Dianne estaba en otra junta con su hermano y subordinados, y para la mayoría, resolver la crisis financiera del país parecía casi imposible debido a la gran deuda externa con Obelia. El 50% de los impuestos recaudados del país iban para pagarla, y no podían seguir recaudándolos tan exigente-mente si no querían un golpe por parte de la nación.
Cuando Dianne se lo planteó por primera vez, estaba bastante consternada; al autor ni siquiera le importó el país de Sidonia, así que solamente pudo hacer suposiciones del futuro de esta. Lo más probable es que el antiguo rey vendió a su hija –la original Dianne- al emperador de Obelia como ofrenda puesto que Sidonia estaba en banca rota, tal vez duro unos años más por la inestabilidad del país gracias al golpe de estado que da su hijo y por último, y lo más probable, el país cayó en la desgracia o fue aplastado por el próximo emperador. Nunca se menciona el trágico final de Sidonia en el libro, pero es imposible que un país con tal calaña de rey pueda sobrevivir.
― Los tratos siempre son más ventajosos para los países más poderosos ― comentó Dianne, mientras les entregaba varios documentos a todos los presentes ― Sidonia está atado de pies y manos, casi casi nos ponen una correa. Si seguimos así y como ven en la gráfica, no quedará más que nuestras cenizas ― explicó en tanto se lamía su dedo pulgar y aplastaba a Sidonia como a una mosca― Solo hay dos formas para no pagar esa deuda que nos consume, proporcionarnos un poder tan exorbitante para no pagar o renegociarla. Nosotros vamos a hacer las dos.
― Vas a conseguirnos tiempo, ¿no es cierto?, renegociaremos con Obelia dándoles un cebo, disminuyendo la deuda y ganando tiempo. ¿Cuánto tiempo piensas ganar?- preguntó astutamente Iktam.
Dianne sonrió pícaramente, le agradaba que Iktam fuera perspicaz.
― Siete años, aunque tal vez en seis años estemos más que listos.
― No creo que seis años sean suficientes para volvernos una potencia mundial y derrocar Obelia ― manifestó el Conde Wadayar.
―Opino lo mismo su alteza. Es imposible gobernar y hacer de un imperio el continente de occidente en tan poco tiempo, menos aún con nuestra crisis económica, los costos de la guerra son gigantescos ― sostuvo también Marcus.
Dianne estaba de acuerdo, ni siquiera Napoleón Bonaparte podría hacerlo con estas dificultades, más aún, a él le costó casi 20 años crear un Imperio que dominaba prácticamente toda la Europa continental, en seis años era un suicidio, pero ella no esperaba destruir Obelia, solo necesitaba ese tiempo para tener una buena fuerza militar y dinero suficiente para aprovecharse de lo que sabía del futuro.
― El plan no es aplastar Obelia, es destronar al actual emperador ― Expresó mostrando un dibujo del segundo príncipe del imperio de Obelia ― Este es Claude de Alger Obelia. A este niño, lo convertiremos en el próximo emperador.
Su idea constataba de engañar al protagonista de esta historia, aunque no era un total engaño, Sidonia le ayudaría a conseguir el trono de una manera más fácil. La garantía estaba que el futuro de Claude siendo emperador ya estaba escrito, solamente necesitaba ponerlo a su favor y pedirle a cambio beneficios comerciales para su país y saldar la deuda, hasta una linda esposa conseguiría, ya solo quedaba en buscar a una bailarina testaruda para enamorarlo.
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Dianne: la verdadera princesa encantadora
Fanfiction¿Qué harías si despertaras en la madre de la protagonista? Dapinka, una joven universitaria y bailarina de danza oriental, era la chica más indeseable, conocida por coleccionar hombres como si fueran monedas. Ella, reencarnó en la madre de la prota...