Capítulo Dieciocho

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Dejo mi barra de cacahuate y mi café sobre la mesa para tomar algunas servilletas de la cocina, de paso tomo una dona que me tentaba desde que inicio el turno y me regreso a mi lugar. Pongo todo el peso de mi cuerpo en la silla dejando mi dona en la mesa, abro mi barra de cacahuate y le doy un sorbo a mi café.

- ¿Qué onda? -llega Lucy sentándose justo enfrente de mí.

- ¿Y ese milagro?, hace mucho tiempo que no te sentabas conmigo -volteo a todas partes antes de hablar lo que estoy pensando- más o menos desde que te jalan la correa.

- ¡Ay cállate! -grita- No seas celosa.

- No soy celosa -me defiendo- solo que si me abandonas más te seré infiel con otra amiga.

- Entonces que, ¿Estás enojada? -me pregunta- ¿es eso?

- ¿Por qué?, ¿debería? -lo pienso por un minuto- no me digas que lo volvieron a hacer en la ambulancia -dejo el café sobre la mesa- ¡Lucy! ¡¿es enserio?!

- Para que te quedes conforme NO, no lo hemos hecho -piensa por un segundo- ahí

-Ahhhh...

- Bueno entonces si no es eso, porque ya no hablas conmigo. -la veo esperando a que continúe- Rene me conto que estuviste en su casa el viernes y a mí no me dijiste nada -hace un puchero con su boca- y luego el lunes llegaste para cambiarte aquí y eso únicamente lo haces cuando vas de fiesta o te quedas en casa de alguien, -ahora cruza los brazos en su pecho- pero si hubo una fiesta no me invitaste y si te quedaste en casa de algún chico preferiste contarle a Rene y no a mí.

- Mmmmh -tomo de mi café- ¿y ahora quien es la celosa?

- Ah ósea no me vas a decir -adiós al puchero, hola a la sentida.

- Es que es extraño ¿sí? -le digo- ni si quiera yo sabía lo que hacía, pero Rene me ayudo un poco -poco porque en realidad fue Gonzalo quien me ayudo- ahora ya es más claro para mí, pero aun así es algo raro. Pero si estoy saliendo alguien -o ¿alguiens?

- ¡Ah! -me señala con el dedo- ya salió el peine -se inclina en la mesa queriéndose acercar más a mí- cuenta, cuenta -con su manota toma mi barra de cacahuate para darle una mordisco- ¿Cómo es?

- Si claro te la doy, al cabo que ni quería mi maldita barra de cacahuate -respiro unas cuantas veces.

- No me cambies el tema, dime, dime.

- Bueno... Nicolás se parece un poco a Tyler Hoechlin, pero no tan barbudo y más serio, con cara de que te golpearía sin dudar.

- Mmmmh, así que Ni-co-lás... mmmmm -Lucy mueve sus hombros repetidas veces.

- Si.... y Sebastián yo diría que se parece a Alexander Ludwig pero más simpático, una hermosa sonrisa y sin duda mucho más musculoso.

Lucy queda muda ante mi segunda descripción, espera a que yo continúe pero no lo hago, le doy una mordida a mi dona y me recargo en el respaldo de la silla.

- ¡¿E -estas saliendo con dos hombres al mismo tiempo?! -comienza a toser repentinamente- los estas engañando, ¿es enserio? Yo jamás pensé que tu...

- Shhh.. baja la voz -me acerco a ella- pero para que estas tranquila, no, no los estoy engañando, los tres estamos saliendo.

Abre la boca sorprendida por tal respuesta, mientras que menea sus manos por todos lados con la clara intención de querer gritar.

- Pero esto... es... tu... como se te... que te... estas... Aghhhhh

- Te dije que era raro -le digo

Llamado de EmergenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora