Estuvimos otro rato platicando, comiendo la tarta que preparo Harry, hasta que empezó a atardecer. Fue cuando Liam y Charlize entraron al comedor, esta era nuestra despedida, ya que por la mañana ellos no nos acompañarían, ellos se irían a la sede central de los juegos para empezar a planear estrategias y conseguir patrocinadores.
Charlize fue la que primero hablo y en realidad se veía muy afectada. Nos tomo de la manos -Mis niños, se merecían algo mucho mejor- dijo con lágrimas de verdad. -Les deseo la mejor de las suertes, lo hago de corazón- nos da un abrazo a cada uno y nos da un beso en la mejilla.
-Gracias, fuiste la mejor acompañante que hubiésemos podido tener- es lo ultimo que decimos y ella se retira del lugar muy sentimental.
Llego el momento de despedirnos de Liam, se cruza de brazos y nos observa por un rato.
-¿Un ultimo consejo?- por fin habla Harry.
-Cuando suene el gong, salgan a toda velocidad. Ninguno de los dos es lo bastante bueno para meterse en el baño de sangre de la Cornucopia. Salgan corriendo, pongan toda la distancia posible de por medio, y encuentren una fuente de agua-
-¿Y después?- pregunto.
-Sigan vivos- responde Liam y sonríe.
-Gracias por todo Liam, cuídate- dice Harry, y sé que deberíamos de decirnos algo más, pero la situación ya es un poco bochornosa como para ponerla mas incomoda y sentimental.
Liam le da un abrazo a Harry y cuando él me abraza a mí le digo cerca del oído.
-Liam, prométeme que ayudarás a Harry en la arena- de respuesta solo recibí un leve asentimiento con la cabeza.
-Vayan a descansar- fue lo ultimo que nos dijo Liam y nos retiramos de ahí. Decidimos dormir juntos, pero primero teníamos que bañarnos, lo iba a dejar irse a su habitación para darse una ducha, pero tenia miedo de que no pudiéramos vernos, que las puertas se cerraran y definitivamente no quería pasar esta noche solo.
-Puedes bañarte aquí- le digo abriendo la puerta de mi habitación.
-¿Estas seguro? Puedo ir a mi habitación a bañarme, no tardare ni media hora-
-No, no, no. Entra, aquí hay todo lo necesario- dije metiéndolo a mi habitación -Si quieres puedes entrar tu primero-
-Esta bien no tardo- Harry se metió al baño y yo quede mirando por la ventana hasta que Harry salió y me sobresalte cuando hablo.
-¿En que piensas?-
-Liam-
-¿En Liam? ¿Por qué?- dijo con Harry con el ceño un poco fruncido.
-La primera vez que conversamos no tenia una gota de interés y parecía aburrido, y ahora nos abraza y nos desea suerte-
-Bueno, creo que para él no es fácil ser mentor, es una presión muy grande, ha sido mentor por muchos años y no ha existido un ganador, solo imagina, cada año ve morir a dos niños de la forma más cruel posible-
Empecé a sentir un dolor en el pecho cuando se me vino a la mente que este año podría ser igual, que este año Liam podría vernos morir. Alejé ese pensamiento de mi cabeza y mejor decidí bañarme. Al salir me coloque una pijama y Harry tenía puesto un hoddie y unos pants. Nos acostamos en la cama, y ya no dijimos nada, esta también era nuestra despedida, mañana no sabríamos que iba a pasar, pero las palabras no salieron de nuestros labios.
Nos quedamos dormidos después de un rato, en mis sueños me encontraba con mi familia, estábamos en un lugar donde el pasto era verde, donde el sol era brillante, podía abrazar de nuevo a mi padre, veía a mi hermana Lottie brincando entre las flores y mi madre se veía mas radiante que nunca, había risas, no había nada de qué preocuparnos, no había ojos tristes y sin vida, no había cuerpos flacos, solo éramos nosotros siendo felices. Hasta que ese sueño se empezó a tornar obscuro, el sol desapareció y en su lugar había nubes espesas y negras, mi familia se había convertido en animales salvajes que amenazaban con atacarme, yo corría, corría muy rápido para alejarme, pero ellos iban mordiéndome los talones.
Desperté de golpe, gritando que se fueran. Harry estaba a mi lado viéndome con cara de preocupación.
-Lo siento, fue una pesadilla- tratando de respirar bien y tranquilizarme.
