Capítulo 5

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-Katchan, podemos hablar un momento - Midoriya llamó la atención del rubio antes de que entrara en su habitación.

-No estoy de humor, Deku - dijo indiferente abriendo ya la puerta de su cuarto.

-¡Espera! - se acercó al rubio y le agarró del brazo impidiéndole entrar en la habitación.

-¡Que no quiero hablar ahora! - le gritó soltandose del agarre del pecoso.

-¡Yo sí necesito hablar contigo! Será solo un momento, Katchan, por favor - observó al rubio suplicante.

-¿Qué mierda quieres decir nerd? - Bakugou se resignó, cruzó los brazos y se dispusó a escuchar lo que el otro tenía que decir.

-Esto... Llevamos desde pequeños juntos, y te considero casi como a un hermano, además de que somos rivales, por lo que me haría muy feliz que aceptaras mi relación con Uraraka - Midoriya no dejó de mirar al rubio en ningún momento.

Bakugou se río por lo bajo, ¿como hermanos?, nunca había escuchado nada tan gracioso de la boca del pecoso. Bakugou no le consideraba un hermano, el pecoso era el extra que nunca pudo quitarse de encima, el nerd que consiguió el don de su ídolo, el estúpido amigo de la infancia que le ganó en una pelea justa. Midoriya era muchas para Bakugou, pero no un hermano.

Aparte del gracioso chiste, Bakugou reflexionó acerca de la segunda parte de la frase del pecoso, ¿enserio el nerd estaba pidiendo su aprobación para salir con la castaña? Si cualquier otro le preguntara, Bakugou respondería que no lo acepta, ¿ver a la chica que le gusta salir con la persona que más detesta?, obvio que no. Pero en ese momento decidió esperar, aceptarlo, y ver a la castaña feliz, aunque fuera con el estúpido nerd. Aunque algo tenía claro Bakugou en ese momento.

-Voy a aceptar que salgas con ella. Pero ten algo en claro, nerd, NUNCA - agarró al pecoso por la camiseta y lo acercó a él, quedando a escasos centímetros - Nunca la hagas daño, o iré a por ti, ¿entendido? - el pecoso asintió y Bakugou soltó su camiseta con fuerza, tirando al pecoso al suelo.

Después de eso, Bakugou entró en su cuarto y cerró la puerta con un portazo. Una vez dentro de la habitación, lo primero que hizó el rubio fue tirarse en la cama, estaba agotado, había sido un día de muchos sentimientos encontrados, emociones fuertes y se sentía sumamente exhausto, como si le hubieran absorbido toda la energía de golpe una vez que entró en la habitación.

Bakugou se giró y tumbó boca arriba en la cama, observó el techo durante unos segundos y no pudo evitar quedarse dormido rápidamente, al menos ese día nefasto había acabado y comenzaría uno nuevo al amanecer.

La luz del nuevo día entraba por la ventana del rubio, posándose en sus ojos, Bakugou hizó una mueca y los abrió lentamente, aunque la luz le obligó a poner su mano sobre ellos. Una vez despierto, se levantó de la cama, se lavó la cara y los dientes, se vistió y salió del cuarto.

Era más tarde de cuando se despertaba habitualmente, por lo que la gran mayoría de los compañeros ya se encontraban en el comedor desayunando. Bajó las escaleras sin prisa y se dirigió hacía la cocina a preparar su desayuno. Antes de entrar en la sala, frotó sus ojos, aún se sentía demasiado cansado. Cuando entró en la cocina, por desgracia Uraraka se encontraba allí también, preparando su desayuno.

-Buenos días Bakugou-kun, te ves cansado - hizo una pequeña sonrisa la castaña para él.

-Sí, tengo algo de sueño - dijo sin mirarla, dirigiéndose hacia el frigorífico.

-Podrías haber dormido un poco más, aún es pronto - dijo sincera.

-Paso - soltó seco y se dirigió hacía la salida, la miró de reojo antes de salir y llevó su desayuno hasta la mesa del comedor.

💕La sonrisa por la que me muevo💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora