Mortifagos || Draco Malfoy || Theodore Nott

XI

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PARTE 11 FELIZ NAVIDAD

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La mañana era fría, el viento parecía que quería derrumbar, mi casa, estaba desayunando sola, mi padre se había ido, él tenía a muchas personas que curar, era su trabajo, ese día en especial me desperté y realmente sentía un vacío enorme en el pecho, lo ahogaba comiendo demasiado, eso explica el porque de tres empaques de galletas, me levanté, y me dirigí a lavar los platos, una actividad sin mayor ciencia que me llevo casi toda la mañana, la verdad es que lo que estaba postergando, era la cena de esta noche, ponerme el vestido que teníamos que llevar para no desentonar, arreglarme, tener que ver a la persona que más odio y por la cual mi vida ha sido una miseria.

La tarde la ahogué leyendo unos libros acerca de encantamientos, para la escuela, estaba tratando de mantenerme ocupada, cuando escuché que alguien abrió la puerta de mi cuarto.

-Ya es hora- dijo mi padre, aún en el marco de la puerta, me giré para verlo.

-¿Nos iremos pronto?

-Claro, al igual que tú no soporto estar con... bueno ya sabes quien.

Hubo un momento de silencio, creo que ambos pensábamos en la agonía del otro.

-¿Has practicado oclumancia? ya sabes que no se le puede ocultar nada.

-Claro padre, con Draco- y eso me recordó algo importante- ¡Draco!

Rápidamente me dirigí tome el reloj de mi escritorio-¿Qué pasa hija?

-Le prometí a Draco que nos veríamos antes de la cena, se me olvido por completo.

Empecé a sacar el vestido de mi armario.

-¿Quieres que te ayude?

-No, estaré bien, necesito solo 5 minutos para arreglarme.

-Espero y lo hagas bien, sabes que el señor tenebroso, no perdona.

-Si, papá, ahora podrías salirte, para que terminé de arreglarme.

En cuanto escuché la puerta cerrarse, me puse el vestido, solté mi cabello, le puse una crema para peinar y lo sostuve con algunas pinzas que encontré, no solía maquillarme demasiado, así que me puse un poco de rubor, lápiz labial y las zapatillas y me fui corriendo hacia la casa de los Malfoy.

Cuando llegué a la puerta, mostré mi invitación, pero en lugar de dirigirme hacia el salón fui al patio trasero, donde vería a Draco, todo estaba resplandeciendo el lugar estaba hermoso, por fin vi a Draco acostado en nuestra banca.

-No puedes doblar el traje, se va a enojar- fue lo primero que dije, se paro primero por el susto, pero después de verme se relajo pero paso a una mirada más interesada, seguramente, porque nunca me había visto tan elegante-, quita esa cara, tampoco es como que me viera mal todos los días.

Simplemente sonrío y por lo que pude ver se había puesto nervioso-me esta matando, desde la mañana, no dejan de hacerme preguntas y mi madre se pone a llorar muchas veces cuando me vé.

-Draco...

-No, lo peor, es que al llegar ayer de la estación, me estaba esperando, en el despacho de mi padre, nadie me dijo nada, pero lo sabía en cuanto mi madre dijo que era mejor que me apurara y vi a Alecto siguiéndonos... y me dijo lo mismo de siempre, que el tiempo se acaba "Tic tac Draco" es lo único que escucho ahora.