20. Presentes

4.7K 322 15
                                    

—David va a llegar a la una —me dijo Javier—, todavía quedan dos horas así que quiero que desayunes algo y que hablemos un rato. —Asentí con la cabeza y fuimos a la cocina.

Me paso una taza de té, un vaso de agua y un sándwich ¡Amaba desayunar sándwich! Pero no lo iba a decir, todavía estaba un poco gruñona. Aunque ya no tengo en claro el por qué… No voy a mentir y decir que no disfruté los momentos de éxtasis que me dio anoche… Fue mucho, pero no fue… No lo sé… Fue mucho, pero en esos momentos mi adrenalina estaba por los cielos… Es como una montaña rusa, el miedo, el terror, las ganas de no subir… Pero después llega la euforia, la adrenalina, los gritos, aún acompañados del miedo…

Cuando terminé el desayuno y estaba tomando mi agua, me llevó al sillón. Se sentó y me sentó arriba de él. Después de acariciarme un poco empezó a hablar.

—Yo sé que anoche fue mucho a comparación de lo que estábamos haciendo. No me voy a disculpar por mis acciones, porque para eso están las palabras de seguridad que en ningún momento usaste. Están para algo y son muy importantes. Ayudan que los dos disfrutemos de lo que hacemos... Necesito que sepas que eso es una noche bastante normal conmigo. —Me acarició la mejilla y siguió. —Te voy a tratar como el hombre más bueno de todo el mundo de día y vas a ser mi reina... Pero de noche eso es lo que quiero a cambio. Tal vez no fue una buena elección de día para hacer algo así... Pero se me acabaron los días y necesitaba que me conozcas de verdad antes de tomar una decisión. Tenías que entender lo brusco que puedo ser, porque no quiero que después creas que te mentí o que te traje engañada. —Me volvió a acariciar la mejilla. —Me gustas, Laila, sos muy dulce y te portas muy bien. Quiero que sepas que cualquier decisión que tomes te voy a apoyar —no sabía que decir —… Ayer te fuiste sola así que lo tenemos que compensar.

Me levantó y me llevó arriba de la mano. Se sacó su remera solamente y nos acostó. Me abrazó y me puso arriba de su pecho. Era bastante relajante escuchar como latía su corazón y sentía como me estaba durmiendo devuelta.

—¿Estás cómoda? —Me preguntó.

—Si. —Ya estaba mejor. Solo me relajé y deje que él me mime. Me di cuenta que fui una tonta al no aceptar esto ayer. Estos cuidados eran lo que yo necesitaba. —¿Puedo dormir? —Pregunté susurrando.

—Solo un poco.

Me acomodé bien en su pecho y me dormí.

Cuando era la hora de que David venga, bajamos y Javier me pidió que vaya a ponerme algo así no me quedaba solo en bata. Asentí y fui a ponerme un pantalón jogging, una remera de color crema y arriba me puse la bata, hoy era mi día nadie me podía decir nada.

Le pregunté a Javier si podía poner música, vino conmigo y me abrazó.

—Todo lo que la cumpleañera quiera. —Me dijo y me pasó un parlantito pequeño, para que le pase la música por Bluetooth. Lo puse en la mesa de la cocina y apreté para escuchar un poco de Elvis. Javier se rió por mis gustos pero hasta le subió el sonido porque le gustó.

Cuando sonó la puerta todavía estaba peinándome así que no abrí. Escuché desde arriba que Javier abrió y saludó a David. Javier le dijo algo que no escuché y cuando bajé se ve que se fueron al estudio porque no los vi.

Miré a la mesa, para ver un paquete violeta y una caja negra muy grande arriba de la mesa, con una cinta blanca que la envolvía. Me fijé que no venía nadie y levanté la caja y la agité a ver que podía ser. Escuché unas risas del pasillo, dejé rápidamente la caja arriba de la mesa y puse mis manos atrás. Se estaban riendo los dos mientras me miraban. Vinieron a donde yo estaba y me sonrojé... Nunca un día sin pasar vergüenza ¿no?...

David se sentó en la mesa y Javier también.

—Feliz cumpleaños, Laila, no te preocupes, podes abrirlos. Todo tuyo y no se aceptan devoluciones. —Dijo David.

