Diez minutos no es nada, veinte es un tiempo considerable, treinta es tarde pero comprensible, pero una hora, oh es una muy mala idea y más si piensas dejar a una señorita semi-desnuda con unos malditos tacones, más vale que a Rene tenga una muy buena excusa, porque una cosa es hacerme espéralo, y el que no responda mis llamadas es otra muy diferente, ni siquiera enojarme adecuadamente puedo por el miedo que le haya pasado algo malo, pero aun así decido llamarle una vez más.
- Bueno Isa? - es Rene bueno al menos sé que esta vivito y coleando
- Rene estas bien? te estoy esperando hace mucho, ¿paso algo?
- Si, si todo bien, mira perdón te juro que ya iba saliendo de mi departamento, pero me tope al Dios griego que vive en el 214, ¿y tú sabes no? una tiene sus necesidades, te prometo que mi intención nunca fue dejarte esperando tanto tiempo, pero mira la noche es joven ve para dentro tomate un gin tonic y ve calentando un poco, porque yo estoy que ardo, que te parece? - habla demasiado rápido, sabe que estoy molesta.
No pensé que mi noche iniciaría de esta manera, yo solo quería tomar algo sin dramas y perderme en el fondo de todos los vasos posibles, pero ya que más da, sé que él está bien, eso me relaja mucho y aun así mi plan continua.
- Que te digo - suspiro - espero que no tardes mucho.
- Voy volando, es más llegare justo en cuanto termines tu primer vaso.
Okey entonces es hora de mover mis piernas. Camino hasta el gorila de la entra, al ser un lugar casi nuevo la fila es bastante respetable, pero en este caso tener a Rene y sus millones de contactos es muy útil. Señalo el nombre de mi amigo es la lista, y casi de inmediato me deja el paso libre, no sin antes verme el trasero en cuanto me doy la vuelta.
Creo que esa es una de las razones por las cuales no usaba este vestido, no está cerca de ser original ni nada, pero aun así fue un dolor en mi codo, tener una pequeña adicción a los vestidos no es bueno para mi economía, pero después de tantos años siendo retacada es un impulso para esa manía. Con ese pensamiento llego a mi destino final, la amplia y reluciente barra, en cuanto me siento soy atendida por la bella barman que no deja de ver mi pronunciado escote.
- Que te sirvo hermosa.
- Un gin tonic, por favor - no dice nada más y se dispone a preparar mi trago, es incómodo que me vean de esa forma, tan no sé, tan, tan ¿penetrante?, bueno... eso sonó muy raro en mi cabeza.
Es imposible no pensar de esa forma si este vestido me hace sentir casi intocable. Y que va mi cuerpo ayuda un poco, ser paramédico conlleva tener un buen físico, tenemos que cargar casi el doble de nuestro peso entre el equipo, la camilla y en algunos casos hasta el paciente, los músculos deben estar presentes en este cuerpecito. Creo que si me lo propongo podría romper una sandía con mis muslos, o no se incluso lo podría hacer con mi copa B de brasier, justo como la señora del vídeo. La sola imagen de mi tratando de hacer eso me provoca gracias y es imposible no reír, por muy buena forma que tenga mi 1.57 de estatura hace que todo se vea mucho menos intimidante.
Creo que mi risa sonó más fuerte de lo que esperaba, cuando noto que dos chicos al final de la barra me miran demasiado, creo que de solo escucharme les he caído mal, lastima son muy atractivos y eso puedo decirlo, aunque estén casi a siete metros de mí. Por lo que intuyo son pareja, y por eso eh aquí mi pregunta ¿Por qué los gays son tan malditamente atractivos?
Trato un poco de arreglar las cosas al a clásica: Sonreír, la inocencia siempre es la mejor arma, pero soy interrumpida por la barman que ha traído mi vaso hasta el tope, le agradezco y me levanto para irme a otro lugar a esperar a Rene.
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Llamado de Emergencia
ChickLitElla no era la señorita que su familia esperaba, ni ella deseaba serlo. Ser dependiente de un esposo, ser ama de casa, ser siempre educada y correcta, no era lo suyo. Eso se lo dejaba a su hermana mayor, si le dejó su prometido, que no le deje tod...