Nosotros, los gatos, somos libres,
porque nacemos carentes, hasta de amor.
No recuerdo un 14 de febrero acompañada.
Estuve años casada y el amor no fue exactamente el festejo en esa relación.
Recuerdo a Lucas.
Comencé a asomarme al mundo luego de romper por enésima vez mi eterna relación unilateral. Otra vez él se llamó a silencio y a esconderse. Lo que yo daba ya no era suficiente. Y se alejó.
Entonces el ocio de Badoo hizo suyo.
Yo, 38 años, Lucas 24.
Charlamos durante semanas, hablar de la cultura pop, la vida y lo frágil que es ser joven se nos hacía divertido. Como el sexo.
Yo sabía que él estaba roto por un amor no correspondido. En eso éramos iguales.
Éramos nuestros mutuos parches.
Tratamos de saciar esa soledad eterna en una persona que no es la ideal.
Luego de hacer el amor, nos abrazábamos, sabiendo que en días eso desaparecería.
Es la ilusión de vivir con sentimientos destrozados.
La eterna esperanza de los débiles.
Ese 14 de febrero del 2020 me preguntó que haría por la noche. Luego, vendría la cuarentena que justificaría la incomunicación. Excusas, eternas excusas.
Tácitamente supe que no debíamos hablar de la fecha.
Él necesitaba olvidar momentáneamente que su ex novia, la chica del barrio, su primer amor, no estaría con él.
Yo era el puerto más seguro para aliviar las penas; y por unas horas olvidar las mías.
Vino a casa y como si nos amaramos de toda la vida festejamos lo que ambos sabíamos era una farsa.
Sin embargo, la esperanza, esa droga elitista del amor y certera al dolor que nos obliga a pensar en ella.
Esa madrugada, decidió no esperar al amanecer , presuroso, se marchó sin un beso.
Quizás la culpa lo arrebató y la fidelidad callada que proveía a su diosa se vio mancillada.
Esa noche, ambos nos sentimos contenidos en un amor fugaz, de esos que no tienen tiempo ni espacio; no por ello, dejan de ser exactos y perfectos.
El amor en sí es una institución volátil y personal.
Cada persona establece cómo sentirlo y cómo darlo.
Aún así, fue mi mejor recuerdo del día de los enamorados.
ESTÁS LEYENDO
TAB: Todo Antes Brillaba
Short StoryLa mente no se enferma. Pero el cerebro, sí. Y cuando éste adolece, la mente crea laberintos entre la genialidad y la depresión. Una paciente bipolar decide narrar en micro-cuentos musicalizados sus paseos en el parque inestable de las emociones...