ʜᴀᴘᴘʏ ᴇɴᴅɪɴɢ - ɢʏᴜʜᴀᴏ & ᴊᴜɴʜᴀᴏ ˡᵒᵛᵉ ᵃˡᵃʳᵐ ᵃᵘ

Capítulo 32: Mal presentimiento

—¿Tú crees que si usáramos joalarm funcionaría en nosotros?

Minghao sentía su corazón al cien mientras corría por el pasillo antes de llegar a su habitación, nuevamente con ese recuerdo vivo en su cabeza. No entendía por qué arrancaba, Jun no había salido tras él. Pero algo dentro de sí lo impulsaba a querer alejarse lo máximo posible del mayor.

Se odiaba infinitamente por haber traicionado a Mingyu. Él era un chico bueno, no se lo merecía por nada del mundo. Tal vez últimamente se comportaba un tanto posesivo y evidentemente viciado con joalarm, pero simplemente no podía culparlo. Sus celos no parecían sobrepasar la línea, a pesar de todo, seguía preocupándose por él, invitándolo a comer, haciendo lo posible por pasar tiempo con él, incluso había dejado de insistir en lo de Jun. No obstante, lo que ocurrió en el restaurante fue la gota que rebalsó el vaso de la paciencia de Minghao.

Sin embargo, a pesar de haberse sentido molesto ante la actitud de Mingyu, no podía echarle la culpa. Era frustrante sentir su corazón dividido entre ambos. Todo sería más fácil si la maldita joalarm le ayudará a decidir, pero sólo tornaba la situación aún más confusa.

¿Aún le gustaba Mingyu? Sin lugar a dudas, lo adoraba con toda su alma.

El problema era que sentía lo mismo por Jun. Los sentimientos que quedaron desterrados hace unos años resurgieron inevitablemente.

Una vez más, aquella carta estaba entre sus manos mientras permanecía sentado en su cama. Ya no estaba intacta, estaba algo arrugada producto de la vez en que se la llevó a Junhui, arrepintiéndose en el acto de que éste la leyera. Ahora sus lágrimas acabarían por desgastar un poco más el papel blanco, provocando que la tinta que indicaba la antigua dirección de Jun se difuminara un poco.

Era inútil tratar de odiar a Junhui, porque su amor por él siempre fue más fuerte.

[•••]

Jun luego de varios minutos cayó en la realidad de que iba camino a buscar a Wonu, por lo que sacó su teléfono para encender su joalarm. No obstante, ésta no sonó en ningún momento, ni cuando las miradas de ambos chocaron.

Podía notar que Wonu lucía diferente, era como si su aura pesara y se sentía responsable de ello.

Por su parte, el pelinegro aún tenía las palabras de Mingyu rondando en su cabeza, ¿realmente era un imbécil?

¿Llegaría el día en que sus ojos brillasen cada vez que se encontraran? Porque nunca era así. El rostro de Junhui siempre estaba pintado en un tono melancólico cada vez que lo veía y se preguntaba si alguna vez podría cambiar eso.

Wonu antes solía sonreír radiantemente cada vez que estaba con Jun, pero al parecer éste le había contagiado toda esa melancolía con la que cargaban sus facciones.

—Jun...—articuló una vez que se detuvieron en sus pasos.

El mayor parecía haber perdido la capacidad de hablar, simplemente permaneció ahí de pie.

—¿Estás bien?

El contrario tragó grueso, tratando de disimular todo el remordimiento que cayó como balde de agua fría sobre si al encontrarse con el rostro de Wonu.

—S-Sí, te estaba buscando.—contestó, medio mintiendo, medio diciendo la verdad. Porque luego de aquel encuentro con Minghao, casi perdió la noción de todo.—Por cierto, no la tienes encendida.—comentó al sacar su teléfono.

—Ah...de todos modos nadie la hará  sonar.

Aquello caló hondo en su pecho.

—Wonu...