Levantó a la vista el trozo de papel, un rostro concentrado resaltando su amplia sonrisa, el sonido de conversaciones a su alrededor le daba una sensación reconfortante, las ruedas siendo movidas por toda ese amplio lugar, luces iluminando cada centímetro y lo más importante, inhaló un poco siendo recompensado por los aromas agradables, como si todo estuviese perfumado a las flores de una pradera aunque realmente no había ningún aromatizante en el lugar, pero sí una gran variedad de omegas alrededor.
Algunos con aroma de flores, otros a miel y caramelo, demasiado empalagoso pero con su ligero toque de tierra mojada. Características adecuadas para omegas nacidos de una familia de betas.
Su olor propio al ser hijo de alfas era complicado de descifrar, según algunos otros omegas de allí. Eso decayó un poco su humor, hasta donde sabía su olor no era tan dulce como otros omegas quizá eso por estar rodeado de muchos alfas, pensó que no podría endulzarlo porque molestaría por demás a todos ellos pensando que siempre está en celo.Alzó los hombros, tachando algunas columnas en su lista de compras en un supermercado adecuado para los pocos omegas de su distrito. Si, podía encontrar hasta veinte o veinticinco rondando en ese lugar por ese día específico para comprar.
Muchos se detuvieron al localizar un aroma fuera de lo común (algo similar que sucedió con Karamatsu por tener un aroma peculiar), no obstante, todos detectaron el aroma de un beta ingresando junto a un pequeño omega.
La mayoría al verlo continuó con sus pedidos y los pocos se asomaron con curiosidad mirando el pequeño rostro oculto entre las faldas de su -para la sorpresa de todos- amorosa madre beta.
Karamatsu las vio pasar por su lado, ella consolando a su niña Omega demasiado tímida para observar el lugar y esos olores dulzones que a tan temprana edad los Omegas eran capaces de explorar antes que las demás jerarquías por el objetivo de sobrevivir en soledad. La beta consolaba a su hija con dulzura y una marcada paciencia en su rostro, no parecía estar fingiendo, nadie podría defender a otro omega si un familiar comienza a golpearlo en sus narices pero eso no significa que no les importe. Por lo tanto, ocultar algún odio entre las miradas de los omegas tan dóciles como era ese distrito, sin grupos en contra la violencia mencionada u otra alteración para contradecir las leyes; era totalmente innecesario, a menos que esa madre sí considere a la pequeña omega parte de su familia.
Karamatsu bajó los hombros ligeramente, como si su espalda soportara otro peso encima, pero sin evitar que una sonrisa expresamente real se aloje en sus labios.
Las compras continuaron, aquella pequeña nueva también terminó en salir de su escondite asomándose con curiosidad. La mujer beta comenzó a explicar que ese sería el lugar al que siempre iría para las compras futuras, así como era explicado en su momento para cada Omega que escuchaba, olvidando por momento sus experiencias al saberlo desde pequeños la primera vez. Karamatsu no fue la excepción, fue Matsuyo quien lo arrastró a ese lugar, hablándole hostilmente sobre el supermercado, mandando insultos a su propia raza que estaba presente dentro e ignoraban este hecho.
Sin embargo, ahora... Volteó su mirada a la menor y a la beta, notando que muchos omegas también se habían acercado a causa de las lecciones maternales y sonrisas a la niña, quien comenzó a reírse y moverse con más libertad.
La mujer que ahora veía mejor debería ser la abuela, tenía una mediana edad, los cabellos blancos resaltando como canas y rostro arrugado por los años de experiencia; ella se detuvo al notar las miradas sobre sí misma y la pequeña quién terminó escondiéndose en sus brazos al estar en cuclillas, alzó la mirada observando a los Omegas algo sorprendida que se hallan reunido todos.
Los demás observaron esto y comenzaron a retirarse para no interrumpir, imaginando al menos una mirada despectiva.
_No, no. No es necesario que se retiren, yo, *cough* pensé ver a los Omegas que podrían ayudar a mi querida pequeña la próxima vez que venga sola, porque ya no podré acompañarla _pese a un leve ataque de tos, se levantó pesadamente con la menor detrás suyo, ofreciéndoles una sonrisa que detuvo el corazón de espanto pese a que sea cariñosa.
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Depravado Destino {Osomatsu-san}
FanfikceEn un mundo donde existen las tres castas sobresalientes, sólo dos son de utilidad en la sociedad. Las razones de que uno esté excluido pueden variar para cada persona, aunque para algunos, suelen ser útiles para cosas personales e incluso lascivas...