iii: bad idea!

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Lunes (tres días después de la fiesta)

-Llego tarde, llego tarde, llego tarde-se repetía una y otra vez Akari. Se estaba tomando un zumo de naranja en brick porque ni si quiera le había dado tiempo a desayunar. Tenía pensado venir en su skate pero llevaba falda por el uniforme y no podría ir a gran velocidad sin riesgo a que se le levantara. Agradecía a sus madres el vivir cerca de la preparatoria pero aún así estaba a diez minutos andando y la clase empezaba en dos minutos. No quería imaginarse la bronca que le caería de su estricto profesor de inglés. Suspiró ante ese pensamiento e intentó correr aún más rápido. Se había quedado hasta tarde haciendo los deberes que no hizo ni el viernes ni el sábado dando como resultado que estuviera tan dormida que no escuchó el despertador.

Empezó a ver la preparatoria a lo lejos, pero ya era muy tarde. Aún siguió corriendo hasta llegar a la puerta con la esperanza de que el profesor se hubiera retrasado. Entró, se cambió los zapatos y corrió escaleras arriba para ir a su clase.

-Mierda-dijo al ver que la puerta de su clase ya estaba cerrada. Dio un par de toques y abrió después de escuchar el "pase" de su profesor, dejándose ver.

-Señorita Hanakuro, otra vez tarde, me temo que no podrá entrar por hoy a mi clase-dijo el profesor de unos treinta y ocho años, autoritario como siempre. A Akari se le erizó la piel al escuchar su voz grave, bajó la cabeza y susurró un "lo siento". Volvió a cerrar la puerta y se quedó apoyada en la pared con su mochila en el suelo. Pensó por un momento irse al baño y quedarse mirando el móvil pero lo descartó al ver a su mejor amiga subiendo las escaleras con absoluta tranquilidad.

-Ya me lo estaba imaginando-dijo Mirai encogiéndose de hombros al ver a la pelinegra apoyada en la pared. Akari soltó una pequeña risa, mientras que la peliblanca llegaba tarde todos los días, ella mágicamente llegaba tarde casi siempre que tocaba inglés. Cuando finalmente Mirai llegó al lado de su amiga ni se molestó en llamar ya sabía lo que se le venía. Se sentó en el suelo y abrió un paquete de galletas que sacó de su chaqueta para comenzar a comerselas. Akari iba a encender su teléfono pero escuchó unos pasos que al parecer la de ojos rubíes no había escuchado. La tocó por el hombro y esta inmediatamente se puso de pie y guardó las galletas de nuevo en el bolsillo de su chaqueta. Los pasos cada vez se oían más cercanos. Hasta que vieron al creador de las pisadas.

-¡Aran-senpai!-dijeron sorprendidas al ver allí al as del equipo de voleibol y no a un profesor como esperaban que fuera.

-Oh, hola Nishishima, Hanakuro-saludó el chico agachando ligeramente la cabeza.-¿Qué hacéis aquí?

-Hemos llegado tarde y Yoshida-sensei no nos ha dejado entrar, ¿y tú?-habló la mas baja de ambas. Este agachó la cabeza y desvió la mirada algo avergonzado aunque con una sonrisa.

-Me quedé dormido, je, je.

-Yo también no te preocupes, ¿qué te tocaba ahora?-habló Akari esta vez.

-Matemáticas con la profesora Sato-las dos amigas hicieron un gesto de dolor, habían tenido con esa profesora el año anterior y no era para nada simpática.

-Si quieres te puedes quedar con nosotras-propuso Mirai.

-Aw gracias chicas sois muy simpáticas, pero iré a clase por si por casualidad me dejan pasar-dijo mientras se rascaba la nuca.

-Ok, tranquilo-le restó importancia Mirai, aunque en el fondo estaba deseando que se quedara.

Aran se despidió con la mano y siguió su camino hacia el pasillo de las clases de tercero bajo la mirada de ambas amigas. Cuando desapareció en una esquina Akari sonrió pícaramente mirando a la peliblanca que se había vuelto a sentar en el suelo a terminar de comer sus galletas.

lovegame [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora