Mortifagos || Draco Malfoy || Theodore Nott

VI

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PARTE 6 CONFESIÓN

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Empezaba el mes de octubre y con esto varias cosas, la primera es que Draco tenía en mente un collar, era una idea estúpida, darle un collar a alguien de Hogwarts para que fuera entregado a Dumbledore, ni siquiera sabía por donde comenzar, todos los fallos que tenía el plan.

-Es estupido y alguien puede salir lastimado- dije, en uno de los pasillos, Draco me seguía, iba hacia mi dormitorio cuando me lo encontré.

-Emma, no lo entiendes, se me acaba el tiempo, le di vueltas al asunto y... Tal vez funcione.

-Alguien puede salir lastimado Draco, no voy a estar ahí para verlo- lo mire y luego se fue sin decir nada.

Al día siguiente era nuestra primera salida a Hogsmeade sabía que lo haría, en serio no me podía concentrar en otra cosa, por mas que lo intentará, así que, cuando el sol se empezaba a ocultar busque a Malfoy, y cuando lo encontré tenía una cara más palida de lo normal, estaba a medio camino hacia Hogwarts, Zabini me lo había dicho.

-¿qué paso? - me senté a su lado, él estaba sentado y recargaba su cabeza sobre sus rodillas, algo andaba mal.

-Vete de aquí Willow.

-Sabes que no lo haré- no lo iba a presionar, creo que solamente necesitaba que alguien estuviera a su lado y eso haría.

-Nada, salio bien.

-¿A qué te refieres?

-Le di el paquete a Bell y ella... Lo abrio, esta en la enfermería.

Sabia que le dolía por eso no dije nada, lo podía escuchar en su voz rota, en como sus ojos estaban cansados de llorar, en la forma en la que apretaba los puños.

-Draco... - mi voz salio en un susurro, me acerque a él, lo rodee con mis brazos- lo que paso, tienes que solucionarlo.

-¿Cómo?

-Se que no te agrada la idea, pero tienes que decirle a Snape, él podra averiguar que hacer ante el hechizo, pero debes decírselo.

-Lo haré - recargo su cabeza en mí.

Asi nos quedamos varios minutos, cuando de repente Draco saca algo de su bolsillo, eran unos cigarros.

-Lo que te había traído - me los extendio, yo los tome.

-Creo que lo dejare un tiempo, pero gracias.

Los oculte debajo de una piedra y después me volví a sentar a lado de Draco, el sol se oculto y después bueno Draco tenía cosas que decirle a Snape.

Han pasado varios días después de lo de Katie Bell, Draco no anda muy bien, ya no come, ni arregla el armario como antes, solo se pierde su mirada, Bell esta en San Mungo y se que Draco no estara bien hasta que sepa que ella se encuentra mejor eso y el hecho de que Snape lo presiona con la oclumancia lo tienen cansado.

-Draco... - estábamos en el salón de Menesteres pasaban de las 9 y Draco se había paralizado.

-¿Qué pasa? - me pregunto, moviendo su cabeza.

-¿Qué es lo que te sucede? Llevas mas de 10 minutos con la mirada pérdida.

-Si, Snape me mata con sus lecciones y luego Bell... Bueno ya sabes- se quedo viendo el piso.

-Oye, tengo una idea, que tal si practicamos entre los dos.

-¿Oclumancia? - levanto su carita y se me quedo viendo con esos ojos de dolor.

-Claro conmigo no sentirás la presión de Snape, vamos ¿si?

-Esta bien- tomo un banco y se sento enfrente de mi, deje mi libro y me acomode mejor.

-Bueno, solo trata de no dejar que entre en tu cabeza y por nada del mundo entres a la mía ¿trato?

-¿Qué es lo que no quieres que vea? - ahora tenía una sonrisa sinica en su cara.

-Nada, solo no lo hagas.

-Esta bien.

Estuvimos practicando dos horas, era agotador estaba cansada, Draco había mejorado demasiado, casi no me dejaba entrar a su cabeza nunca.

-Una última vez Ariana, ya casi lo tengo.

-Draco en serio estoy cansada.

-Yo también.

No quería aceptar pero Draco, parecía otro, no habia pensado en otra cosa que no fuera ganarme.

-Es la última, chico Malfoy.

-Claro Willow.

Hice el hechizo y de repente, Draco no pudo detenerme estaba en él, y vi muchas imágenes todas en velocidad rápida, su madre llorando por su padre, Azkaban, el momento en que Voldemort le dijo que tenía que matar a Dumbledore y de repente me vi fue tan corto el momento, fue en clase de pociones yo estaba anotando algo y él por alguna extraña razón estaba viéndome, de repente ya no vi nada, me saco, con un contra hechizo.

Grite que no, pero no me hizo caso, estaba en mi cabeza y él estaba viendo a mi padre, no lo podía sacar, ahora veía a Theo, como llore en mi habitación al escribir la carta y como lloraba cada vez que regresaba de alguna misión, de repente lo vi, era Draco en la noche del baile, estaba esperando que se fijará en mi, me encontré a Pansy en el baño, me dijo que me veía horrible, toda la escuela sabía que babeaba por Draco y él nunca se fijaría en mi, ya era suficiente, junte la rabia y el dolor para sacar a Draco de mi mente.

Cuando los dos recobramos la consciencia, tome mis cosas y me dispuse a irme, pero Draco me tomo del brazo.

-Suéltame, te dije que no te metieras en mi cabeza- le grite, quitándome su brazo de encima y viendo hacia el piso.

-Lo siento... No quería entrar , pero no podía sacarte de la mía.

-No me importa, solo me quiero ir.

Así fue, me fui, no podía creer, que Draco viera aquellos recuerdos, que por mucho tiempo me atormentaron pero ya eran cosa del pasado.

Al día siguiente no quería ver a Draco, pero el me esperaba a fuera de la sala de Ravenclaw y fue inevitable.

-Vamos a la torre- le dije, iba por delante y bueno él me seguía al llegar, Draco se sentó en un escalón y yo me recargue en el barandal, viéndolo.

-¿Qué quieres que te diga?

-Nada, solo quiero decirte que yo... No lo sabía.

Era en serio, solamente quería decir eso, sonreí un segundo.

-Draco, eso no cambia nada o dime si en ese momento te hubieras enterado ¿qué habrías dicho, cambiarían las cosas?

Se quedo en silencio, ambos conocíamos la respuesta.

-No nos hagamos tontos, no cambiaría en nada- me quede viendo ahora mi mano, no podía verlo.

-Yo antes era un imbécil, andaba por ahí insultando a todos, vamos cuando sentí un poco de atracción hacia Granger la lastimaba más.

-Draco, en serio...-levante mi mirada, me sorprendió que se había parado, se acercaba a mi.

-No me hubiera perdonado, si te hubiera tratado mal, agradezco a verte conocido ahora... - puso cada mano a un costado mío agarrando el barandal- eres la mejor persona que he conocido en mucho tiempo y quiero tratarte así, siempre.

Nos quedamos viendo unos minutos.

-Eres lo único que me queda ahora.

En ese momento lo abrace y él dejo caer su cabeza en mi hombro.