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La casa de los Itadori siempre era ruidosa, no por risas o discusiones sin sentido, si no por gritos de odio, portazos y llanto desmedido. 

Los gemelos; Yuuji y Ryomen peleaban por la mas mínima cosa, por el control del televisor o simplemente si alguno se quedaba mirando fijamente al otro. Pero su comportamiento se debía a que sus padres también discutían por todo, no les importaba gritarse enfrente de sus hijos, como tampoco les importo golpearse. 

Era una rutina que todos los días se escucharan gritos y portazos provenir de la casa de los Itadori. Los vecinos no querían seguir involucrándose con ellos, ya que nunca terminaban en algo justo, la policía hacia la vista gorda y todo seguía de la misma manera.

Esa tarde de otoño no fue diferente a las demás, los primeros en pelear fueron los chicos seguidos de sus padres. Un vecino estaba dejando la basura en el cesto cuando vio a los dos adultos irse en su auto, le pareció extraño que luego de la discusión se fueran juntos pero solo miro la casa una vez mas y siguió con sus tareas. 

Los gemelos estaban durmiendo cuando alguien toco la puerta, Yuuji que no podía dormir, fue el primero en levantarse, encontrándose a su abuelo en la puerta y su rostro lleno de lagrimas. Su estomago se revolvió, era la primera vez que veía así a su pariente y esperaba ser la ultima. 

Esa noche en la que su abuelo fue a buscarlos, fue cuando sus padres murieron. Se vieron obligados a mudarse a Tokio, dejando a sus amigos y rutina atrás pero sobre todo dejando a sus padres. 

Cinco años después

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Cinco años después

Ryomen miraba el reloj con impaciencia, ya solo faltaban veinte minutos para que comenzaran las clases, a pesar de que su apariencia decía a gritos "chico malo, me importa todo una mierda" era solo eso, una apariencia, la verdad es que si le importaba; tal vez no demasiado, pero le importaba la escuela, siendo casi uno de los mejores promedios en la secundaria y normalmente llegaba a tiempo, a menos de que hubiera algo importante o alguien que lo hiciera retrasarse pero este no era el caso. 

—Voy a dejarte si no te apuras, infeliz —grito irritado. Ryomen veía una vez mas el reloj y se puso de pie. Si no fuera por ordenes de su abuelo, estaría de camino a la escuela abandonando por completo a su estúpido hermano. 

—Puedo ir solo —Yuuji jugaba con fuego—. Ademas ¿Desde cuando haces lo que te pide al abuelo? 

—Increíble que diga esto pero tienes razón, cuidarte no es mi trabajo —Tomo su bolso y se acerco a las escaleras y dijo:— Espero que recuerdes el camino pedazo de mierda. 

Ryomen tomo sus audífonos y pego una nota en la puerta de la cocina. 

«Si es inteligente lo vera»

Yuuji escucho la puerta cerrarse y suspiro cansado. Bajo las escaleras, terminando de abotonar su chaqueta negra. 

—Idiota —murmuro para si. Tomo su bolso y una tostada que había quedado del desayuno— Claro que recuerdo el camino. 

OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora