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— Déjame en paz – dijo ella con voz ahogada – ¿Qué es lo que quieres? Dime y tenlo por hecho que lo haré.
— Te quiero a ti, toda, con tus pechos expuestos y tus piernas abiertas, solo para mi – acaricio su mejilla con ternura. Ella se estremeció – doloroso y excitante a la vez...
— Aléjate de mi – gruñó y apartó su mano violentamente.
En el rostro de JongDae apareció una expresión que parecía de dolor. La tomó de los hombros y no precisamente con delicadeza. La sacudió, mientras que en sus ojos se reflejaba el dolor que sentía por ella.
— No vuelvas a pedirme eso – la voz se le quebró – ya he estado alejado de ti mucho tiempo y no aguantaría otro día mas sin ti.
Y las palabras sobraron. JongDae empezó a comerle la boca con desesperación. Pero ChoRong no le correspondió el beso. Lo empujó, pero como era de esperar él no se movió, ni siquiera lo sintió. JongDae la agarró de las muñecas, impidiendo así de que siguiera golpeándolo y forcejeó con abrirle los labios para meter su lengua y recorrer toda su deliciosa boca.
ChoRong al fin dejó de moverse y JongDae bajó sus manos para enterrar sus dedos en su cintura para apegarla más a él. Y ChoRong pudo sentir lo excitado que él estaba. JongDae la necesitaba, la deseaba como jamás deseo a otra mujer. Ella gimió sobre sus labios, pero no de excitación, sino de dolor. Él la estaba sujetando con tanta fuerza, que la empezaba a lastimar.
— Basta... por favor – pidió, pero él la ignoró. Ni siquiera la escuchó. Solamente la sentía.
Sentía su miedo y su inseguridad por él. Podía sentir también los latidos de su corazón acelerar cada vez mas por su angustia. Era tanta la alegría que sentía JongDae en ese momento al tenerla cerca otra vez, que no sabia como debía reaccionar con naturalidad. Demostrar sus sentimientos nunca había sido su especialidad.
— ¡Suéltame! – gritó ChoRong, ahogándose con sus propias palabras.
JongDae al fin la soltó, y ella se masajeo sus muñecas, tratando así de suavizar el dolor ocasionado por él. JongDae la miró y se acerco tan rápido hacia ella que ChoRong pensó que le iba a pegar. Pero en vez de eso, la envolvió en sus brazos y la abrazó tan fuerte que le estaba costando trabajo el poder respirar.
— Oh dios, ChoRong... Te he echado de menos – admitió.
— Ya te dije que no te quiero cerca de mi – dijo, ahora enfadada – apártate –JongDae se separo de ella bruscamente, ahora molesto.
— Di lo que quieras, pero de eso no te servirá para cuando te meta a mi cama y te folle sin piedad – ChoRong se paso una mano temblorosa por el pelo, mientras lo miraba con terror.
— ¿Por qué yo? Fóllate a una puta o prostituta, pero a mí no me toques.
— Te quiero a ti, simplemente por el hecho de que eres diferente a las demás. Y te guste o no, me obedecerás – le dijo con tono amenazador. Ella negó con la cabeza.
— No haré el amor contigo – le aseguró.
— Llámalo como quieras; follar, coger, sexo... es lo mismo. Al fin y al cabo terminaras acostándote conmigo si o si – Ella apretó los labios, aguantándose las inmensas ganas de querer echarse a llorar y desvío su mirada hacia la ventana.
— ¿Por qué haces esto? – preguntó sin despegar su mirada de la ventana – ¿Qué es lo que te hice, JongDae? – y JongDae sintió un dolor desgarrador en el corazón, como si se lo atravesaran con un cuchillo.
— Me dejaste solo. Te fuiste sin siquiera despedirte – le dijo y ChoRong pudo notar el sufrimiento en su voz.
— Sabes que no fue así. Fuiste tu quien no quiso saber nada más de mi – se volteó para mirarlo a los ojos, ahora cristalizados, húmedos por las lagrimas que amenazaban con salir de sus ojos.
— Da igual, ya no importa – murmuro, aunque ChoRong sabia que en el fondo de su corazón si le importaba, y demasiado. Se giró y camino unos cuantos pasos, pero antes de irse, agregó – ya no estoy enamorado de ti, Rongie~
Y ella ya no aguanto. En cuanto él se fue, ella se tiró a la cama y se desahogó llorando, fuerte. Era demasiado el sufrimiento por el que estaba pasando, que ya no podía más, ¿Dónde quedo el JongDae tierno y tímido al que una vez ella amo?
Se ha ido...
Ahora, lo único que le quedaba era rogar por qué SeHun la estuviera buscando en ese momento. Nada mas quería su vida de antes, ¿Acaso eso era mucho pedir? Al parecer si.
“Debí haberme quedado en casa junto con MungMung”, se repetía una y otra vez.
Y de repente, ChoRong se preocupó. MungMung. ¿Qué habrá hecho con él? Rezó por que estuviera bien. Se levantó de la cama y miró a su alrededor, buscando alguna salida. Llorar no le iba a servir de nada si quería huir de ahí. Se dio cuenta de que JongDae le había quitado el celular de su pantalón, le había colocado seguro a la puerta y ella era lo demasiado cobarde como para saltar desde la ventana.
Rendida, ChoRong se sentó en la cama y cogió un libro que encontró por ahí. Mientras que ella leía, pasaban las horas y el cielo se torno en un color anaranjado precioso. Atardecía, y ella estaba tan concentrada leyendo que no se dio cuenta cuando JongDae entro a la habitación.
— Voy a salir, te dejé comida abajo por si tienes hambre – dijo simplemente y se volteo para caminar – y no intentes escapar de aquí, no lo lograras – le aclaró.
— Espera – lo llamó antes de que se fuera.
JongDae se detuvo en seco, pero no se giró. No quería verla a los ojos. La había escuchado llorar, y eso lo hirió más de lo que pensó.
— ¿Qué?
— ¿Qué hiciste con MungMung?
— Tranquila, a tu perro no le hice nada. La verdad es que no sé donde esta, la ultima vez que lo vi estaba en el parque. A la que quería era a ti, no a él – hablo y se alejó.
Horrorizada pensó en su perrito solo en el parque, por lo menos tuvo un poco de alivio cuando escuchó la puerta principal del primer piso cerrarse. Pero todavía no dejaba de pensar en MungMung, el pobre perrito en el parque. JongDae se había ido, y por lo menos hoy no la tocaría más... Por ahora.
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Capítulo editado; 19/08/19
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Acosada | K.JD » EXO | +18 | TERMINADO |
Fanfiction«Te estaré vigilando...» ↪ Historia adaptada. ↪ Advertencia: Contenido vulgar y explícito. ↪ Capítulos cortos.