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Ryomen se levanto mas temprano que de costumbre, estaba sentado en la cama aun medio dormido, miro a su derecha, con la poca luz que entraba desde la puerta, pudo visualizar a su hermano que dormía completamente cubierto con una manta. Se levanto, arrastrando los pies llego al baño. En cuento prendió la luz, cerro los ojos, tardo bastante en acostumbrarse a la luz blanca y se lavo la cara con agua fría, esperando que eso lograra despertarlo. Estaba cansado no había dormido temprano como acostumbraba, ni siquiera recordaba que era lo que lo había tenido despierto hasta entrada la madrugada.

Bajo a la cocina, donde calentó el agua para el café. Su teléfono vibro por la llegada de un mensaje, era de Fushiguro, que al parecer ya estaba saliendo de camino  a la escuela. Busco su uniforme y preparo un cambio de ropa para la practica, Yuji había cambiado de posición, estaba boca abajo con su almohada cubriendo su cabeza. Se resistió de estirarle los pies para asustarlo, pero no podía perder el tiempo en comenzar una pelea. Dejo una nota en la puerta de la habitación y salio.

Megumi había preparado todo en el gimnasio y estaba estirando cuando escucho que alguien se acercaba.

-Me debes una por hacer que me despierte mas temprano con este frió.- aunque era primavera, los últimos días habían estado bastantes frescos. -Bien, déjame cambiarme y comenzamos.- Se acerco a uno de los bancos, donde dejo su bolso. Sentía la mirada del pelinegro en su espalda y a pesar de que le gustaba que lo miraran, ahora estaba siendo algo incomodo. -¿Sucede algo con mi trasero?.- pregunto burlón, sin voltear a verlo.

-¿Cual trasero?.- aunque sabia que el Ryomen estaba bien dotado, quería jugar con el.

-Ya veras cual.- Termino de ponerse la remera y camino hasta la colchoneta. -Hay que comenzar.- Se puso en primera posición al igual que Megumi.

El primer paso lo dio Itadori, quien no acostumbraba estar a la defensiva, era de los que ataca y piensa en el momento. Yuji y Ryomen habían asistido a clases de artes marciales, aunque Yuji las dejo luego de un tiempo. Paso su pierna entre las del pelinegro, amagando un golpe por lo que Megumi perdió el equilibrio, cayendo al suelo. Bajo la mirada y mientras se ponía de pie, aprovecho para avanzar de manera rápida y ágil, tomando la muñeca de Ryomen y lo volteo. El golpe resonó por el gimnasio, chasqueo la lengua, viendo como una sonrisa arrogante, se forma en los labios del azabache. Levantándose de un salto, comenzaron de nuevo. 

-Espero que tus neuronas estén ilesas por la caída, claro si es que tienes algo allí arriba.-provoco el pelinegro, mientras esquivaba los golpes.

-Si alguien le falta algo ahí arriba es a ti, de tantas caídas me sorprende que sepas coordinar.-

Habían estado así por mas de veinte minutos, ninguno parecía querer abandonar. Megumi estaba agitado, su nuca dolía y sus muñecas estaban doloridas. Ryomen lo tomo del brazo y en un rápido movimiento lo tiro al suelo, se puso encima de el, dejándolo sin posibilidad de salida.

-Yo gano.- comento agitado, presiono su rodilla contra su muslo y le estiro el brazo. Megumi se dio cuenta que no podría salir de la situación y se rindió. En cuanto Ryomen lo soltó se sentó. -Estas listo para hoy.- miro el reloj y en diez minutos comenzaría la primera clase. -Hay que irnos.- Dijo poniéndose de pie. Megumi lo imito.

-No llegues tarde.- termino por decir, Ryomen lo miro extrañado, pero luego recordó el mensaje de aquella vez.

-Puedes estar seguro que estaré en primera fila, pero asegúrate de que no te maten.- Fushiguro asintió y salio del lugar.

Caminaba a su aula, mientras abotonaba su chaqueta negra. En cuento doblo por el pasillo, escucho las risas y voces de sus compañeros. Nobara y Yuji no podían hablar bajo y hacerlo significaba demasiado esfuerzo para ambos. Entro llamando la atención del dúo, que callaron al verlo.

OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora