La Respuesta (Mi Decisión I) +21✔

17. Límites 🔞

Javier se subió a la cama y me acomodó arriba de él. Me pegó como unos vibradores chiquitos en los pezo*nes, que ya estaban prendidos y me removí ante la sorpresa. Me vendó los ojos y no hizo, ni dijo nada más.

No suelo sentir nada de los pezo*nes, no me exci*tan ni me los toco nunca porque no me gusta, así que eso no me afectaba, pero el hecho de estar desnuda con solo su collar me estaba exci*tando un poco. Además, me estaba acomodando justo arriba su pelvis, así que sentirlo, ya era suficiente para calentarme.

Me estaba pasando la mano por las piernas muy, muy despacio y no hacía nada más. La pasaba tan delicadamente que solo me rozaban un poco las yemas de los dedos y me daban escalofríos.

Después de un rato ya quería algo de acción, así que empecé a mover un poquito las caderas para exci*tarlo.

Sentí que una de sus manos me subía despacio por la espalda hasta que llegó al collar. Metió dos dedos entre el collar y mi nuca y apretó para atrás, haciendo que me ahogue. Ya no podía respirar e intenté agarrar con mis manos el collar para que me deje de ahorcar pero me agarro las dos manos con la mano libre que tenía y las apretó contra su pecho. Aflojó un poco el collar para que pueda volver a respirar, pero solo unos segundos y volvió a apretar para atrás. Largué un grito ahogado y sentí como su miembro se estaba poniendo un poquito duro. Me volvió a aflojar y me soltó. Yo inconscientemente me contraía arriba de él y espero no estar mojándolo todo.

Los pezo*nes ya me dolían y quería sacarme eso, pero él no me soltaba las manos así que, todavía sentada en su miembro, me bajé para adelante para fregar mis pezo*nes contra él. Lo hice para que se me aflojen las cintas que sostenían los vibradores en su lugar, pero como él sostenía mis manos yo no llegaba a poder rozarlos con fuerza. Cuando se dio cuenta de lo que quería hacer, con su mano libre me ató las manos y me comenzó a azotar atrás con su mano.

—No, no, esas cosas no se hacen. Si yo te los puse, solo yo te los puedo sacar. —Afirmó.

Me siguió golpeando hasta que intenté salirme del lugar. Se levantó de la cama y me dejó ahí jadeando.

Escuchaba que estaba buscando algo en el armario, pero tardaba así que parece que no lo encontraba.

Al rato sentí que se subió a la cama y estaba parado encima de mí. Escuché unas cadenas y me agarró de las manos para que quede arrodillada. Enganchó la cadena a la cuerda que tenía atada y me dió vuelta para que este de espaldas a él.

Me comenzó a tocar los glúteos en la parte donde me había golpeado, que ahora ardía. Fue despacio mientras subía y me acarició la espalda.

Se tomo su tiempo hasta que se levantó de la cama y cuando volvió me acarició la espalda con algo que se sentía duro, pero era suave, como de cuero, tal vez.

Dejé de sentirlo y quede esperando mientras apretaba los dientes. Sin decir nada me comenzó a azotar la espalda, eran golpes fuertes y muy seguidos. Entre mis gritos y los golpes lo único que podía escuchar era la respiración de él. No lo podía ver, pero se lo escuchaba agitado.

Esos golpes me estaban matando, ya no los soportaba. Eran uno después del otro, eran fuertes, pero al menos parecía que no los hacía todos en el mismo lugar, iba cambiando, desde arriba hacia abajo.

Que te golpeen la espalda no era nada comparado a los muslos o los glúteos… Esto era muy doloroso, hay demasiado contacto con los huesos, nada de grasa, nada que amortigüe el golpe.

Cuando paró de golpear lo escuché respirar más fuerte. Me paso la mano por la vagi*na para ver qué tan húmeda estaba y se rió.

—Que ZORRA que sos, mi hermano tenía razón. —Dijo riendo un poquito.

Oh nooo, no es momento de mencionar a David, si pienso en él me acuerdo de los “buena chica” y de sus nalgadas, oh no, es demasiado. Intenté cerrar las piernas y me roce sin querer la vagi*na.

—Ahh —gemí.

Mier*da, espero que no lo haya escuchado.

—Así que la zorra se exci*ta cuando lo menciono a David…

Que suerte que no me vió, porque se iba a dar cuenta que estaba roja como un tomate.

—No, no, no es así. —Intenté explicar.

Me empujó la espalda hacia adelante pero no podía bajar mucho porque mis manos seguían agarradas al aro del techo. Me pasó su mano por el clíto*ris y me empezó a tocar, me retorcí con lo brusco que era y lo fuerte que le hacía. Pero no tardé mucho en venirme, intenté cerrar las piernas para sentirlo más intenso, pero metió una de sus piernas para que no pudiera. Me siguió tocando y no tardé muchos segundos más en venirme dos veces más.

No sé si es que soy multiorgás*mica o que seré, pero siempre tardo uno o dos minutos en venirme la primera vez y después unos 10 segundos para venirme de vuelta y así hasta me duele el clíto*ris o se me cansa la mano. Siempre que me toco cuando estoy sola estoy un par de horas haciéndolo, nunca me puedo calmar una vez que empiezo a venirme.

Así que, como Javier no paraba de tocarme, yo no paraba de venirme. No soy ruidosa cuando me toco, pero si respiro mucho más fuerte. No sé si estaba esperando que grite o algo, pero no paraba y ya no sé cuánto tiempo había pasado. Cuando estaba por venirme otra vez paró justo antes y me comenzó a nalguear. Ahora si me puse a gritar. Cuando ya no podía más sentí que se me caían las lágrimas.

—Ah AH ya ah por por fa ahhhh por favor ahhh no no puedo ahh AH AH no por faahhh AAHHH.

Ese último golpe hizo que me viniera, e intenté hacerme una bolita para que no me golpeara más, pero no podía encorvarme más de lo que ya estaba.

La cadena que me agarraba al techo, no dejaba que pueda moverme de más.

No digo que los golpes no me excita*ban o no hacían que me venga, pero era demasiado, no quería más golpes, eran realmente demasiados.

Sentí su respiración y lo escuché gruñir con una voz ronca mientras se venía arriba mío, en mis piernas, logrando que respire aliviada, porque ya terminó.

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Capítulo intenso... ¿Qué les pareció?

Ya quedan muy pocos capítulos para que Laila tome su decisión. Espero que sea de su agrado.

Pd: La fusta con la que golpeó a Laila está arriba de todo, para que la vean.

Besitos! ❤

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