FINAL 1: HUIR.

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Un suspiro llegó a mis oídos, pero era algo más que un suspiro. Era una señal.

Giré mi rostro, para ver el lugar de donde habíamos venido y allí estaba él.

Patricio.

Me estaba observando, alegre, tan alegre como solo él podía serlo. Noté el color blanquecino que poseía y entendí que era solo su alma.

Un fantasma.

A su lado, Rock agitaba su cola, feliz por ver a su dueño; lanzó un par de ladridos que llegaron a mis oídos en forma de ecos.

Unas lágrimas corrieron por mis mejillas mientras sonreía. Eran felices.

Patricio levantó su mano, despidiéndose. Se volteó y caminó de regreso al interior del castillo con Rock. Ambos desaparecieron.

Volví mi vista a Guido, quien aún me esperaba. Tomé su mano y caminamos hacia afuera del castillo. Nos esperaba una larga ruta desierta. Nos aventuramos por ella, tomados de la mano y depositando nuestras esperanzas en el futuro.

El cielo estaba nublado, comenzaría a llover en cualquier momento. Pero… ¿A quién le importa? Éramos libres.

Éste es el fin. Mi fin.

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