-No te preocupes, ¿quieres hablar de ello?- pregunta Harry acariciando mi cabello.
Yo niego con la cabeza, no quería recordar a mi familia transformada en monstruos -Harry, ¿Por qué nunca sé cuando tienes una pesadilla?-
-Ni idea, creo que yo no me muevo, ni nada. Simplemente despierto paralizado de terror-
-Deberías despertarme- le digo, y es que yo interrumpo sus sueños cuando tengo una noche mala hasta que él logra calmarme.
-No hace falta, mis pesadillas suelen ser sobre perderte, así que se me pasa cuando me doy cuenta de que estas a mi lado- Me da un beso en mi frente y me recuesta en su pecho envolviéndome con sus brazos, sintiendo su calor y sus latidos.
Por la mañana nos despierta mi equipo de preparación. Vernos a Harry y a mí durmiendo juntos es demasiado para Rossie porque rompe a llorar de inmediato.
Harry se tiene que ir a su habitación para irse a preparar, había demasiada gente en el cuarto que no podía decirle algo más que... -Suerte Harry- mientras lo abrazo.
-Nos vemos en la arena, Lou- me abraza fuerte y deja un beso en mis labios, yo me sonrojo un poco por toda la gente mirando. Cuando Harry iba saliendo por la puerta Niall iba entrando.
-¿Eso es un sí?- pregunta Niall en tono travieso mientras se ríe un poco.
-¿Un sí de qué?- respondí sabiendo de lo que hablaba pero quería evitar una pregunta.
-No te hagas, eso quiere decir que su declaración de amor frente a todo Panem dio resultado- dice mientras no deja de sonreír, y me doy cuenta de que a él también lo voy a extrañar, a él y a su risa.
-Ya, ya. Mejor pidamos algo de desayunar- le digo mientras llamo a un sirviente, no tengo mucha hambre y mi estomago esta revuelto, pero tengo que comer ya que en las siguientes horas no se si tendré comida en mis manos.
En lo que vienen con el desayuno Niall me entrega mi ropa para que me cambie, y le pide a los demás que abandonen la habitación ya no hay mucho que pudieran hacer, estar guapo y presentable en los Juegos no es realmente algo importante.
La ropa son unos pantalones gruesos, una playera de algodón, encima me coloco una chaqueta que al parecer podrá repeler el agua y aprovechar el calor corporal, me coloco unas botas de cordones. Y trato de mover los brazos, correr en círculos para saber si todo esta en orden.
Llega nuestro desayuno y comemos en silencio, cada bocado me duele como si tragara espinas o vidrios rotos, estoy demasiado nervioso y lo único que me tranquiliza es mirar por la ventana. Me cepillo los dientes y Niall me cepilla el cabello.
-Bien Louis, es hora de irnos- Niall me llevará a la arena, así que bajamos por el ascensor y nos llevan en carro al lugar donde serán los juegos, en el Capitolio lo llaman "sala de lanzamiento" en los distritos lo conocemos como el "corral" donde guardan a los animales antes de llevarlos al matadero.
El viaje dura media hora, al llegar nos indican donde tengo que ir, al entrar al lugar que me corresponde puedo notar que hay una plataforma, y es donde me coloco de pie.
-Un minuto para el comienzo- suena una voz por uno de los altavoces.
-Recuerda lo que te dijo Payno, mantén tu distancia y consigue agua- dice Niall.
-Lo haré, muchas gracias por todo Ni, los trajes fueron grandiosos, si llego a tener patrocinadores será gracias a ti-
-No me permiten apostar Lou, pero si pudiera, apostaría por ti-
-¿De verdad?- pregunto
-De verdad- Niall me da un abrazo y nos mantenemos así hasta que un cilindro de cristal nos separa. La plataforma empieza a subir, noto la luz brillante del sol que me deslumbra y noto el aire en mi cara.
-DAMAS Y CABALLEROS ¡QUE EMPIECEN LOS JUEGOS DEL HAMBRE!- una voz retumbo por toda la arena.
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Los Juegos del Hambre-Larry Stylinson
Fiksi PenggemarLouis, un chico de dieciocho años que, desde los doce años se ha encargado de poner comida en la mesa para alimentar a su hermana pequeña Lottie, su madre y a él. Y es que vivir en un distrito donde abunda la pobreza solo te queda sobrevivir, pero ¿...