Su consciencia vagó sin rumbo unos segundos, visualizando entre la borrosidad el techo desprovisto de pintura más que el cemento en sus paredes, el aroma a pasto de afuera le ayudó a enfocarse mejor su alrededor, frunciendo el ceño, notó que no podía moverse mucho por el dolor punzante en su estómago, interrogante trató de ver la causa cuando escuchó unas cadenas atadas a sus muñecas, sus ojos se expandieron enormemente girando su cabeza a sus costados comprobando las ataduras, tragó grueso de miedo y también había algo atado a su cuello.Recordó las anteriores acciones entre su desesperación y desconcierto, quiso llorar enormemente.
¿Por qué siempre tenía que pasarle esto? ¡Estaban matando a todos los Omegas! Si tan sólo se hubiese quedado quieto una bala en la cabeza sería suficiente para acabar todo dolor y recuerdo por haber sido abandonado.
Además de eso, ¿A dónde quería ir? Se levantó y caminó pero no recuerda lo que le impulsó en un principio.
Una puerta rechinó al ser abierta, de inmediato empezó a temblar, sólo portando sus bóxers todo su cuerpo se congelaba, no escuchaba ningún ruido afuera más que el aroma a plantas así que deberían de estar realmente alejados de toda ciudad.
_ Parece que despertaste _el hombre se acercó, ahora sin portar la máscara notó que su aroma era de vainilla, un Beta fornido con un traje negro_. Tuvimos que detener el sangrado _murmuró pasando una mirada por su estómago_. Como siempre te visito tendré que avisar a los demás pero primero, toma esto _le extendió unas pastillas, el Omega supo que eran las mismas que le obligaron a tomar en la manada Matsuno, pero por el temor movió la cabeza al otro lado_. Oh. Vamos, si no lo haces a las buenas serán a las malas lo que no te conviene y te haría ver como un Omega estúpido en tus circunstancias. Hum, tengo un plan _de repente puso las dos pastillas en su boca dejando a un lado el vaso que estaba en la mesita a su lado_. Si me muerdes, será peor para ti.
No comprendió hasta que fue sujetado de sus mejillas con fuerza hasta abrirle la boca por la sorpresa, metiendo de inmediato la lengua en un beso incómodo, espantado Kara trató de moverse, la lengua pasó las pastillas a su boca y sus movimientos casi lo ahogaban.
Por suerte fue soltado, el Omega terminó tosiendo con dificultad aún cuando las pastillas tuvo que ingerirlas. La memoria de los movimientos lo traumaron por un momento.
_ No pareces al Omega que nos respondió valientemente y con lengua suelta al encontrarte _el otro se fijó muy bien en sus expresiones luego de ese beso asfixiante, pero relamiéndose los labios_. Pero eso no importa, sigues siendo un Omega al que nadie le enseñó nada de su trabajo. Es una pena que tengamos que matarlos _se levantó luego de sentarse al lado de Karamatsu_. De todos modos, me robé un beso, tal vez el primero pero no estoy seguro.
Una mirada más al Omega que seguía recuperándose y se retiró.
Karamatsu se detuvo unos minutos más, aguantando sus ganas de vomitar, su cuerpo ardía por todas partes y hacía imposible moverse con totalidad, no deseaba pensar, cerró los ojos con fuerza para ignorar su alrededor, ignorar el tiempo que transcurrió y sumirse en una olvidada memoria.
Cuánto deseaba acurrucarse en un rincón y ser ignorado hasta que su misma existencia desaparezca.
No pasó mucha paz en sus pensamientos cuando nuevamente escuchó la bulla llegar, abriendo la puerta de un golpe, el aroma ya no estaba en ninguno al igual que las máscaras.
_ ¡Muy bien! Ahora podremos disfrutar totalmente _ sonrió.
_ Como lo acordamos, yo seré el primero.
_ ¡A la mierda! ¡Es un puto Omega al que no matamos por estar en celo! ¡Tenemos que aprovecharlo todos!
_ Eso haremos idiota. De todas formas el celo dura de tres a cuatro días.
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Depravado Destino {Osomatsu-san}
ФанфикEn un mundo donde existen las tres castas sobresalientes, sólo dos son de utilidad en la sociedad. Las razones de que uno esté excluido pueden variar para cada persona, aunque para algunos, suelen ser útiles para cosas personales e incluso lascivas...