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Fushiguro veía el lugar vació, con molestia. Aunque no lo admitiría en voz alta, se había acostumbrado a la presencia de Ryomen. Dejo la botella en el suelo y se acerco a su compañera, que en cuanto estuvo a pocos metros, le lanzo el bastón. 

-Progresaste bastante, claro que no llegas a mi nivel pero ya dominas el bō, este sera el ultimo entrenamiento, el viernes es el encuentro y debemos descansar.- 

-¿Pero no deberíamos entrenar? todavía faltan practicar movimientos.-

-No es necesario, ganaremos, ademas... el cuerpo necesita descanso, tu cabeza debe estar harta de golpearse contra el suelo.- Comenzó a reír para luego defenderse de un ataque del pelinegro. -Espero que tengas esta misma energía el viernes.- Chocaron los bastones y terminaron por alejarse. -Tu amigo, no vino hoy.- Comento, estiró la espalda con ayuda del bastón.

-El no es mi amigo, es hermano de mi compañero de clase.-

-Deja de mentir, veo que estas feliz cuando esta aquí, ademas no creas que no los vi cuando practicaste con el en una ocasión... tengo que reconocer que se mueve bastante bien.-Fushiguro asintió levemente.

Estacionaron el auto en la calle frente al hospital, en cuanto pararon, Yuji bajo y corrio a la entrada del lugar. Gojo lo siguió, el pelirosa miraba de un lado a otro en busca de su gemelo, Ryomen estaba sentado al final de todo.

-¿Como esta? ¿Te dejaron verlo?.- Pregunto. Gojo estaba en recepción averiguando por el abuelo de los jóvenes.

-No lo se y no.- Ryomen había visto llegar a su hermano y miro curioso al mayor que se acercaba.

-Aun lo siguen atendiendo, me dijeron que cuando terminen nos llamaran.-

-Gracias.- Yuji se sentó y suspiro, se rasguñaba la mano con las uñas, hasta que Gojo lo detuvo.

-Trata de concentrarte en otra cosa.- Había tomado asiento al lado del menor, bajo la atenta mirada de Ryomen, que no entendía el porque estaba allí.

Toji miraba fijamente al animal frente a el, estaba sentado en el sillón de la sala, mientras que el felino estaba acostado en sus piernas, mirándolo fijamente, maldijo esos ojos azules hipnóticos. Miro nuevamente el reloj, eran las ocho y veinte de la noche, Gojo debería haber salido hace dos hora de la escuela y debería haber llegado ya al departamento. Paso otra vez su mirada al gato y sonrió.

-Bien, deberás conformarte conmigo.- Tomo a Sora y lo puso en la caja en la cual había llegado, era claro que Satoru no volvería ahora, no quedaba otra que llevarlo el mismo al veterinario. Se paro frente a la entrada y saco su celular para escribir un mensaje, quería verificar que ese idiota le hubiera escuchado y no se acercara a Gojo ni a Megumi. Una vez listo, guardo nuevamente el aparato y salio del lugar.

Gojo escucho su celular sonar y trato de no moverse demasiado, Yuji se había quedado dormido en su hombro, mientras que Ryomen en el de Yuji, ambos fruncían el ceño, eran tan parecido cuando se veían enojados. Resistió el impulso de tomar una fotografía y vio el mensaje.

<<¿Todo en orden?>>

¿Es que ese hombre no tenia trabajo?, era claro que se había quedado en el departamento, tendría que echarlo en cuanto llegara, aunque en el fondo le gustaba que estuviera ahí con el, después de todo el y Megumi estuvieron con el, cuando paso lo de Getou.

<<Todo en orden>>

Una medica se acercaba a ellos y tuvo que mover a los chicos, haciendo que ambos se quejaran al mismo tiempo.

-¿Ustedes son familiares de Itadori Wasuke?.- Su voz tan fría y distante, combinada con su cara seria, realmente era preocupante.

-Si.-

OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora