Epílogo

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-¡Ochako nos vamos! - grita el rubio desde el final de las escaleras hacia las habitaciones, en el piso superior.

La castaña estaba en la habitación de matrimonio buscando en su joyero el accesorio que deseaba ponerse.

-Mamá, papá dice que nos vamos ya - entró una pequeña niña de cabello castaño algo puntiagudo, y ojos del mismo color.

Uraraka se giro hacia la niña y le dedicó un sonrisa.

-Dame un segundo Hikari, no encuentro mi collar - decía la castaña aún rebuscando en el joyero.

-¿Vienes o qué? - entró Bakugou en la habitación esta vez, se había cansado de esperar abajo y decidió investigar el motivo de la tardanza de su esposa.

-¡No encuentro mi collar Katsuki! - le dijo mirándole fijamente.

El rubio suspiro y ayudó a Uraraka a buscar.

-¿Dónde lo viste la última vez? - preguntó tranquilo.

-Hace un momento lo tenía, lo juro - le miró con los ojos llorosos.

-Hikari, busca en el baño quieres... - se dirigió Bakugou a la niña.

-¡Okey! - dijo ella obedeciendo a su padre y saliendo del cuarto.

Una vez que la niña salió, Bakugou abrazó a la castaña.

-No te preocupes, no puede estar lejos - la intentaba tranquilizar él.

-Era muy importante para mí. Es el collar que me regalaste cuando empezamos a salir - comenzó a sollozar.

-Por eso te dije que no te lo quitaras nunca - sonrió de lado burlón.

-Oye... - le golpeó en el pecho.

-¡Papá lo encontré! ¡Lo encontré! - dijo entrando en el cuarto a gritos Hikari sosteniendo un colgante en la mano.

-¿Enserio? - se sorprendió Uraraka.

-Déjame ver pequeña - se agachó Bakugou a su altura para revisar si era el collar que buscaban.

Lo miró por unos segundos y después acarició la cabeza de su hija.

-Muy bien Hikari, muchas gracias - sonrió, a lo que ella le devolvió una todavía mayor.

-Muchas gracias cariño - dijo Uraraka abrazando a su hija.

-Bien - agarró Bakugou el colgante, pasó sus brazos por los lados de la cabeza de Uraraka y colocó el collar en su lugar - Si es tan importante para tí, no vuelvas a perderlo cara redonda. Y ahora vámonos tenemos unos planes que cumplir - sale por la puerta seguido de Hikari.

La castaña sonrió ante la escena, la pequeña era igualita a ella en apariencia, pero imitaba a su padre en todo, además de poseer un carácter parecido.

Tocó su colgante en forma de estrella, sonrió y salió de la habitación rumbo a la salida de la casa.

Bakugou y Hikari la esperaban ya dentro del coche.

-¡Vamos mamá! - dijo la niña por la ventanilla trasera del vehículo.

-¡Voy, voy! - sonrió la castaña mientras cerraba la puerta de la casa con llave.

Una vez verificó que estaba cerrada correctamente, se volvió hacia el coche y caminó hasta el.

Entró y se sentó en el asiento del copiloto, junto a Bakugou.

Cuando ya estaban todos dentro del vehículo y con el cinturón puesto, el rubio comenzó a conducir.

-¿Veremos a Ryo y Kaori? - preguntó la pequeña cuando llevaban ya algún tiempo de camino.

💕La sonrisa por la que me muevo💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora