Depravado Destino {Osomatsu-san}

Capitulo 1: "Detrás de cada sonrisa"

ARCO 1

"Suerte y compañías"

Tosió un poco, dolía como el infierno la cabeza que le daba vueltas todo el mundo y sus náuseas no se iban. Mientras se recriminaba internamente, debía haberlo previsto. ¡Qué idiota era! Y otra arcada lo llevó de vuelta al retrete a devolver toda la comida apenas digerida hace un par de horas.

Su apariencia era deprimente, su sonrisa desapareció y arrugó sus labios ante el sabor del ácido estomacal y el pronto dolor del vientre.

Cerró los ojos con fuerza tratando de contener sus lágrimas que ardían y amenazaban con destruir lo poco de él.

_Nah, Kusomatsu, ¿Hasta qué hora te ocuparas el baño? ¡No vives sólo idiota! No tengo tiempo para esperar a que te maquilles, ¡de nuevo! _la voz de su único mayor directo llamó al otro lado de la puerta seguido de un golpeteo algo fuerte.

El omega presionó las manos en las orillas de la taza para mantener la calma, suspiró, inhala y exhala, inhala y exha-

_¿Qué pasa Osomatsu nii-san?

_¿Qué es todo ese alboroto?_Choromatsu y Todomatsu se acercaron.

_Es Kusomatsu, se volvió a meter al baño y no responde a mis llamadas. Hoy especialmente está demasiado terco.

_¿Será su celo?

_¿Y eso a quién le importa? _Totty intervino con el ceño fruncido_. Sé que los omegas llegan a ser muy molestos como para ser narcicistas, pero eso no significa que toda la manada deba estar a su disposición. ¡Ugh! Qué repugnante.

_Todomatsu no digas eso. No creo que Karamatsu siga con ese atrevimiento, normalmente no es así con nosotros, en su mayor parte _corrigio al último al ser el centro de los ojos de sus hermanos.

_¡Da igual! Se maquillo esta mañana y ahora me ignora. ¡Ey responde! _volvio a golpear la puerta, sin nada aún.

_¿No hueles eso? _comenzo Choromatsu al sentir en su olfato algo raro.

_¿Ah? _imito a su hermano hasta conseguir un olor, de inmediato se cubrió la nariz_. !Wuaah, qué peste!

_¿Eso es vómito?

_Hey, Karamatsu _llamo esta vez Choromatsu_. ¿Qué haces? ¿Qué sucede contigo? _insistio sintiendo el aura oscura de los hermanos que quedaron detrás suyo_. ¡Hey, Kara, abre la puerta!

La perilla giraba pero estaba cerrada desde adentro, los gritos de los demás no se hicieron esperar.

Los ánimos de Karamatsu estaban por los suelos, el dolor en el vientre y el estómago era asfixiante, la cabeza continuaba dando punzadas que llegaban a estresarlo empeorando el dolor. Comenzaba a perder la conciencia ofuscado por el pensamiento que lo llevó a esto.

Recordando las pastillas que suprimiría su celo, siempre puntual con eso, no obstante no se fijó en los detalles como lo había dejado la última vez, ligeramente movido y unos cuantos de pelo de gato alrededor, mal ocultado.

Las píldoras que ingirió debieron de ser otra maldita broma de su hermano menor, Ichimatsu.

Las voces las escuchó lejanas, como si fuesen ahogadas bajo el agua, observó como los borrones de siluetas abrían la puerta con otra llave de respuesto, esta vez cinco figuras lo rodearon para sacarlo de allí sujetando sus brazos y arrastrándolo por la casa a quien sabe dónde, no escuchaba ni sentía nada.

Pero podría asegurar que el cuarto hijo le dedicó una de sus tantas sonrisas afiladas, tan descarada como cuando hace uno de estos "chistes" si podría llamarlo así.