Karamatsu visualizó los borrones en su visión luego de una batalla por el increíble peso de los párpados, su cuerpo lo sentía inmóvil, una gran lucha que cada vez que podía estar consciente perdía para mover al menos un dedo pero por fin pudieron abrirse una vez más.Las voces que lo llamaban siempre eran lejanas, distinguió que era la manada que lo crió, los colores de sus sudaderas eran apenas un borrón entre todas las tinieblas que lo llamaban a dormir y olvidar el dolor, esto pasaba cada vez que deseaba moverse.
No reconocía lo que decían a gritos no obstante algo en su interior dijo que debía volver.
Su memoria estaba bloqueada y no recordaba la razón de estar en ese extraño lugar cuando sus ojos por fin pudieron enfocarse mejor.
Era donde atendía Dekapan en sus operaciones, el lugar estaba pintado de blanco apenas con una luz parpadeante que iluminaba lo que alcanzaba.
Pudo mover un poco la cabeza ante la mesa a su lado, distinguió algunos instrumentos de operación manchados con sangre algo seca, logró escuchar un pitido con ritmo a su otro lado pero demasiado cansado para verificar que era el monitor de su pulso.
La cabeza daba vueltas y un dolor comenzaba a expandirse.
El sonido chirriante de la puerta al ingreso formó una mueca de dolor deseando tapar sus sensibles oídos.
Una voz se acercó de su otro lado.
_¿Karamatsu? ¿Puedes oírme?
Soltó un gemido de dolor, pese a hablar bajo retumbaba en su cerebro como si fuese una resaca, volvió a cerrar los ojos y los abrió cuando pudo ver al médico frente suyo con un aparato en su pecho, escuchando sus latidos. Su mirada concentrada cambió a una aliviada.
_ Me alegra que esta vez no sea una reacción sin respuesta _ murmuró bajo, quedó agradecido por ello_. Trata de dormir un poco más, estás demasiado débil como para forzarte en contra de la anestesia. Te aseguro que ésta vez está bien descansar.
Karamatsu recibió una sonrisa de Dekapan, trató de devolver el gesto pero no había fuerza necesaria, olvidando toda pregunta volvió a dormitar.
Dekapan suspiró en silencio. Se alejó del cuerpo del Omega recogiendo los instrumentos de su anterior operación de urgencia, pasaron dos días luego de haberlo traído, estuvo estable hasta la anterior noche, no deseaba recordarlo en ese momento pero verlo fuera de la cama rondando por la habitación como si no estuviese una conmoción en la cabeza y las drogas todavía en su sistema para que descanse, fue incluso aterrador.
Con Dayon pudieron tomarlo de las manos y dirigirlo de vuelta a la cama, estaba sangrando y sus costuras volvieron a abrirse. Lo llamaron pero no respondió, su mirada estaba perdida en el mundo de la inconsciencia, sonambulismo no era probable por la cantidad de anestesia dada. Cuando lo recostaron de vuelta cayó en la inconsciencia. Dekapan tuvo que actuar por otra operación al verificar mejor su estado, se había arrancado todas las infusiones en sus brazos provocando cortes y pareció que cayó torpemente de cabeza puesto que esa herida sangraba enormemente.
Salió de la habitación, dando una última mirada al cuerpo inerte sujetado con correas en sus brazos, piernas y en su pecho, podría dañarlo si vuelve a reaccionar con violencia, sin embargo esto lo alertara lo suficiente como para poder atenderlo, y lo mejor era que no sufriera otros golpes en la cabeza.
וווווווווווווווווווו×
La decisión del gobierno ya tenía algunos días de ser proclamada de la nada, las noticias y opiniones al respecto dieron por ideas buenas o rechazos por parte del pueblo japonés.
ESTÁS LEYENDO
Depravado Destino {Osomatsu-san}
FanfictionEn un mundo donde existen las tres castas sobresalientes, sólo dos son de utilidad en la sociedad. Las razones de que uno esté excluido pueden variar para cada persona, aunque para algunos, suelen ser útiles para cosas personales e incluso lascivas...