Capítulo 4

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-¡Chicos! Tengo algo que deciros - nombró Midoriya para que todos le prestasen atención.

Todos en la clase estaban pendientes de lo que el pecoso pudiera decir, aunque muchos ya podían deducirlo por el gran sonrojo en el rostro de Uraraka y él, o por sus manos entrelazadas.

-Esto... - miró a Uraraka dudoso, ella asintió ante su mirada - Esto... Uraraka y yo hemos decidido empezar a salir. Queríamos que lo supieráis - sonrió tímidamente.

En la clase se hizó un silencio sepulcral durante unos segundos, después empezaron los murmullos y las felicitaciones a la nueva pareja.

-¡Felicidades chicos! - dijo Mina acercándose a ellos con una gran sonrisa - Me alegro mucho por vosotros.

Después de Mina, muchos de la clase felicitaron a ambos, les contaban lo mucho que se alegraba por ellos, que hacían una gran pareja y les deseaban que fueran felices juntos. La clase se quedó un tiempo hablando con la castaña y el pecoso, sobre cómo había surgido todo tan de repente.

Bakugou tras escuchar las palabras de la boca de Midoriya se quedó en blanco, sintió que algo en su pecho se rompía, pero decidió no expresarlo en el exterior. Cuando en la clase ya había un gran barullo por la pareja, Bakugou se levantó de su asiento y salió de la clase en silencio.

Nadie pareció darse cuenta que el rubio se había ido, salvo Kirishima. Cuando Midoriya y Uraraka anunciaron su nueva relación, el pelirrojo guió sus ojos hacia el rubio, y notó que su expresión se había deformado por un momento, después de eso lo observó alejarse y supo que no se encontraba bien.

-¡Me alegro mucho por vosotros! - gritó Kirishima levantándose y pegando un gran golpe en la mesa, con el que todos se giraron a observarle sorprendidos.

Después de eso, Kirishima salió de la clase en busca de su amigo, algo por lo que todos quedaron confundidos, aunque continuaron a lo suyo segundos después.

El pelirrojo recorrió los pasillos, salió al patio, pero no conseguía encontrar al rubio en ningún lugar. No quería dejarle solo en ese momento, Kirishima sabía perfectamente que era la primera vez que Bakugou se enamoraba, que nunca había sentido amor, que nunca le había importado de esa manera alguien, y justo tras decirle que dolerá ver a la persona que le gusta con alguien más, pasaba esto.

Kirishima pensó en como debía sentirse el rubio en ese momento y se le partió el corazón, porque no podía hacer nada por ayudarle si nisiquiera conseguía encontrarlo.

Desde que salió de clase, Bakugou caminó y caminó, hasta no saber ni dónde se encontraba, había llegado a un parque, entonces decidió primero sentarse y reflexionar sobre lo que acababa de pasar.

Hace apenas menos de diez minutos, estaba empezando a darse cuenta de que estaba enamorado de la castaña y ahora se encontraba en un punto sin retorno.

-¡MIERDAAAA! - gritó al aire, para luego esconder su cabeza en las manos, apoyándose en sus rodillas.

La cabeza de Bakugou no cabía a recolectar toda la información. En ese momento sentía que el mundo se le estaba viniendo abajo, lo poco que podía haber avanzado en su relación con la castaña horas atrás, se había derrumbado en tal solo unos segundos, después de la frase "Uraraka y yo hemos decidido salir" escupida de los malditos labios de la persona que más detestaba en el mundo, pensó que todo había acabado, cuando nisiquiera empezó nada.

Sentía que sus ojos se aguaban, el maldito nerd volvía a conseguir algo que él no podía hacer, ni siquiera había tenido tiempo de aclararse sus propios sentimientos sobre la castaña, cuando el nerd ya se la había robado. Bakugou llegó a pensar que no merecía estar triste, que la castaña estaría mejor al lado del nerd.

💕La sonrisa por la que me muevo💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora