[ R E D : mafia game ] Kunyang;Jaeyong;Luwoo

[ ♤ 52 ♤ ]

[ ♤ enfermo ♤ ]

Vio a Taeyong subir a su auto e hizo lo mismo, cerró la puerta con brusquedad y encendió el auto para comenzar a avanzar. En el camino notó el semblante indiferente del peliazul pero, por primera no le importó y lo ignoró, siguió conduciendo con la vista fija en la calle y sin decir nada.

Cuando al fin estuvo frente a su casa, ya era más de media noche y no había ninguna luz encendida. Salió del vehículo y abrió la puerta del copiloto para jalar a Taeyong sin importarle el daño que le provocó aquel movimiento brusco. Lo sostuvo de su cabestrillo y lo arrastró hasta la puerta de entrada, Taeyong soltaba quejidos de dolor que eran súbitamente ignorados.

ㅡY-Yoonoh, ya para.ㅡ rogó el pelizaul pero hizo caso omiso y continuó tirando de él escaleras arriba.

Yoonoh empujó a Taeyong dentro de la habitación, casi tirandolo al suelo. Cerró la puerta fuertemente y le colocó cerradura, se quitó la chaqueta y aflojo el cinturón que sostenía el pantalón en su cintura, lo sacó y apretó el cuero en su mano.

Taeyong lo miró asustado. ㅡ¿Qué haces?ㅡYoonoh lo ignoró y caminó hasta él para volver a empujarlo a la cama, lo escuchó soltar un gemido adolorido pero no le dio importancia y lo tomó por el mentón para mirarlo a la cara.

ㅡ¿Quieres ser un mal gatito? entonces vas a tener que enfrentar las consecuencias.ㅡ soltó el mentón del pelizaul tembloroso y agarró la punta del cinturón, la pasó por su nuca para después pasarla por la hebilla y cerrar la pieza de cuero en el cuello de su chico. Jaló con fuerza y Taeyong tosió con dolor mientras tomaba con su mano libre la parte adolorida.

Yoonoh se alejó aún sosteniendo un extremo del cinturón, obligando a Taeyong a hacer lo mismo para disminuir la presión en su cuello.

ㅡ¿Q-qué estás haciendo?ㅡ dijo Taeyong antes de volver a toser con dolor.

Yoonoh sonrió sinicamente. ㅡTratando de domar un gatito.ㅡ volvió a jalar el cinturón y Taeyong avanzó unos cuantos pasos.

Taeyong se veía tan bonito y vulnerable, el cuero negro apretando en su cuello provocaba miles de sensaciones en Yoonoh, quien no podía quitar la mirada de encima de su chico, deleitandose con su hermoso rostro contraído en miedo y dolor.

Tiró de la correa improvisada y sostuvo a Taeyong de la cintura cuando estuvo suficientemente cerca.

ㅡM-me haces daño. Yoonoh, por favor.ㅡ lo escuchó suplicar y eso le encantó. Taeyong no estaba luchando, se estaba rindiendo. Le estaba rogando, y Yoonoh amaba eso.

Le gustaba el Taeyong rebelde, por supuesto que sí, pero verlo vulnerable y sumiso era muchísimo mejor que lo anterior. Ver las lágrimas llenar sus ojos, la piel de su cuello volverse rojiza y sus labios haciendo una mueca dolorosa, era lo más hermoso que Yoonoh había visto en su vida, y se dijo a sí mismo que quería tener a Taeyong así todo el tiempo.

ㅡ¿Vas a ser un gatito obediente o tendré que buscar una linda correa para adiestrarte?ㅡ preguntó mientras enrollaba el cinturón en su mano y Taeyong gemia de dolor, tratando de acercarse más a él para que la presión dejara de ser tan dolorosa.

Cuando Yoonoh sintió que el peliazul estaba demasiado cerca, dejó quieto el cinturón en su mano y acercó su boca a la de Taeyong para tomarla en un beso forzado. Apretó los dedos en la piel de su cintura y un gemido ahogado salió de la boca del peliazul.