Buscar a Edmund

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-Es imposible- digo-yo solo soy una chica de Church End, ¿cómo podría ser parte de una profecía?

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-Es imposible- digo-yo solo soy una chica de Church End, ¿cómo podría ser parte de una profecía?

-Y nosotros de Finchley – dice Susan – gracias por su hospitalidad, pero ya tenemos que irnos.

- No pueden irse – dijo el castor con un tono desesperado.

- Tenemos que salvar al señor Tumnus – dice Lucy.

-Esta fuera de nuestras manos – le responde Peter mientras él y Susan se paran – lo siento, pero los 5 tenemos que irnos – agarra gentilmente mi mano para que me levante ya que seguía pensando en que hacer- Ed, ¿Ed?, lo matare – dijo Peter enojado al ver que Edmund no estaba.

-¿No será necesario – dijo el castor – Edmund había visitado Narnia anteriormente?

Salimos rápido en busca de Edmund hasta que llegamos a una colina y desde ahí vimos cómo se adentraba a las puertas de un gran castillo de hielo, pero no de cualquiera, sino que el de la bruja blanca.

-¡Edmund! – grito Lucy.

-¡Shhh!¡Te van a oír!

Peter se movió rápido con la intención de ir en busca de su hermano.

-¡No! – le dije asustada, mientras el señor castor y yo lo agarrábamos – si vas ahora los atraparan a los dos.

-Ella tiene razón, es una trampa y él es la carnada – me apoyo el castor.

-¿Qué? por qué? – pregunta Susan asustada.

-Quiere evitar que la profecía se cumpla, por ende, nos quiere muertos – les dije mirando las puestas del castillo cerrarse.

Dirijo mi mirada a Peter que se encontraba muy alterado, decidí tomarle la mano y mirarlo a los ojos para brindarle consuelo, al ver esos ojos azules tan embriagantes sentí como el se echaba la culpa por lo que pasaba.
Inconscientemente extiendo mis brazos y le doy un abrazo, el cual me corresponde apoyando su cabeza en mi cuello.

-Todo esto es culpa de ustedes dos – nos dijo Susan a Peter y a mí.

-¿Nuestra? – dijimos los dos separándonos un poco y dirigiendo la mirada a Susan

-Les dije que volviéramos, no quisieron escuchar y miren lo que paso.

-¿Entonces sabias lo que pasaría? – pregunto Peter enfadado.

-Claro que no lo sabia.

-¿Entonces como lo íbamos a saber nosotros? – dije irritada.

-Por eso deberíamos habernos ido – exclamo Susan.

-¡No peleen! – dijo Lucy – eso no salvara a Edmund.

-Tiene razón – dijo el castor – solo Aslan lo puede salvar ahora.

-Pues llévanos con el – dije.

Fuimos a la casa de los castores nuevamente para preparar las cosas y así podernos ir.

De pronto escuchamos aullidos y ladridos.comenzamos a preparar las cosas más rápido ya que los lobos estaban fuera de la presa y estaban a punto de entrar.

El señor castor nos guió a través de un pasadizo que supuestamente tenia salida a la casa de su amigo el tejón.

Estábamos tan asustados y nerviosos que tropecé con una rama y Peter me tomo de la mano para poder ir más rápido.

Escuchamos a los lobos dentro del túnel y nos movimos más rápido, Peter nos ayudó a salir y el señor castor y yo tapamos la salida con un barril.

De pronto Lucy tropieza con unas estatuas que había ahí con formas de animales, cuando el señor castor las vio se puso muy triste, debido a que resulto ser su amigo el tejón y su familia.

Dios mío, sus rostros eran de terror, no pude seguir mirando.

-Lo siento mucho cariño.

-Era mi mejor amigo – dijo el castor.

-¿Qué les sucedió? – pregunte.

-Es lo que pasa con los que hacen enojar a la reina– dice un zorro que aparece de detrás de unas rocas.

-Un paso más, traidor y te hago papilla – le dice el castor.

-Tranquilo, soy de los buenos.

-Pues estas tan feo que pareces de los malos – le comenta el castor.

-Un desafortunado parecido familiar –dice el zorro- después hablamos de eso ahora tienen que escapar.

-¿Y que tienes en mente? - le pregunta Peter.

El zorro nos hizo subirnos a la copa de un árbol, mal momento para tener miedo a las alturas a decir verdad.

Vimos como los lobos salían del pasadizo y rodeaban al zorro interrogándolo, en un momento uno de los lobos acarra al zorro y lo hace chillar de dolor, dolida al presenciar como lastimaban al can, angustiada apoye mi cabeza en el hombro de Peter el cual se sorprende y comienza a acariciarme para que me calme, luego de que el zorro les da una pista falsa, los lobos se van y bajamos del árbol.

Dios todo esto era tan rápido y surreal

Al estar abajo, hacemos una fogata para descansar. Yo intensaba ayudar a la señora castor con la herida del zorro que nos había ayudado.

-¿Estás bien? – pregunto Lucy, al escuchar las quejas de dolor de el zorro.

-Ojalá su ladrido fuera peor que su mordisco- respondió este.

- Lo siento – dije al ver el chillido doloroso que lanzo el zorro mientras limpiaba su herida.

-Ya está, no te muevas – dice el castor – eres peor que mi esposo cuando se baña.

-El peor día del año – comenta el castor intentando sacarnos una risa.

-Gracias por su gentileza, pero no hay tiempo para curar mis heridas – dice el zorro mientras se levantaba.

-¿Te vas? – pregunta la pequeña Pevensie

-Ha sido un placer, mi reina y un honor- dice haciendo una reverencia -pero el tiempo vuela y Aslan me envió a que reúna más tropas.

-¿Has visto a Aslan?

-¿Como es? – preguntan los castores.

-Como todo lo que hemos oído- responde- estarán felices de tenerlo a su lado contra la bruja.

-No vamos a luchar contra ninguna Bruja – habla Susan.

-Pero si la reina Elaine – dice mientras los castores me miran.

-¿Como saben que soy yo, la persona que necesitan? – pregunto algo confundida.

- Tu mismísimo nombre dice que eres tú Elaine – me dice la señora castor.

-¿Por qué? ¿qué significa? – pregunta Peter

-Elaine: luminosa y bella como la aurora – dice el zorro emocionado – realmente es usted.

-Son necesarios en esta guerra- nos dice el castor.

Cruzo miradas de preocupación con los 3 hermanos Pevensie y observo sus miradas llenas de culpabilidad y angustia sabiendo que es lo que los preocupaba realmente.

-Solo queremos encontrar a Edmund – les respondo y bajo la mirada.

Esto era una locura.

Corazón de guerrera| Peter PevensieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora