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Ese día sus padres murieron por un accidente de auto, cuando su abuelo contó lo ocurrido, Ryomen dirigió todo su odio hacia Yuji. Culpable, esa palabra dicha una y otra vez hasta que se grabara en fuego en su mente. 

Pero sus padres murieron por sus propios problemas, no fue su culpa que su relación estuviera al borde del abismo que cada pequeña brisa los tambaleara; de alguna u otra forma hubieran terminado de caer. Su abuelo también tomo su propia decisión y el no podría haber evitado su muerte. Ryomen, no lo entendió y tal vez no lo haría nunca, pero el lo hizo, le tomo tanto tiempo y ahora finalmente esa cicatriz comenzaría a desvanecerse. 


-Yuji... sabes, todas las personas cometen errores, errores tan graves que uno piensa que no merecen perdón. Pero, algunas veces el perdón nos es para esa persona, si no para uno mismo. Dejar ir el rencor, el odio y seguir adelante. 


Yuji, abrió los ojos y los cerro con rapidez por la luz que entraba por la ventana. Rezongo y quiso abrazar a su pareja pero cuando estiro el brazo estaba el solo. Ahora si se sentó en la cama y miro de un lado a otro, confundido. 

-¿Satoru?

Busco su teléfono en la mesa de luz y este no prendía; estaba sin batería. Miro una vez mas a la ventana y por fin su cerebro pareció responder; La escuela. Salio de la cama corriendo hasta el otro cuarto para buscar el cargador y su uniforme. 

-¡Satoru! -grito y al no tener respuesta se quejo-. Maldito te fuiste sin mi. 

Tomo el bolso, se puso los zapatos y salio corriendo del departamento. 

-No voy a cocinas por una semana. 

Ni siquiera tenia su celular con el, ya ni recordaba la hora que vio en el reloj de la cocina. Se sentía tan confundido, no sabia la hora ni si quiera recordaba el día. Pero de algo estaba seguro, era tarde y lo sabia porque el conserje de la escuela estaba cerrando el portón. Luego de rogar y rogar, finalmente pudo pasar. 

Vio a Nobara en la puerta, pensó en que quería saltarse de nuevo las clases pero algo en ella era extraño. De brazos cruzados pero mordía la uña de su dedo nerviosa; tal vez algo de sus toc se le había pegado. La chica no pareció notarlo hasta que estuvo a menos de dos metros; estiro los brazos, apretando los puños, totalmente alterada. 

-Yuji... se enteraron. -dijo en voz baja, como si decirlo fuera algo realmente difícil. 

¿Enterar? ¿Quienes? ¿De que? . Se puso nervioso por el tono que uso su amiga y cuando estaba por preguntar, un estudiante se acerco a el, apoyando su mano en su hombro. El presidente. 

-Itadori Yuji, el director esta esperándote en su oficina -dijo firmemente. Hizo un ademan para que lo siguiera y ambos entraron. 

Itadori no lo sabia, no tenia como, por la noche se había dormido entre los brazos de Satoru y ni siquiera había puesto a cargar el celular; con las miles de llamadas perdidas de Megumi y Nobara. Las etiquetas en una fotografía y los miles de mensajes desconocidos. 

Cuando estuvo en el pasillo, parecía ser el centro de atención, todos lo miraban y murmuraban pero ni siquiera discretamente; fue así como lo supo. 

-Así que ese es... 

-¿Es de primer año, no? 

-Imaginar que esta con un profesor y encima es un hombre... 

-Que asco.

-Que mal... me gustaba el profesor Gojo, era muy apuesto y ahora esta arruinado. 

OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora