Creación.

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Nacer mujer es un acto de rebeldía.

Él un Rey.

Ella una Reina.

Ambos gobiernan su amor a base de la admiración y la belleza que generan.

Él es bondadoso, justo y sabio. Balancea sus defectos de soberbia y vanidad.

Ella es hermosa, presumida, amorosa y fértil. Elegante y paciente esconde sus defectos de manipulación bajo una sonrisa cautivante.

Deseaban la llegada de una niña.

Una princesa repleta de la dulzura de las aguas del río pero con la inteligencia y justicia del fuego. Fuerte como piedra, mansa como el agua de un manantial.

Querían una hija... una mujer.

Sólo ella podía representar todo eso. Una fémina puede batallar en la guerra, ser sanguinaria y tenaz; a la vez gobernar una casa con amor y tolerancia.

Esa noche decidieron robar los cuerpos de dos simples mortales, e hicieron el amor como en las viejas leyendas que aún narran en los templos que los venera. Se amaron como cuando él volvia de conquistar las tierras de sus enemigos y ella lo esperaba diligente y perfumada entre las pieles de la pasión. Una sonrisa de ella postraba al Rey a sus pies. Y ella, Reina paciente lo recibe de brazos abiertos para curar su cansancio.

El fuego se introdujo en su vientre y ella lo acunó en las aguas dulces de su río interior.

Creció la vida... abundante y fuerte.

Siempre regida por el Rey la niña continuó creciendo en ese vientre prestado, mientras sus verdaderos padres la observaban crecer desde sus reinos.

El día que nació el Rey Xango escribió en su eterno libro la historia de estrategias y justicias de su hija, mientras la Reina Oxum aportaba la dulzura y belleza del amor a las páginas que su compañero tocaba. 

Así nació una amazona sin historia. Creció peleando batallas, curando heridas, y amando pacientemente a su alrededor. Sobrevivió cuando no debía. Porque su naturaleza nephilim impedía que dejara de ser mortal.

 Se convirtió en una mujer que derrotó a sus enemigos más adversos y protegió a los más débiles, mientras su madre curaba las heridas de las batallas.

Esta extraña princesa sobrevivió a los abusos,  vejaciones, abandonos, injurias; y forjó un imperio donde el amor gobierna todo. 

Perdurar gobernando los miedos.

Donde ser mujer representaba mucho más que procrear. Ser mujer representa la libertad de gobernar su propio destino.

Quizás este libro sea su historia.

O tal vez sea el pretexto de la memoria femenina.

En alabanza a las mujeres capaces de resucitar en letras: Leidy

TAB: Todo Antes BrillabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora