Llevaba más de un año y medio aprendiendo el uso de la espada. Le faltaba el mismo tiempo para cumplir 10 años, ¿qué no ese era la edad de Dianne en el que el rey mataba a Alaia y ella huía?, el tiempo se le estaba acabando, no obstante ¿qué podía hacer una niña de 8 años?, no mucho.
No podía conquistar a su padre como en las novelas, ni tampoco estaba llena de magia poderosa como la protagonista original, ni mucho menos sabía cómo encontrar al gran mago. Aunque su tiempo estudiando las diferentes ciencias y aprendiendo esgrima no era en vano, ya tenía la confianza suficiente para su siguiente fase.
- Zion, lo estás haciendo muy bien, tu postura cada vez es más elegante- le dijo Jonas.
- Es obvio Jonas, ¿no ves que soy el más capacitado aquí? - Sonrió triunfante sacándole la lengua a Zadkiel, un niño con cabello castaño y ojos dorados, el cual frunció el ceño en modo de guerra, estaba a punto de agarrarse a puñetazos con Zion otra vez ¿por qué no lo dejaba en paz?
- ¡Zadkiel! – gritó por detrás el séptimo príncipe, ¿por qué protegía tanto a Zion?, solo era un niño sabelotodo que se creía mejor que los demás. La anterior vez le habían dado una gran reprimenda y un castigo que duró todo un mes por darle un puñetazo a Zion, ¡el príncipe casi lo estrangula! si no fuese por el capitán Jonas... pero ¡él había empezado!, ¿por qué no lo regañaron a él?, todo era muy injusto.
- Zadkiel, no es bueno que comiences peleas, te tocaran 30 vueltas si sigues así – Le reafirmo el séptimo príncipe, con una mirada casi asesina; Adriel de pronto se volteó y vio con ternura y admiración a Zion, ¿por qué se veía tan orgulloso de un niño como él?, ¿por qué siempre venía a verlo entrenar? Zadkiel estaba harto de Zion.
El entrenamiento terminó pronto debido a la llegada del séptimo príncipe, él estaba entusiasmado viendo a Zion mover la espada, su cabellera rubia y sus lindos cachetes rojizos después del entrenamiento, ¿Cómo es que tenía una hermana tan linda?, tenía una buena aptitud para las espadas, ¿cómo podía privarla de su capacidad?, lo vio desde su primer entrenamiento, cuando casi le da un infarto después de que su bella Di se cortó su cabello y se lo dejó como un chico, ¿por qué cortó su precioso cabello? No es que ella no se viera hermosa, porque su hermanita se veía linda de cualquier manera, solo se sintió triste e impotente por la razón que le dio. Una niña tan delicada e inocente como ella, pensando en que era mejor ser un chico para poder aprender algo que ella quería, para no levantar sospechas en este castillo tan inmundo. Se sintió miserable por haberse negado esa vez, desde entonces la metió a entrenar con el capitán de caballeros y va a verla entrenar cada vez que puede, sonrió de alegría, ¿qué no puede hacer bien su Di?
Los dos se fueron juntos como siempre, Zion se despidió de Jonas con su gran encanto.
- Hasta luego Jo, tu estrella se va- se despidió jocosamente Dianne, ¿qué no ella tenía un buen talento?, le gustaba ser mimada por Jonas y Adriel, sus entrenamientos eran más divertidos de lo que esperaba, – Hasta luego estrellado- le dijo Dianne a Zedkiel antes de irse, ¿tal vez era una bully?, no, no lo creía, ¿qué no así se llevaban los niños?, así forman carácter ¿no es así?, de seguro le agradaba a Zedkiel.
- Hermana, ¿no te gusta Zedkiel verdad? – Preguntó nervioso Adriel – mira, los chicos a esta edad, no son buenos, más bien ningún hombre es bueno, solo tu hermano – Adriel estaba nervioso ¿cómo iba a tener una plática así con su hermanita de 8 años? ¿cómo la protegería de los riesgos del mundo?
Dianne empezó a reírse, ¿por qué se estaba riendo?, ¿y si le gustaba ese niño flacucho de Zedkiel? Ese niño se las vería por seducir a su hermana ¡condenado mocoso!
- Hermano, no... – lo miró tranquilamente, no podía parar de reírse. Hizo su mayor esfuerzo, ¿y si después se la agarraba en contra de Zedkiel?, suspiró– Hermano, él es mi amigo, nos llevamos muy bien ¿no ves que nos las pasamos bromeando?, ¡somos compañeros de espadas!- exclamó orgullosa ¿a quién no le caía bien?
Adriel se calmó por un rato y se volvió a sentir culpable, ¿por qué no veía que tenían una bonita amistad entre ellos?, aun así mantendría vigilado a Zedkiel, por si alguna vez se pasaba con su Di.
- Hermano, llévame cargando, estoy muerta...- elevó sus brazos hacia él y él la levantó y la llevo entre sus brazos. Ella aprovechó el momento y, por primera vez se sintió triste de lo que les esperaba a ellos dos en el futuro, el tiempo se estaba acabando. Dianne iba a meter a su hermano, una de las pocas personas que se había preocupado por ella, en una guerra que podía acabar con los dos.
Sus primeras fases habían comenzado, al menos ya sabía defenderse en lo mínimo y había leído lo suficiente como para reformular de mejor manera su objetivo. En estos meses ya se había sentido lo suficientemente mayor como para salir, salir fuera del castillo. Le hubiese gustado salir con unos años más, pero no tenía más opción, no todo era tan fácil y rápido como en las novelas, se necesitaba tiempo y dedicación para que una niña como ella sobreviva, y esta vez iba a conseguir sus siguientes objetivos en esta lucha sin fin, algo que todo el mundo necesita para sobrevivir y vivir una vida cómoda: dinero y conexiones, ¿y cómo lo iba a lograr una niña de 8 años?, haciendo una de las cosas en lo que era buena: mentir.
Espero que les vaya gustando la novela :D sé que es algo lenta, pero Dianne es una niña sin ventajas, un paso en falso y morirá. El único que la quiere es su dama de compañía y su hermano Adriel, un príncipe que tampoco puede hacer mucho por ella.
Los veo mañana (¡ Sí claro, como si las viera!) *-* GRACIAS POR LEER.
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Dianne: la verdadera princesa encantadora
Fanfiction¿Qué harías si despertaras en la madre de la protagonista? Dapinka, una joven universitaria y bailarina de danza oriental, era la chica más indeseable, conocida por coleccionar hombres como si fueran monedas. Ella, reencarnó en la madre de la prota...