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[ ♤ manos ensangrentadas ♤ ]

La oscuridad jamás había sido un problema para él, toda su vida estuvo rodeada de ella, pero estando sólo en esa gran casa y con un abrecartas en sus manos, sentía que la oscuridad estaba absorbiendo lo último de su cordura.

No sabía exactamente dónde estaba, sólo había corrido a cualquier parte de la casa para esconderse. Estaba sentado en el suelo, junto a lo que suponía era un mueble, tenía las rodillas juntas en su pecho y el agarre en el mango del abrecartas era firme pero tembloroso.

Tenía frío, sentía miedo y estaba seguro que en cualquier momento dejaría soltar un sollozo y Yuta lo encontraría.
Quería con todo su ser poder dejar de llorar, pero sus ojos veían una y otra vez la sangre brotar de la garganta del pobre Minghao. Quería vomitar de sólo recordar el color de la sangre que se vertió en esa sala.

Cerró los ojos para tratar de calmarse y estaba a punto de ponerse de pie para buscar una ventana que dejara entrar la luz de la luna, pero escuchó pasos lentos y pesados, acompañados de la suave melodía de un silvido.

Aterrador, simplemente eso.

Aguantó la respiración por varios segundos hasta que los pasos dejaron de escucharse cerca de él, entonces suspiró tembloroso y lentamente se puso de pie, afianzó el agarre en su única arma para defenderse y comenzó a avanzar de manera lenta y muy silenciosa, casi caminando de puntillas.

Hizo el menor ruido posible y tanteó con una de sus manos para no golpearse con los muebles, continuó lento y silencioso hasta toparse con la baranda de la escalera, levantó su pie y encontró el primer escalón, entonces comenzó a subir despacio y totalmente nervioso.

Finalmente logró subir todos los escalones en silencio y apoyó su mano en la pared para poder guiarse, quería intentar ir a una de las habitaciones y salir por la ventana aún si era muy alto y podía lastimarse.

El silencio se vio interrumpido cuando su pie chocó con una pequeña mesita con un jarrón de flores encima.
El cristal cayó al suelo, partiéndose en muchos pedazos y haciendo un horrible estruendo.

El miedo comenzó a recorrer cada una de sus venas y tuvo que quedarse quieto porque los nervios ya le estaban dando otra mala pasada.

Varios minutos pasaron y no se escuchó nada más, Sicheng pensó que tal vez el japonés no lo había escuchado o no había descifrado de donde provenía aquel ruido.

Suspiró aliviado y con la punta de su pie corrió los cristales rotos de manera lenta.

Un pasó se escuchó un poco lejos de él y decidió quedarse quieto para no llamar la atención.

ㅡTe encontré.ㅡ sin pensarlo mucho corrió encima de los cristales, lastimando sus pies apenas cubiertos con calcetines.

Corrió a ciegas y con el dolor latente en las plantas de sus pies, podía escuchar los pasos detrás de él y sentía que ya casi iba a alcanzarlo. Jadeó cansado y estampó su hombro en la puerta de alguna habitación, entró rápidamente y cerró de un portazo. Se alejó unos cuantos pasos y sostuvo firme el abrecartas en sus manos, apuntando directamente a la puerta y preparado para atacar a Yuta si entraba.

Uno, dos, tres minutos pasaron y Sicheng no escuchaba nada, pero sabía que el japonés estaba del otro lado de la puerta, tenía ese presentimiento horrible.

[ R E D : mafia game ] Kunyang;Jaeyong;Luwoo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora