Capítulo 31: Las cenizas que siempre quedan

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Seúl, año 2022

—¡Wonu!—exclamó Mingyu al alcanzar al aludido luego de correr varios metros por el patio del instituto.

El más bajo volteó con ojos totalmente serios, mejor dicho, molesto. Mingyu jadeó para recuperar el aire, agradeciendo que el contrario se hubiera detenido en sus pasos.

—Vuelve con los demás, quiero estar solo.—soltó seco, provocando que la mirada los ojos del alto se llenara de preocupación.

—Wonu, no les hagas caso, sólo estaban jugando, no hubo mala intención.—explicó Mingyu mientras encontraba sus manos para entrelazarlas, pero el contrario rechazó el toque.

—¡Todo el tiempo es lo mismo! ¿No te das cuenta? Hace mucho rato que dejó de ser divertido.—rebatió el pelinegro.

Mingyu hasta el momento había sido muy paciente, pero llegaba el punto en el que se sentía herido por culpa del contrario.

—¿Y alguna vez no te has puesto a pensar en lo que siento cada vez que rechazas instalar joalarm?—interpeló en un tono menos condescendiente.

—¿Es en serio? ¿Quieres que me sienta culpable? ¿Acaso no basta demostrarte con acciones lo que siento por ti?—se defendió Wonu totalmente fastidiado con la actitud del moreno.

—¿Y no crees que sería una bonita acción instalar joalarm? Sólo una vez.—pidió Mingyu casi suplicando mientras alzaba su índice.

Wonu suspiró con estrés y rodó la vista, desviándola hacia un costado.

—De verdad envidio a Seungkwan y Vernon, ojalá nosotros fuéramos como ellos.—continuó Mingyu, con decepción en su mirada.—Si tan sólo la hicieras sonar una vez...

—Mingyu, ¿de verdad crees que puedes obligarme?—interpeló el más bajo, ya indignado.

—Mingyu, Mingyu.—Minghao trató de recuperar la atención del aludido que por un instante se había dispersado.—¿En serio vas a obligarme?

El alto volvió a la realidad cuando chocó con la mirada afligida de su novio. Inevitablemente su interrogante echó a volar su mente hacia el pasado. A veces él y Wonu eran demasiado parecidos.

Pero no cometería el mismo error dos veces, o al menos lo intentaría. Recordaba lo prepotente que había sido con Wonu en el instituto y era injusto. No quería que la historia se repitiera una vez más.

—Sólo una vez.—suplicó, suavizando su voz.—Por favor.

Por su parte, Junhui continuaba buscando una mesa disponible junto a su hermano. Mingyu estaba atento a sus movimientos mientras le pedía a Minghao que encendiera su joalarm.

Minghao suspiró agotado mientras sacaba su celular para abrir la app. No había gota de alegría en su expresión, sólo tedio, tal vez tristeza. Mingyu imitó la acción casi desesperado y justo en ese momento su mirada se encontró con la de Junhui a la distancia, quien se quedó inmóvil por un instante hasta que escuchó la notificación de joalarm provenir de su bolsillo.

Dos personas dentro del radio de 10 metros te aman.—se leía, como era de esperarse, en el celular de Minghao.

Alguien dentro del radio de 10 metros te ama.—el mensaje emergió simultáneamente en los celulares de Mingyu y Junhui, quienes volvieron a intercambiar miradas a la distancia.

Ninguno entendía lo que estaba pasando. Mingyu tal vez pensó que había alguna fan de Junhui cerca, quien pensó lo mismo respecto del coreano. Aún así la situación no dejaba de inquietarlos.

ʜᴀᴘᴘʏ ᴇɴᴅɪɴɢ - ɢʏᴜʜᴀᴏ & ᴊᴜɴʜᴀᴏ ˡᵒᵛᵉ ᵃˡᵃʳᵐ ᵃᵘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora