16

1.7K 247 52
                                    

-...porque yo también estoy enamorado de ti, Yuji Itadori.- 

Aún podía sentir sus labios sobre los suyos, posó dos de sus dedos sobre ellos, riendo por el recuerdo de la tarde anterior. Giro su cabeza, viendo el reloj en la pared, estaban por llegar tarde y Ryomen no se había levantado, se puso de pie y subió. Pensó en las veces que lo dejo durmiendo y lo había abandonado a su suerte, tenia todo el derecho a devorarla, pero simplemente no era capaz. Abrió la puerta despacio, viendo un bulto en la cama, bulto que era su hermano. Prendió la luz, ganándose un insulto y que le tirara la almohada a la cara.

-Vete a la mierda.- Le vio la cara y aguanto la risa. Su cabello estaba totalmente desordenado, el ceño fruncido y los ojos entrecerrados. No entendía como alguien podía enojarse a penas despertar. 

-¿Ahora que te hice? llegaremos tarde a clases.- le devolvió la almohada. 

-No me importa, cierra todo al salir.- se cubrió la cabeza con las mantas y Yuji apago la luz, cerrando la puerta tras de si. 

Ryomen siempre era un dolor de cabeza pero se convertía en el peor dolor de cabeza cuando estaba enojado, deprimido o cualquier sentimiento fuerte. Paso por el cuarto de su abuelo, viendo como dormía, quedándose unos segundos para comprobar que estuviera respirando. Dejo una nota de compras que había que hacer y salio. 

Camino, completamente perdido en sus pensamientos, no dejaba de pensar en la tarde con su profesor. Nunca se había sentido de esa forma, ni siquiera con Junpei, en cuanto ese nombre apareció en su mente, la culpa lo invadió. Doblo en la cuadra de la escuela, encontrándose a Fushiguro, quien parecía bastante distraído, ya que le grito varias veces, no fue hasta que toco su hombro, que lo noto. 

-¡Hola! ¿Te sientes bien? pareces distraído.- el chico lo miro, ausente. -¿Fushiguro?.- se puso frente a el, tomándolo de los hombros. 

-¿Que?.- enfoco su mirada en Itadori, desasiendo el agarre. -Lo siento, no dormí bien anoche, estoy cansado.- siguieron el camino. 

-Parece que Ryomen tampoco durmió bien.- miro de reojo la reacción del pelinegro, para volver su vista al frente. Reconoció a Nobara con Maki en la puerta. 

-Buenas.- saludo en cuanto se acerco a las chicas, quienes voltearon a la vez. 

-Hola.- Nobara, miro con atención a Yuji, pero no dijo nada al respecto. 

Itadori, miro a un lado, viendo ese auto negro, que le era bastante familiar, se estaciono dentro de la escuela y no pudo evitar sonreír. 

-Recordé que tengo algo que hacer, nos vemos en clase.- se despidió. Camino lo mas rápido y normal que podía para que no sospecharan tanto. 

La puerta del auto negro se abrió y salio su profesor, Yuji lo veía desde el pasillo de las maquinas expendedoras, parecía un modelo, la camisa blanca prendida dejando los últimos dos botones de arriba sin prender. El pantalón negro ajustado, marcando los músculos trabajados de sus piernas, pero finas. Se puso un tapado negro que le llegaba hasta las rodillas. Afirmaba, era el hombre mas apuesto que había visto, alzo su mano, captando su atención, lo vio como miraba de un lado a otro y se acerco a el. 

-Buenos días, Yuji.- le acaricio el cabello, dejando un beso en ellos. -Tu cabello siempre huele a lavanda.- 

-¿Si? ¿le gusta?.-

-Me gusta.- lo tomo de la mano, acariciando los lastimados que ya habían cicatrizados. -A pesar de que quisiera quedarme contigo, tenemos que entrar a la clase. Que estemos saliendo, no significa que te regalare las notas.- 

OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora