrar.

—Por que no eres como tú madre —se quejó Bal.

—Se acostó con zatanas que esperabas —gruñó.

Entramos a su casa, habían varias mujeres y hombres que ayudaban en la limpieza pero la cocina era lugar de la mamá de Santi.

Fuimos a su habitación a empezar, el chico me cargo para no tener que subir las escaleras.

—¿Y mi Dagda favorita? —pregunté.

—Seguramente fue con papá alguna cirugía —explicó.

—¿Tienes hermana? —preguntó Bal —asombrado

—Una gemela, súper dulce y encantadora no como otros —me burlé.

—Estas a nada de que te suelte otra vez cabron —gruño.

Hice lo más listo, cerrar la boca.

Al llegar a la habitación vi los nuevos cambios, joder que le había ido bien en su navidad pasada.

—Tienes una jodida pantalla de cine en tu habitación —me queje.