Capítulo 6

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Por primera vez no se sentía una idiota, había estudiado lo suficiente como para que sus pestañas se cayeran

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Por primera vez no se sentía una idiota, había estudiado lo suficiente como para que sus pestañas se cayeran. En su vida anterior no hacía nada más que hacer la ley del mínimo esfuerzo. Ya habían pasado semanas estudiando día y noche para acercarse un poco más a este universo, ¿cuál era su razón de estar ahí?, nadie lo sabía y, probablemente nunca llegaría a saberlo.

Se aprendió todos los nombres de la realeza de Sidonia, el nombre y aspecto de cada uno de sus hermanos, la geografía de su país, ríos, montañas, cuáles eran los países que lo limitaban e inclusive la agricultura de este, además de su clima, desarrollo tecnológico e historia. Y, aunque le faltaba demasiado por aprender, había avanzado muy rápido estas semanas , aún cuando estaba cansada, era el cuerpo de una niña de 7 años ¡estudiando como una universitaria en finales!

Debajo de sus hermosos ojos rosas se encontraban unas bolsas negras que demacraban la pulcritud de su rostro. Se sintió culpable, pero tenía que defenderse en lo mínimo, no podía vagar en un país sin reconocer sus ventajas y desventajas. Además, descubrió la belleza de Sidonia entre sus letras; en la novela apenas lo mencionaban y no tenía tácticas infalibles, ni información importante para ganarse la vida en este lugar. Al inicio ni siquiera conocía la moneda del país, eran los rupas, que eran las monedas de cobre, los laks que eran de plata y los crore que eran de oro. ¿Acaso una princesa normal sabría los intercambios de moneda? No, no lo creo. Además, ella iba a crear un rey, o eso planeaba, crear un gobernante, un regente al cual prepararle el camino, uno que la dejara vivir y el cual pudiera manejar.

Últimamente estaba emocionada, pronto le iba a pedir un favor a su tonto hermano Adriel, ¿estaba preparando el terreno?, por supuesto, al parecer Adriel tiene una predisposición hacia mujeres fuertes, mandonas y frías, ¿le gustaba que ella lo ordenara?, más que nada en el mundo; y si la Dianne tierna y linda le gustaba imagínense a una Dianne adorable y fría, él no cabía de la felicidad. Hay hombres que les gusta recibir malos tratos de bellas damas ¿se sentía culpable?, para nada, nadie puede resistirse a ella, ni en este mundo ni en el anterior.

Adriel había llegado seguido desde entonces, le ayudaba a estudiar e inclusive algunas veces le parecía un muchacho algo interesante, pero nada más... ella no se encariñaba con sus piezas de ajedrez.

-       Adriel, hermano, ¿me enseñas a usar espadas? – preguntó como si no tuviera importancia, estaba guardando sus mejores fichas para después.

-       Dianne, eres mi hermana preferida ¿pero por qué deseas hacer algo tan peligroso?, ya estudias demasiado hermanita ¿y si ahora tus bellas manos se lastiman? – le tocó la cabeza con suavidad mientras se la revolvía.

-       Por favor – lloriqueo, lo volteó a ver con un puchero y unos ojos de perro golden. Sabía que él no se resistía a semejante rostro.

-       Dianne...- El pobre de Adriel estaba anonadado con la hermosa belleza de su hermana ¿Cómo es que era tan linda?, pero era peligroso enseñarle ¿qué no era solo una niña de 7 años? ¿y si se astillaba con las espadas de madera?

-       Hermano – se lo dijo cuidadosamente – ¿es que ya no me quieres? – se volteó con cuidado y le dijo rotundamente – Mejor me busco un hermano más lindo y atractivo que tú – Adriel se quedó callado por un segundo, ¿cómo es que ella le partía siempre el corazón? ¿tal vez no se merecía a una hermana tan linda como ella? ¿O era demasiado sobreprotector con su hermanita? ¿y si alguien más la ve?

Esos estúpidos caballeros, pensó Adriel.

-       ¿o mejor me busco un caballero? – Adriel siguió dudando, su corazón roto no le dejaba pensar – Y yo, que pensaba darle un beso a mi hermano – Dianne se bajó de su silla, estaba lista para dar su golpe final – Tal vez debería de darle un beso a alguien más... - Se retiró con pasos lentos

En 3, 2, 1...

-       Dianne... por favor espera, está bien. Mira, te enseñaré ¿sí? – Dianne levantó sus dos comisuras labiales, ese tonto había caído por ella otra vez. – Te espero mañana a las 5 en el campo, es mejor que no te vean entrenando conmigo ¿sí?, aclaro, solo lo hago porque eres mi hermanita ¿sí?

Dianne se retiró lentamente.

-¿Dianne y mi beso?- suplicó su hermano mayor, señalando sus cachetes con anhelo.

- No te lo mereces... - Le replicó Dianne- ¿la próxima vez me puedes dar el si más rápido?- le dijo tiernamente, mientras dejaba a su hermano solo.

Dianne no cabía de felicidad, sabía que podía meter en problemas a Adriel ¿una princesa aprendiendo el manejo de la espada?, el horario era para no levantar sospechas, se sentía a gusto, ese horario le convenía más que a nadie ¿tal vez, su hermano no era tan tonto como pensaba?

Aunque, es importante aclarar que Adriel lo eligió para que esos tontos amigos suyos no viesen a su preciosa hermana.

Su fase dos como creadora de reyes estaba comenzando, sus planes se habían vuelto algo turbios desde la última vez que lo pensó ¿tal vez ya era más un plan C?, no lo sabía, pero cada paso estaba anotado mentalmente, se los repasaba cada noche, no volvería a desaprovechar su vida otra vez, ya había vivido, no podía aventar otra vida.

Por primera vez  iba a aprender a protegerse a sí misma, no recordaba su muerte ¿pero y si pudo haberse protegido? No iba a permitir que algo o alguien la matara, se protegería con uñas y dientes.

Ya era tarde, la luz de la luna entraba por la ventana y decidió arrancarse uno de sus grandes atributos para salvarse a sí misma.

Tomó su cabello dorado como el sol y se lo cortó.

¿Cómo les va pareciendo? ¿Les cae bien Adriel? Estoy muy emocionada, ya quiero ver a mi Dianne crecer

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¿Cómo les va pareciendo? ¿Les cae bien Adriel? Estoy muy emocionada, ya quiero ver a mi Dianne crecer... aunque falta todavía :(

Nos vemos mañana *-*


Dianne: la verdadera princesa encantadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora