-¿Cómo sabes que fui yo? –pregunté, volteándome y caminando hacia mi cama distraídamente, para que no notara que me había sonrojado.
-Eres la única persona aquí que aún tiene compasión. -contestó.
Me detuve, lo miré a los ojos y sonreí ante su respuesta. De algún modo, él me atraía, era bueno, simpático… Además de que tenía buen físico. Parecía perfecto, ¿Cómo no?
-¿Prefieres dormir en la cama o en el sillón? –le pregunté, cambiando el tema de la conversación.
-Me matarán si me encuentran dormido aquí… -respondió dudoso y parecía estar librando con una batalla dentro de su cabeza.
-Hace demasiado frío como para dormir afuera. Duerme aquí, yo no tengo ningún problema.
-De acuerdo. –dijo, sonriendo falsamente. No estaba convencido totalmente.
Él se acostó en el sillón y yo en la cama.
-Buenas noches. –dije, una vez dentro de mi cama, que resultó ser muy cómoda y acogedora.
-Duerme bien. –respondió. Sonreí y abracé mi almohada, feliz de algún modo, de tener a alguien a quien podría considerar amigo.
Logré dormirme debido al cansancio. A la mañana siguiente, sentí una voz que me hablaba, no era la de Guido, eso me hizo pensar que lo habían descubierto.
Me desperté sobresaltada y vi a Mercedes a un lado de la cama. Mi corazón se aceleró inmediatamente. Volví mi vista rápidamente hacia el sillón donde Guido había dormido la noche anterior y él ya no estaba allí.
-Buenos días, _______ -saludó Mercedes-. Es hora de que se prepare para el almuerzo.
Me fijé la hora en el reloj que colgaba sobre una de las paredes de la habitación. Su tic-tac era el único sonido que se escuchaba.
-Son las 8 de la mañana. ¿No será el desayuno? -le pregunté pensando que se había equivocado y que me dejaría seguir durmiendo un par de horas más.
-No. Tienes cuatro horas para prepararte y aprender muchas cosas sobre cómo debes comportarte.
¿Cómo debo comportarme? ¿Veré a un rey quizás? Me pregunté. Era solo un almuerzo. Trato de no imaginarme cómo se habría visto mi cara en aquel momento.
-De acuerdo -respondí haciendo a un lado las sábanas-. ¿Puedes retirarte mientras me visto? -le pregunté al notar que ellas seguía inmóvil en el mismo lugar, como si esperase algo.
Ella, sin decir palabras, se retiró de la habitación.
Comencé a buscar a Guido por todas partes, tal vez se había escondido. Debajo de la cama, dentro del armario, detrás del sillón, cero rastros de él por todos lados.
Había dos opciones: la primera era que huyó antes de que alguien abriera la puerta; y la segunda era que lo atraparon aún cuando estaba dormido.
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¡Hey you!
Fanfiction¡Corre! ¡Corre y no te detengas! Enjaulada como un pájaro. Has perdido todo y ahora tu vida depende de un hilo. ¿Ves esa persona? No confíes en ella. ¿Ves aquella otra? Él es bueno, pero no lo suficiente. ¿Y aquella? Por nada del mundo confíes en el...