Capítulo 16

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*ES UNA DIOSA*

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*ES UNA DIOSA*

Dianne estaba fastidiada, varias criadas estaban tratando de ponerle un incómodo vestido con cientos de capas, todo era más fácil cuando tenía un sencillo vestido con cordones y no tenía que verse forzada a usar semejante repollo.

― ¡Basta! No quiero este vestido― gritó Dianne irritada, no sabía si eran sus nervios, su culpa o su estómago vacío que la atosigaba. ¿Por qué la antigüedad era tan sanguinaria? En los libros que su amiga Jess le recomendaba solo venían las parte glamurosa de vivir entre la nobleza y ser una linda princesa. Nadie te dijo que tenías que seguir ejecutando a tus enemigos. En este mundo solo el más fuerte gana.

Dianne se volteó a ver y se dio cuenta que todas las criadas quedaron paralizadas, solo Alaia la vio con cara de sorpresa, pero prefirió no decir nada. Ellas no tenían la culpa solo que, extrañaba sus jeans y camisetas; al inicio no le dio importancia a la vestimenta debido a que era tan sencilla y básica que no la afectaba, ahora, solo desearía ser un chico y no una perfecta muñeca para ser vestida.

― Tráiganme ropas de chico, estoy harta de estas cosas ―dijo Dianne despectivamente, mientras alzaba su mano derecha sin ganas y se tocaba la sien.

¿Qué clase de princesa asiste a una ejecución con vestido?, es mal gusto.

Si ella iba a asistir lo iba a hacer a su manera, no como una delicada princesa, y tristemente a veces, la vestimenta era la que te daba imagen, ¿o podrías asistir a una reunión de negocios con vestido?, no, es mejor utilizar un traje.

Todas las criadas se pusieron como maniáticas tratando de encontrar un traje de príncipe de última hora para la princesa, nadie rechistó; ellas habían sido difíciles de encontrar, todo el mundo le tenía miedo a Dianne, tenían miedo de tocarle un solo pelo, todos habían ayudado a recoger los cadáveres del salón y limpiado la sangre derramada en ese castillo, nadie se atrevería a desobedecerla, ¿qué no les esperaría la misma suerte que a los nobles que habían masacrado en su nombre?

Todas las criadas se pusieron como maniáticas tratando de encontrar un traje de príncipe de última hora para la princesa, nadie rechistó; ellas habían sido difíciles de encontrar, todo el mundo le tenía miedo a Dianne, tenían miedo de tocarle un s...

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Adriel era vestido con un delicado traje de seda dorada con encajes y joyas, nunca se imaginó convertirse en el rey de la nación. Si había aceptado el puesto era solo por su hermana; por él, hubiese sido mejor ser un caballero el resto de su vida, pero nunca hubiese podido proteger a su hermana y, aunque él pensaba llevarsela lejos y vivir del campo, tal vez no era la mejor solución.

Dianne: la verdadera princesa encantadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora