Linaje.

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No me creí capaz de concebir la vida. 

Pero lo logré.

La Pachamama nunca dudó.


El llanto descontrolado alteró los efectos somnolientos de la anestesia.

El telón azul que separaba mi visión del resto del cuerpo, solo dejaba traslucir algunas manos que profanaban mi vientre.

El andar ajetreado de las enfermeras y los doctores elevaban los temblores de mi cuerpo.

—No te duermas— me dijo el anestesista mientras pellizcaba mis mejillas.

El sueño amenazaba con gobernar. El bebé continuaba llorando. Moví mi cabeza desesperada en dirección a los gritos.

—¡¡ Quiero verla por favor!!— suplique entre dientes.

Sobre una mesada de acero envolvían a la pequeña. Arrebolada de tanto gritar no le importó que los ecos agudos de sus pulmones llenarán la sala fría del quirófano.

Una enfermera bajita, morena y de hermosos ojos verdes se acercó a mí con el universo entre sus brazos.

¡¡Olha que mocinha mais bonita!!*— me dijo en portugués.

Los cachetes regordetes colorados de tanto gritar, descansaban junto una incipiente sonrisa que delataba la belleza guerrera de sus orígenes.

Quise mover mis brazos pero atados a la camilla del quirófano me impedía abrazarla. 

La narcosis parecía actuar sobre mis sentimientos adormecidos hasta que el cuerpo volviera a su normalidad.

La enfermera la acercó a mi rostro y con un beso sereno en sus mejillas cerré un pacto que iniciaría una batalla legal, espiritual y emocional en los años venideros.

Luego, la oscuridad del sopor se adueñó de mí. 




Nota de Traducción:*¡¡Mira qué muchacha más bonita!!

TAB: Todo Antes BrillabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora