13. La primera sesión 🔞

11.9K 356 29
                                    

Cuando me desperté, estábamos uno al lado del otro, durmiendo en el piso de arriba. Me podría acostumbrar a esto, era lindo y tierno. No me había dado cuenta, de que me le había quedado mirando fijo, hasta que él se levantó y se rió con vos ronca.

—Que gatita perver*tida ¿Qué hacías mirándome dormir? A ver, mostrarme las manos, ¿te estabas tocando? —Me reí y le negué con la cabeza, tan perver*tida no soy.

Bueno, tal vez sí, pero solo porque no me toco yo sola hace una semana entonces estoy un poco necesitada de amor propio. Pero igualmente no lo voy a hacer delante de él, mientras duerme.

Fuimos a desayunar y como ninguno tenía que ir a trabajar empezamos a hablar de cómo íbamos a proceder con esto. Me dijo que no había reglas pero que si respete su autoridad en la cama. Que las palabras claves eran Amarrillo cuando no me estaba gustando y Rojo cuando queremos parar. Me dijo que él también puede decir las palabras si no se siente cómodo así que tenía que prestar atención.

Después me comentó las cosas que le exci*taban a él y me fue preguntado si me exci*taba lo mismo. No coincidimos en todo, pero si en la gran parte. Había algunas muy extremas como juego de cuchillos, agujas o ganchos (de esos que perforan la piel para sostenerte de cuerdas o cadenas) que no me gustaban. Accedí a que me ate, me ahorque, me amordace, me golpee. También le dije que, en algún momento, no esta semana, pero quería probar el anal, y así le fui diciendo todo lo que recordaba que me exci*taba o lo que quería probar.

También comentó que solo íbamos a practicar el sadomaso*quismo en el piso de arriba y que si no me sentía cómoda podía bajar abajo y él lo iba a entender. Que en el estudio hay una cama chica y podría dormir ahí si no quería subir.

Así pasamos nuestro día charlando y riéndonos. Era un joven bastante carismático. Era muy abierto también y parecía tranquilo.

Me gustaba que él si me conteste mis preguntas cuando se las digo.

Cuando llegó la tarde me hizo un cappuccino y me invitó a la terraza a ver el atardecer. Fue algo bastante lindo y tierno, me di cuenta que con su hermano, de una forma, son como dos gotas de agua y si los miras desde otra perspectiva son polos opuestos.

Me encantó poder subir arriba realmente, es una pena que estos departamentos no tengan ningún balcón. El mío tampoco tiene y es horrible, más que nada para secar la ropa o tomar algo de aire, a veces la ventana no es suficiente.

Después de que cocináramos juntos la cena y comiéramos el postre, fuimos al segundo piso.

—¿Querés aprender a jugar un poquito? —Me preguntó y asentí. —Muy bien, recordá, el amarrillo si no te gusta y el rojo para parar. Recostaste.

Cuando terminó de sacar todo lo que íbamos a usar del armario, me vendó los ojos y comenzó a desvestirme hasta quedar solo con mi collar. De manera brusca que dio la vuelta y me dió unas cuantas palmadas bastante fuerte mientras yo gemía, contra la almohada.

No poder ver me asustaba porque me sorprendía en cada golpe, y al mismo tiempo me gustaba.

Me volvió a dar vuelta como si fuera un saco de papas, para después morderme uno de los pezo*nes y comenzar a chuparlo despacio. Al terminar subió un poco y fue dejando besos húmedos.

Me agarró una de mis manos, la llevó hasta mi clíto*ris y me ordenó que me toque. Claramente no iba a tardar mucho porque estaba bastante exci*tada. Cuando estaba por llegar me empezó a ahorcar, hasta que me vine y me soltó.

Ya en este punto, pude notar que en todo lo que me hacía se tomaba su tiempo.

Me agarró las manos y me las ató a la cabecera de la cama.

La Respuesta (Mi Decisión I) +21✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora