La cena ha terminado hace tiempo, pero mucho hemos optado por seguir comiendo, al principio me ha costado comer después del discurso, no podía dejar de pensar en Nicolás y lo posiblemente mal que se ha sentido al estar conviviendo con el después de tanto tiempo y sin contar que lo considera su mano derecha, no me todo lo que tuvo que soportar. No juzgo a nadie, se perfectamente que cada ser en esta tierra tiene el derecho y la libertad se quien quiera, pero si Nicolás lo ha ocultado podría imaginarme porque, aun así, no le quita lo contradictorio que esta toda esta situación.
- ¿Todo bien? -Nicolás llama mi atención
- Hmm -asiento- sí, solo trataba de ponerme de acuerdo con mi cerebro si estoy llena o no.
Deja un beso en mi frente, se levanta de la silla para después ofrecerme su mano.
- ¿A dónde vamos? -le pregunto, pero aun sin haber escuchado la respuesta tomo sin problema su mano.
- ¿No quieres ir a los sillones? -me imagino que se refiere a los que están a lado de la piscina
- Vamos -caminamos tomados de las manos hasta los amplios sillones de jardín, él se sienta primero y yo automáticamente me siento a su lado lo más cerca que puedo.
- ¿Puedo preguntarte algo? -el asiente con la cabeza- ¿querías sentarte aquí para que no me vieran? o ¿simplemente por qué no quieres convivir?
- Un poco de ambas -admite- pero estoy feliz que nadie te vea ni nos interrumpa.
- ¿Y qué pasa si yo quiero ir a presumir estas? -señalo mis descubiertos senos.
- ¿Que? -dice en tono molesto apartándose poco de mí
- No es cierto, no es cierto, ven, ven, ven -me pego más a él- ya no te enojes y sóbame la pansa que siento que voy a vomitar.
Ultima vez que como por nervios.
Posa sus amplias manos en mi barriga, solo por el calor que emana de sus manos mi estómago se siente mejor. Subo mis pies para estar más cómoda casi olvidándome del lugar donde estoy.
- Me gusta esto -digo al aire
- ¿El qué?
- No sé, quizás estar legos de la ciudad, rodeada de naturaleza, que no se escuchan vecinos, ni pelas u olor a pipí y el aire es genial, tranquilo.
- A mí me gustas más tu -Nicolás me acerca más a él- eres como todo lo que dices, pero en una persona.
- Hay por Dios, cállate... -lo golpeo en la pierna- ya no sabes lo que dices.
Toma mi rostro para dejan un montón de besos en ella.
- E- espérate me van a salir granos -pero en lugar de parar, decide concentrarse en mis labios.
No trata de ser lindo para nada, estira, chupa y muerde mis pobrecitos labios.
- Auch -toco mi labio- creo que me sacaste sangre
- Deja me ver -aparta mi mano y pasa su dedo por mis labios hinchados
- No veo nada raro -dice Nicolás
- ¡Chicos! -grita interrumpiéndonos Aren- ¿No quieren jugar? ¡es Croquet!, es divertido.
- ¿Quieres? -le pregunto a Nicolás viéndolo a la cara. Veo por los ojos que tiene, que en definitiva él no quiere jugar, todo en grita un rotundo NO- Bueno entonces quédate aquí, porque yo sí quiero.
Me paro viendo como Nicolás reprime lo que sea que me quiera decir, aun así, con la cabeza en alto me dirijo al grupo de personas que sostienen un mazo.
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Llamado de Emergencia
Chick-LitElla no era la señorita que su familia esperaba, ni ella deseaba serlo. Ser dependiente de un esposo, ser ama de casa, ser siempre educada y correcta, no era lo suyo. Eso se lo dejaba a su hermana mayor, si le dejó su prometido, que no le deje tod...