Capítulo 10

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A la mañana siguiente, cuando Uraraka se levantó, se dirigió desde temprano al hospital. Al peliverde le daban el alta ese día y la castaña le había prometido acompañarle de regreso a la escuela.

Cuando llegó al hospital, el peliverde ya estaba listo para salir y tan sólo necesitaban la aprobación del médico para hacerlo. Cuando le dieron formalmente el alta, ambos salieron del edificio y se encaminaron de vuelta a la UA.

Mientras caminaban, Uraraka preguntaba continuamente si él se encontraba bien o necesitaba ayuda.

-¿Seguro que estás bien, Deku-kun? - preguntaba la castaña por enésima vez.

-Estoy bien, Uraraka - respondió el pecoso.

-Pero te noto decaído - le miraba ella fijamente mientras caminaban.

Midoriya se paró de golpe, la castaña lo notó unos pasos adelante y se giró a observarle.

-¿Deku-kun? - preguntó la castaña dudosa.

-Uraraka... - levantó la mirada del suelo, donde la mantenía desde que se había parado.

-¿Umm? - respondió la castaña acercándose hacia él.

El pecoso la agarró del brazo y se encaminó a una zona próxima a un almacén, que se encontraba en medio del bosque de la Academia.

-¿Por qué me traes aquí? - preguntó la castaña confundida mirando alrededor.

-Necesito hablar contigo sobre algo... - el pecoso mantenía la mirada fija en sus grandes ojos marrones.

-Claro, puedes decirme lo que sea - respondió ella con una amplia sonrisa.

-Esto... - Midoriya tragó saliva antes de hablar - ¡Uraraka lo siento! - se inclinó a modo de disculpa.

-¿Eh? Por qué te disculpas, no has hecho nada malo Deku-kun - Uraraka agitaba las manos delante de ella nerviosa.

-Uraraka... - volvió a hacer una pausa - Te he engañado...

-¿Con qué? - preguntó extrañada ella con  una pequeña sonrisa.

-Co-con otra chica - respondió el pecoso a la pregunta apartando la mirada de ella.

-¿Eh? - la sonrisa que la castaña estaba mostrando segundos atrás, empezó a desaparecer por momentos después de escuchar las palabras del peliverde.

La castaña se quedó en blanco por unos instantes, mirando incrédula al pecoso, sin poder creer las palabras que habían salido de su boca. ¿Enserio se había atrevido a engañarla, o podía ser una broma? No tenía ni idea, pero si aquello era una broma, no le hacía ninguna gracia.

-Si es una broma no tiene gracia, Deku-kun - la voz de la castaña se quebró en la última palabra, mientras intentaba que las lágrimas no escaparan de sus ojos.

-Enserio lo siento, Uraraka - el pecoso volvió a disculparse y ahí supo que era verdad.

Las lágrimas comenzaron a escapar de sus ojos, sin que Uraraka pudiera controlarlas.

-Espero que puedas perdonarme algún día - nombró el peliverde con sus ojos acuosos, mirándola.

-¿Puedo saber al menos cómo ha podido pasar? ¿He hecho algo mal? ¿Por qué me haces esto? - preguntaba la castaña por explicaciones ante el engaño repentino del pecoso.

-¡No! No has hecho nada mal Uraraka, ha sido todo mi culpa, soy un idiota... - respondía el peliverde ante sus preguntas.

-¿Cuándo? ¿Con quién? - la mente de la castaña no cabía a procesar toda la información, en ese momento tan sólo necesitaba saber cómo y por qué el pecoso había decidido engañarla.

💕La sonrisa por la que me muevo💕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora