xii: luna llena

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—Rintarou levántate de una vez que vas a llegar tarde.

El ojiverde saltó de la cama al escuchar la voz demandante de su madre. La progenitora volvió a salir de su habitación de un portazo dejando que su hijo suspirara aliviado. 

Una suave brisa acarició la piel del torso desnudo del chico y le alborotó el pelo un poco más de lo que ya lo tenía. Él simplemente cerró la ventana y comenzó a vestirse con el uniforme que dejó sobre su silla de escritorio la noche anterior.

Ya vestido fue al baño a peinarse y lavarse la cara, después bajó a la cocina con su mochila cargada de libros a desayunar junto su familia. En la mesa ya se encontraban su padre y su hermana desayunando mientras que su madre terminaba de servir la comida.

Sus padres eran periodistas. Su padre trabajaba para las noticias del mediodía mientras que su madre trabajaba en el periódico nacional más vendido. Su hermana de 9 años seguía yendo a primaria, ahora sin el acompañamiento de él ni el de sus padres.

Madre e hijo se sentaron a comer a la vez mientras de fondo se escuchaba una mezcla entre la música de la radio puesta y las noticias de la mañana. Él no hizo caso a ninguno de los dos y miró sus redes mientras desayunaba sus tostadas con zumo. Tenía bastantes notificaciones, la mayoría de Instagram y cuya cuenta contaba con casi dos mil seguidores y cuya bandeja de entrada tenía decenas de mensajes desde hace días o incluso semanas que no había contestado.

A pesar de su popularidad en las redes y en la preparatoria, él seguía relacionándose con las mismas personas, aunque últimamente su circulo se había extendido gracias a Akari, que de alguna manera había creado un grupo de siete personas con gente que ni si quiera se conocían bien entre ellos, pero de alguna manera era divertido y una locura por parte de la pelinegra y la albina.

Entre todos sus mensajes vio que la ojimiel le había escrito. Abrió el chat y leyó:

"estoy con Gael y vamos a buscar a Mahiru y a Mirai, quieres que pasemos a por ti también?".

El chico tecleó rápidamente un "vale" y viendo como al instante se marcaba el visto de la chica.

"ya estamos casi así que bájate".

EL castaño terminó de beberse el zumo y se levantó de la mesa llamando la atención de sus padres.

—¿Ya te vas?—preguntó su hermana a lo que Rintarou simplemente asintió.

—¿Tan pronto?—preguntó su padre sorprendido, normalmente salía más tarde.

—Ay cariño déjale, mejor que vaya pronto ¿están allí Osamu y Atsumu?—regañó la mujer a su marido.

—No, están Akari y otros amigos más—contestó él sin prestarles mucha atención y apresurándose para salir. Ambos padres se extrañaron mientras que su hermana, que sabía perfectamente quién era, rió por lo bajo.

Suna se despidió con un simple adiós y salió cerrando la puerta detrás de él encontrándose con todos sus amigos frente a la puerta. Bueno, a casi todos.

—¿Y los gemelos?

—Ni idea.—respondió Gael encogiéndose de hombros. Al momento Suna se acordó del día que era hoy, 30 de abril.

—Por cierto feliz cumpleaños.—en ese momento se hizo presente el tono de llamada de uno de los móviles. Gael miró su móvil e hizo una mueca de sorpresa.

—Ay muchas gracias, esperadme un momento.—el argentino se acercó su móvil al oído mientras se separaba del grupo, que seguía caminando.—¿Marcos?

—¡Felicidades!—escuchó múltiples voces desde el otro lado de la línea haciendo que al ojiazul se le saltaran las lágrimas.

—Muchas gracias chicos—agradeció en español, llamando la atención de el grupo ya que tenían curiosidad sobre cómo Gael hablaba en su lengua materna y sobre su acento. Mientras tanto Gael estaba centrado en la llamada que habían realizado sus amigos y hermanos desde el móvil de su hermano mayor.

lovegame [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora