lovegame [COMPLETA]

xviii: heaven and back

"Los hijos de la luz nacieron", "Los herederos ya están aquí", "Los emperadores de la nueva moda" e incontables titulares más fueron publicados un 1 de septiembre por cientos de revistas y telediarios cuando la modelo Bela Zotova y el diseñador Hajime Nishishima tuvieron a sus dos hijos mellizos: Mirai y Makoto Nishishima. Sin saberlo, ambos tendrían la vida solucionada con el simple hecho de ser hijos de personas tan importantes para el mundo de la moda.

Todos los periodistas peleaban por conseguir una exclusiva de los padres o alguna foto de los recién nacidos, pero esto no ocurrió hasta un año después, cuando los hermanos cumplieron su primer año y por fin sus caras fueron públicas, dejando ver sus preciosos rasgos albinos y japoneses prometiendo ser los hermanos más lindos de toda una generación.

Impresionaron a todo el mundo con sus cabellos blancos relucientes, su piel increíblemente pálida, pero sobretodo, con sus ojos. Tenían ojos rubís, que eran increíblemente raros y lo que les hacía recibir incluso más atención que sus padres.

Y en todo lo que recuerdan, los hermanos siempre han tenido cámaras rodeandoles. Tanto Mirai como Makoto habían destacado a temprana edad por sus habilidades en la pintura y en la ingeniería lo que les tuvo más en el foco, incluso recibiendo diplomas y premios entregados personalmente por el emperador emérito, Akihito.

Todo era perfecto dentro de la familia, dos padres famosos, sin ningún tipo de problema económico y dos hijos brillantes. Todo era así hasta Yuuta Nishishima lo destruyó todo.

El padre de Hajime y abuelo de los mellizos fue el responsable de que aquella vida tan perfecta acabase pronto. La eterna duda de por qué la familia se rompió aún sigue en el aire para los periodistas de la prensa rosa, pero todos los miembros de la familia lo saben perfectamente: las exigencias de Yuuta.

Estas exigencias no eran solo hacia sus nietos, sino que a Bela y a Hajime también. A la rusa se le exigía que cuidara ella a sus propios hijos y que Hajime comenzara a trabajar dejando de lado sus obligaciones como padre. Los niños debían ser brillantes en todo y criarse separados, por la estúpida razón de diferente sexo.

Bela no pudo soportar esto y se vio obligada a hablar con Hajime para echar a su padre de su casa o irse lejos de quien le estaba atormentando sus días. El hombre totalmente manipulado por Yuuta se negó a ambas opciones, obligando a Bela a llevarse a su hijo e irse a Rusia, lejos de esa casa.

Mirai solo tenía 10 años cuando todo aquello pasó. Estuvo días frente a la puerta esperando a que su madre llegara con su hermano, pero eso nunca pasó. En cambio, fue la víctima directa de su abuelo.

Fue entonces cuando ahora ya la única heredera del imperio de los Nishishima desarrolló problemas de alimentación.

Tenía atracones, comía mucho dulce e incluso comía más a pesar de que ya estaba llena. Su relación con la comida era como una terapia para ella. Se sentía bien cuando comía, solo pensaba en la comida. Pero a la vez que se sentía bien comiendo, se sentía mal cuando terminaba. Su padre no le paraba de repetir que debía adelgazar y que no debería comer tanto haciendo así que cada vez que Mirai terminara de comer, sintiera vergüenza e incomodidad, llevandola a llevar días sin comer o a vomitar lo que había comido.

Quiso ir a terapia cuando se dio cuenta de que lo que hacía estaba mal, pero Yuuta se opuso, justificando que no quiere que vean a su nieta en un lugar donde no debe ni necesita estar.

El abandono de su madre, sus problemas alimenticios y la ignorancia de su padre y su abuelo destrozaron su vida.

También fue en esa época donde la peliblanca se introdujo en el mundo del Internet.

En principio era para distraerse, pero comenzó a hablar con gente y a contar sus problemas. Internet realmente la ayudaba a evadirse de su situación en casa. Pasó tanto tiempo en el ordenador, que frente a la supervisión de los trabajadores de la casa aprendió a programar el ordenador como ella quería. Necesitaba seguir hablando con toda esa gente, se sentía bien.