Me miraron y yo miré la caja, desarmé el moño con cuidado y saqué la cinta. Abrí la tapa y adentro había un montón de cosas que yo quería.

Sospechaba que un día que estuvo en mi casa reviso mi lista de compras... En realidad, ni lo sospecho, TIENE que ser así, porque yo no les dije que quería todo esto.

Siempre me escribo en una lista que tengo las cosas que me quiero comprar en cuanto me sobre un poco de plata en el mes. Así intento darme siempre un regalo cada dos meses, para poder mimarme a mí misma.

Había un peluche de púlpito que estaba sonriente y si lo dabas vuelta te ponía cara de enojado. Era como yo… ¡Ayyy lo amaba, era más lindo! También había otro peluche de ovejita de color cappuccino y era ¡HERMOSA! Siempre amé los peluches, pero nunca pude ir a comprar uno por la vergüenza. Cuando era más chica tenía uno grande de oso, pero un día solo desapareció, porque mi madre dijo que ya estaba grande... Al menos estos peluches eran nuevos, más lindos y ya nadie podía llevárselos.

Abajo había unas medias de ovejitas y otro par de púlpitos. Estaban re lindas también, creo que uno de los regalos más lindos son las medias, no sé por qué a la gente no le gusta que le regalen medias, con lo hermosas que son.

En el fondo de la caja había otra cajita y cuando lo abrí era un celular nuevo, quedé impactada, no era el más caro, pero era nuevo y era mejor que el mío que no le andaba ni la cámara frontal ni el botón del medio. Miré a David, volví a mirar el celular y miré a David.

—Perdón, señor, yo no puedo aceptar esto. —Dije, lo volví a guardar en la cajita y la dejé arriba de la mesa delante de él.

David se me quedó mirando.

—Ya te dije que no de aceptan devoluciones, es tuyo. Además, vamos a estar esperando a que nos contactes, y no creo que a esa porquería que usas de celular le queden muchos días. No puedo correr el riesgo. —Empujó la caja contra mí y me sonrió. En si, tenía razón, mi celular no tenía mucho tiempo más de vida, pero no quería ser una desvergonzada y aceptar algo así de caro. —No quiero escuchar que salga ningún "no" de tu boca, ya sabes que decir.

—Si, señor, gracias.—Me sonrió devuelta y Javier corrió el paquete más cerca de mí.

—Ahora es el turno del mío.—Dijo con una sonrisa.

No puedo creer que todavía haya más ¿Cuándo exactamente tuvieron el tiempo de poder comprarlos?

Intenté abrir el papel sin romper nada y ellos se miraron como si yo fuera una aburrida. Adentro había una bata nueva de color naranja. YO AMO el naranja. También había un onesie de gatito ¿Él también había visto mi lista de compras? ¿Quién de los dos fue?

¡Esto era muy lindo! Yo sé que este es mi cumpleaños de 24 años, pero me gustan estas cosas. ¿Qué más puedo hacer?

Abajo había unas pantuflas grandes con garritas, me saqué las que tenía puestas y me puse las nuevas, ¡Eran TAN suaves! Además, hacían juego con el onesie.

—¡Gracias! ¡Es todo demasiado lindo! Pero no tenían que comprar nada yo solo quería compañía y comer hamburguesas, me hacen sentir incómoda con tantos regalos. Me dieron tanto y yo no les di nada. —Javier me agarró la mano y me miró.

—No queremos incomodarte queremos que tengas todo lo que querés y no pedís. Consideralo recompensas, porque te portaste bien estas dos semanas.

Creo que nunca disfruté mis cumpleaños, siempre los odie. Pero este… Es uno de los mejores días de mi vida. Tengo cosas que quiero, compañía, buenos tratos…

No cambiaría este día por nada. No quiero olvidarlo nunca.

_____________

Hola! Espero que les haya gustado ❤ (si es así, regalenme un voto⭐ por favor🙏🏻)

Cambié la portada, espero que esta les guste y que parezca que el animalito de la izquierda es un zorro...

Además, a la noche, pasé las 300 vistas (totales) así que me pusieron muy feliz, gracias por leer y apoyar la historia 🥰

¡Nos leemos!

La Respuesta (Mi Decisión I) +21✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora