-Ha pasado bastante tiempo, Akari.-saludó el ojiverde.
-Ahora mismo me podría estar comiendo los chocolates que me han regalado por el White Day pero hemos quedado así que no tienes el derecho de hablar.
-Pero...
-Shhhh-le cortó la pelinegra.
Suna y Akari habían estado hablando durante varias semanas, lo que en un principio parecía una rivalidad se había convertido en una amistad. Tanto que incluso habían quedado por primera vez después de un mes hablando hasta altas horas de la noche.
Siguiendo con la tradición japonesa, el 14 de marzo era el día en el que supuestamente los hombres regalaban chocolates a sus intereses amorosos, familiares o amistades mujeres. Claro está que en el instituto se adelantaron y lo celebraron el viernes. Y Akari, como la rompecorazones que es, consiguió una cantidad bastante considerable de chocolate que aún no se había terminado.
-Bueno ¿entonces me vas a decir por qué me has hecho traer el monopatín?-preguntó Hanakuro en cuanto se cansó del silencio que había entre los dos.
-¿Ahora me dejas hablar?-dijo con burla Rintarou, ante las ceja alzada de la chica siguió:-Vamos a la ciudad de al lado.
-Ah, ok.-respondió simplemente la ojimiel.
-Las he visto más animadas.
-Pues yo sigo sin ver a nadie más idiota.
Suna soltó una risita, siempre que intentaba molestar a Akari terminaba recibiendo el doble y le hacía bastante gracia. Akari siempre respondía a este tipo de provocaciones por simple diversión.
-Entonces quien llegue primero gana-Suna dejó caer su monopatín al suelo, se subió a este y se impulsó dejando atrás a Hanakuro.
-Tsk, tramposo-dijo para sí misma repitiendo la misma acción intentando llegar a la altura de el castaño. Se acercó bastante pero seguía sin poder llegar a la par del chico y mucho menos adelantarle.
Intentó darse más impulso, adelantar su postura y mil maneras más pero era incapaz así que se resignó a quedarse atrás y perder. La pelinegra aborrecía perder pero se rendía fácilmente, sin mencionar que en esos momentos se sentía como Aquiles en la paradoja de Aquiles y la tortuga.
Después de cinco minutos llegaron a la pequeña ciudad de al lado. Rintarou al fin bajó su velocidad sabiendo que había ganado, posicionándose al lado izquierdo de Akari.
La chica tenía una cara de molestia fingida, la verdad le había parecido divertido patinar por la carretera vacía pero de alguna manera quería que el ojiverde se sintiera culpable de ser un tramposo.
Suna suspiró conociendo esa expresión, era exactamente la que hacía su hermana pequeña cuando se enfadaba con él por cualquier tontería. Y en eso era exactamente igual a su madre, que le reclamaba a su padre siempre que se sentía celosa de otras mujeres. Su padre por suerte varias veces le aconsejó qué debía hacer en esos casos.
-Espérame aquí un momento-le dijo el chico a Akari haciéndole parar frente a una tienda en la cual había entrado Rintarou.
No pasaron ni dos minutos hasta que él saliera de la tienda con una pequeña bolsa de bombones de chocolate. Se lo dio a una Hanakuro sorprendida por el detalle mientras que él se sentaba en un banco cercano. Akari saliendo de su estado de incredulidad probó uno mientras se sentaba junto a Suna.
-Están buenos, ¿quieres probar?-el castaño negó con la cabeza.-Tu novia se va a poner celosa.
-No tengo novia.
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lovegame [COMPLETA]
FanficEl concepto de amor romántico es algo difícil para Akari Hanakuro ya que nunca lo ha sentido. Odia tener que jugar con el amor y herir a los demás pero Suna está dispuesto a ese riesgo. suna rintaro x fem¡! oc