12. La otra cara de la moneda

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Cuando nos subimos al ascensor, estaba esperando a que bajemos, pero no, se cerró la puerta, apretó el décimo piso y colocó un código. Lo miré sorprendida y Javier se rió.

—Si, gatita, vivimos en el mismo lugar, fue un regalo de nuestro padre. —Dijo todavía riéndose.

¿Gatita?... Estos apodos son raros, pero... debo admitir que me gustan. Igual prefiero el de gatita en vez del de zorrita, porque siento que este es menos perverti*do.

Cuando llegamos la distribución era exactamente igual, hasta el sillón está en el mismo lugar. Pero este departamento de algún modo parecía como de un mundo paralelo. Las paredes eran todas blancas excepto la de enfrente a la puerta que era de un color verde grisáceo, realmente quedaba muy bien. Todo el lugar estaba lleno de macetas blancas o marrones con todas plantas bien verdes. Los pisos eran cerámicos tipo madera de color gris y me daban ganas de descalzarme solo para tocarlos.

La escalera metálica era exactamente la misma, pero con una enredadera que se quería apropiar de la baranda. Las luces eran un poco más cálidas y quedaban muy lindas entre todas las plantas que había. David no tenía ni una sola… De esta manera el lugar se veía mucho más vivo y amigable.

Debe ser muy lindo poder desayunar entre las plantas.

Me llevó al segundo piso y no tenía idea de lo grande que era, tenía una cama al fondo y un aro grande colgado del techo que estaba justo encima. El lugar tenía una luz más tenue y el piso era como el de abajo, pero de una tonalidad mucho más oscura. Tenía dos grandes armarios a unos metros de la cama. Uno estaba con una de las puertas abiertas y se veían todos los tipos de cuerdas, correas, paletas, y mucho más. Cuando vi eso me sonrojé y mi cabeza comenzó a imaginar distintos escenarios.

¿Va a usar todo eso conmigo?

¿Habrá dejado eso abierto a propósito?

Sentí que Javier me dio un golpecito en la co*la y pegué un pequeño grito.

—Shh shh, gatita, era para hacer el tour, no para que me andes mojando los pisos.—Dijo sonriente.

Miré para abajo por las dudas a ver si se veía a través de la ropa que me había mojado, y cuando él me vio se rió. Sentí que todo el calor del cuerpo me subía a la cara. Me quedé congelada viéndolo reír, era realmente muy hermoso con esa sonrisa. Con los ojos cerrados era todavía más parecido a David. Moví la cabeza para alejar esos pensamientos, no podía pensar en David, no por lo menos esta semana.

Nos sentamos en la cama a hablar y me gustaba su voz… Podría escucharlo todo el día.

—Vamos a dormir acá. La habitación de abajo yo la uso de estudio y si estoy adentro es porque no quiero ser molestado. A menos que sea una urgencia no me busques ahí. Esperame que yo en algún momento salgo. Ahora ¿qué va a querer la gatita de comer?

—¿Te gustan las hamburguesas?

—Me gustan, pero no tengo patis ahora, así que pedimos delivery.

Llamó y seguimos hablando.

Me preguntó si el collar de David me resultaba cómodo y asentí. Se levantó y comenzó a buscar en el armario, sacó un collar todo negro, de cuero con unas palabras cosidas en rosa "Mi Gatita". Me lo acomodó y lo apretó un poco. Pero cuando lo soltó se sentía bien, y no estaba apretado. Me quedaba justo como el de David.

Creí que los que eran solo sadis*tas no ponían collares, pero me dijo que a él le gustaba y yo no tenía ningún problema.

Me dijo que David le comentó sobre mis cortaduras y me preguntó si eso me prendía, lo que negué rotundamente, casi se me sale la cabeza de tanto moverla a los costados, logrando que él comenzó a reírse de vuelta ¡Ay diosito, esa sonrisa era lo que me prendía! Me quedé mirándolo unos segundos y se veía tan bien…

Al darse cuenta de que lo estaba mirando levantó una de sus cejas y me miró intensamente. Me puso una de sus manos arriba de la rodilla y fue subiendo despacio. Me sostuvo en el lugar y con la otra mano me tiró a la cama. Se estaba por poner encima de mi cuando sonó el timbre de la puerta del edificio, nos miramos y nos reímos.

—Llegó bastante rápido el delivery.—Dijo mientras se levantó y me levantó.

Bajó a buscar las hamburguesas y nos quedamos comiendo en la barra mientras me contaba chistes.

Honestamente, podría hacer esto todos los días.

Era lindo estar acá riéndome como loca, en un lugar tan vivo y amigable. Me gustaba el olor a las plantas. Me recordaba al jardín que tenía en mi casa. Cuando era chica me recostaba en el pasto y solo miraba las formas de las nubes. Siempre me dio tanta impresión como hay personas que dibujan las nubes tan bien. Yo las miraba y las miraba y se movían tanto y no tenían ninguna línea, nada. Solo era una nube que se iba deformando.

Que tiempos…

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Es muy cortito el de hoy, me disculpo. Lo compenso con el siguiente que es más largo y 🔥🔞🔥

Sin leer el próximo cap ¿Cómo creen que será la primera noche con Javi? ¿👍o👎?

Nos leemos 🦊

La Respuesta (Mi Decisión I) +21✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora