- ¿Hola? -escucho a través del teléfono.
- Ah Nicolás -respondo lo más tranquila que puedo actuar- ¿están ocupados?
- No del todo, estamos haciendo un par de cosas que teníamos pendientes.
- Me refería a si tenían planes para hoy.
Todo el día de ayer estuve pensando en mi conversación con Rene y Gonzalo, y algo que no deja de rondar en mi cabeza en el "vale la pena arriesgarte" que escuché. Tengo miedo: si, la verdad lo admito no sé cómo avanzar en este caso y ni siquiera estoy segura de mis propios sentimientos, pero sé que, si Sebastián y Nicolás realmente sienten algo por mí, ellos son lo que me van a guiar.
Pero antes de todo eso creo que debo de darles la señal de continuar y para eso tenía planeado una cita sin ningún tinte sexual, solo la parte caballerosa de mi alma.
- Aaaa no, ninguno ¿hay algún problema?
- No ninguno, solo quería proponerles salir hoy -Oh Dios mío aquí vamos.
- ¿Salir?
- Si, salir los tres a comer algo afuera...
- Esta bien, ¿te parece bien en veinte minutos? -ahuevo.
- Si perfecto yo paso por ustedes, nos vemos -cuelgo la llamada y celebro mi pequeño logro bailando como desquiciada por mi pequeño departamento.
Oh yeah, Oh, Oh, Oh yeah i'm feeling good, Oh yeah, yeah, yeah, Oh yeah, yeah, yeah.
Termino mi baile para arreglarme lo mejor que pueda, por lo bueno ya estaba bañada y vestida solo falta mi cabello y me cara, pero para veinte minutos solo me enfocare en mi cabello. Tomo mi cepillo alaciador y lo paso por todos mis mechones de cabello lo más rápido que puedo, cosa que no debería porque luego estoy llorando por la cantidad de pelo que se me cae.
Me veo al espejo revisando que todo esté bien, ropa, zapatos y empaco en mi bolsa cosas necesarias, mi cartera y ya estoy lista, desconecto y apago todas las luces cerrando mi departamento y corro escalera abajo hasta mi auto.
Manejo por las calles llenas de personas que aprovechan la luz del sol, reviso el reloj de carro que marcan las seis de la tarde en punto. El sol está en todo su esplendor, pero el calor no es para nada desagradable en estas épocas del año, aprovechare eso y los llevare a comer al aire libre, la verdad nunca antes había hecho esto así que no puedo evitar estar nerviosa, ya estoy a punto de llegar a su edificio unas dos calles más.
Doblo para llegar al estacionamiento y aparco cerca de las escaleras, me bajo del carro y comienzo a subir por las escaleras hasta su piso. No voy a mentir si ellos suben y bajan las escaleras todos los días es normal que tengan el trasero que tienen, solo he venido como cuatro veces aquí y ya siento mis glúteos más firmes.
- ¿Pasa algo? -levanto la mirada llegando al cuarto piso encontrándome con Sebastián afuera de su departamento.
- ¿He? -pregunto por qué no lo escuche gracias a mi ejercicio de trasero.
- No se dice ¿he?, se dice mande -me corrige
- ¿He? -juego con él.
Me ve soltando una risa sarcástica, se acerca a mi dejando un beso en mi mejilla.
- Nicolás ya llego -grita para adentro del departamento.
Nicolás sale casi inmediatamente cerrando la puerta, me ve por unos segundos y se acerca a mi poniendo su mano en mi cabeza dando pequeñas palmadas.
- ¿Nos vamos? -pregunta Nicolás
- Sip, yo manejo -doy media vuelta y comienzo a bajar las escaleras.
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Llamado de Emergencia
ChickLitElla no era la señorita que su familia esperaba, ni ella deseaba serlo. Ser dependiente de un esposo, ser ama de casa, ser siempre educada y correcta, no era lo suyo. Eso se lo dejaba a su hermana mayor, si le dejó su prometido, que no le deje tod...