vii: cigarette duet

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—Mirai de verdad que eres tonta—le dijo algo menos enfadada Akari. Después de clases habían tenido una charla sobre lo que pasó con la rubia. Se encontraban bajo las escaleras de emergencia de el recreo, saltándose las actividades de sus clubs.

—¿Y que quieres que haga?

—En primer lugar no debiste decirle que te gustaban los hombres, según me cuentas ella realmente te gustó. Tampoco nos olvidemos de aquello...

—¿Aquello?—cortó la peliblanca mientras alzaba una ceja, sabía perfectamente de lo que hablaba y su mejor amiga sonrió ladinamente ante la falsa confusión.

—¿Si ya lo sabes para que preguntas?—suspiró—Bueno, si al menos te hemos gustado Mahiru y yo, entonces no te gustan solo los hombres.

—Ya lo sé, pero es extraño. Si no sé ni quien soy ¿qué le podría decir a ella? Esa era la...—la voz comenzó a temblarle. Agachó la cabeza, no lo suficientemente rápido como para que Akari no vea sus lágrimas correr sobre sus mejillas.—La forma más... fácil.

La pelinegra atrajo la cabeza de su amiga hacia su pecho, donde comenzaba a sentir la camisa del uniforme mojada. Akari estaba acariciando suavemente el pelo de la chica para tranquilizarla hasta que pareció darse cuenta de algo y la separó de ella.

—Nishishima dime por favor que no llevabas maquillaje.

—Un poco de rímel—Akari observó su camisa blanca, manchada tal y como se esperaba. Se había fijado antes pero no lo había recordado hasta ese momento. Mientras que la ojimiel puso cara de asco la otra amiga no dejaba de reír a carcajadas mientras sus lagrimas seguían adornando sus mejillas.

—Pronto te entera...—de repente paró. Mirai, confundida, pareció darse cuenta a los pocos segundos. 

Había un olor extraño flotando por el aire, no era muy fuerte por lo que no estaba muy cerca pero si lo suficiente intenso como para saber de qué se trataba. Ambas chicas se miraron a los ojos, intentando asomarse para ver quién era el que estaba fumando. Era el famoso Suna Rintarou que habían conocido hace dos días gracias a que los gemelos les había presentado. Se encontraba apoyado en la pared, mirando a su teléfono móvil y fumando mientras que su mochila estaba en el suelo.

—Salimos o...—susurró la más baja cansada de observar al castaño, Akari asintió.

—Vale, pero vamos a hacer como que estamos hablando para que no se piense que le estábamos espiando o algo por el estilo.

Ambas se volvieron a esconder intentando pensar un tema para poder salir sin que el chico malpensara. No fue hasta después de cinco minutos mirando a su alrededor que ojimiel consiguió uno e hizo un movimiento con la mano para llamar la atención de su mejor amiga. La peliblanca entendió la señal y se dispusieron a salir de su escondite.

—Yo creo que deberías cortarte el pelo—intentó decir la de pelo corto sin reírse, pues sabía que la otra chica se iba a negar rotundamente a esa idea. 

—¿Tu crees?—cuestionó Mirai para la sorpresa de la pelinegra. Ella asintió e intentó no fijarse en el chico que acababan de pasar.

—Nishishima y Hanakuro, veo que ni saludáis—las dos amigas se tensaron, pensaron que habían conseguido escaparse. Mirai fue la que habló primero:

—Podrías habernos saludado tú.

—No hace falta que nos llames por nuestro apellido, Rintarou.

—Y tu deberías ser más educada, Hanakuro—Akari se cruzó de brazos mientras enarcaba una ceja.

—Soy educada con quien respeto, de momento tu no mereces mi respeto así que ni me molestaré.

—Bueno, veremos si te ganas mi confianza como para que te llame por tu nombre—respondió el ojiverde. Ambos mentalmente aceptaron el reto mientras que la peliblanca miraba desinteresada la escena.

lovegame [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora