𝕮𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 27. 𝕵𝚞𝚐𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚌𝚘𝚗 𝓟𝚎𝚛𝚛𝚘𝚜 𝚢 𝕷𝚘𝚋𝚘𝚜

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Siempre escuché que la primera vez que te entregar a alguien, es uno de los recuerdos más importantes de tu vida, aunque no hubieras formalizado nada con esa persona; sin necesidad de tener un lazo afectivo. Tu primera vez es, en esencia, la primera. Todas las demás sólo son reintentos para decidir si quieres volverlo a repetir o de pasar página.

Sin embargo hay dudas al respecto por mi parte.

Si muero —y revivo antes de esa noche—, ¿quiere decir qué volveré a ser virgen? ¿Qué es la virginidad en sí? ¿Por qué la sociedad la ha tomado como un objeto de deseo, si es algo que no puedes tocar ni asegurar que está dentro del cuerpo de alguien? Quizás mis dudas son estúpidas, incluso innecesarias. Pero yo siempre estoy pensando constantemente, salvo esa noche en la que me prometí evitarlo a como diera lugar. Y aun así, pese a que fue una experiencia interesante... ¿por qué siento que me falta algo? 

Kael es un libro extraño que no soy capaz de leer siempre que quiero —salvo si hago trampas y observo su aura—. Tiene una decena de sonrisas diferentes, varios tipos de besos, miradas que expresan demasiado aunque parezca enfadado, gestos físicos que son capaces de provocar distintas reacciones en mi cuerpo... Es confuso.

Pero, pese a lo que hemos hecho, no hemos formalizado nada. ¿Será a caso qué su lealtad es sincera? ¿Será capaz de darme la libertad para saber lo qué quiero? ¿Se centrará en ayudarme si se lo pido? No lo sé.

También que la primera vez es el cierre de un ciclo, un primer paso hacia la madurez. Y yo cuestiono eso: ¿Qué es la madurez? ¿Quién dijo tal afirmación? Tener dieciocho años no te hace adulto, porque la separación de edades es puramente un concepto humano que la sociedad ha metido en sus leyes, pero luego no te consideran como tal para otras cosas. 

Dicen que eres mayor para conducir, beber alcohol o mantener relaciones sexuales; eres mayor para trabajar o tener una casa. ¿Pero no lo eres cuando una mujer quiere tener hijos? ¿Tampoco lo eres cuando un anciano te reprende, como si lo hicieran con un niño? Muchas cosas me resultan tan absurdas e ilógicas que, pensándolo en frío, comprendo que estas dudas son gracias a que mi cerebro empieza a expandirse gracias a mis nuevas experiencias.

Es por ello que me siento diferente, cambiado y extraño. A veces. Al parecer, todos en la universidad habían notado que algo había cambiando entre yo y Kael:  Mi comportamiento se inclinaba a una confusión constante, llena de dudas, como un barco a la deriva que navegaba en un mar extraño y sin una brizna de aire que moviera mi vela; en cambio, Kael disfrutaba de bailar bajo una tormenta de relámpagos y granizos durante el día, y una suave llovizna ligera durante las noches.

El sabueso me besaba siempre que me tenía cerca en cada momento, sonriéndome cada vez que lo hacía. Muchas veces en la boca, arrancándome el aliento y calentando mi lengua con la suya, mientras se pegaba a mi cuerpo con una pronunciada erección; susurrándome que esa noche fue perfecta y quiere volverla a vivir muchas veces más. Y unas pocas me besaba la mejilla bastante rápido antes de largarse con la sonrisa más grande y estúpida del mundo. En la cama —ya fuera al despertar o antes de dormir—, cuando se apegaba a mí recorría mi cuerpo con la aspereza de sus manos y me recordaba constantemente que era la criatura más perfecta del mundo, que mi piel tentaba a la suya para morderla y besarla, que mi culo era la octava maravilla del planeta.

Eso último me hizo un poco de gracia, no voy a negarlo.

En cuanto nos vestíamos, él no dudaba en palmearme en el trasero y gruñir con esa lascivia que se reflejaba en su aura; cuando nos cruzábamos en los pasillos me guiñaba un ojo que me dejaba un poco bobo y torpe; sus sonrisas se iban haciendo mucho más grandes y brillantes, atravesando los susurros del alumnado y sus rumores. Estaba embrujado por mí y yo todavía me pregunté si realmente podría con ello cuando supiera cómo lidiar con estas novedades.

𝔸𝚜𝚋𝚎𝚕 [También en Inkitt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora