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Después de lo acontecido en la fiesta, nuestras vidas volvieron a la rutina, nada pasaba en realidad después de lo de Bell, Draco ya no volvió a ser el mismo, luego veía como se le quedaba viendo a la mesa de los leones, tal vez buscando alguna información sobre la salud de ella, pero lo único que se supo fue que se la llevaron a San Mungo, entre más rápido pasaba el tiempo, más se acercaba navidad, a Draco y a mí se nos habían dado instrucciones de que teníamos que regresar a Londres, Draco tendría que decir como iba como su misión.

Iba saliendo de la biblioteca, pero en eso sentí que alguien me toco el hombro, al voltearme me di cuenta que era Theo, tomo los libros que iba cargando.

-Pensé que jamás saldrías de ahí- nos empezamos a dirigir a mi dormitorio o ahí era a donde yo me dirigía.

-¿Me estabas esperando?

-Me gusta llamarlo casualidad- nos sonreímos, seguimos caminando así en silencio.

-¿Qué es esto?- dijo, viendo uno de mis cuadernos, era mi cuaderno de dibujo.

-Nada, solo algo que he estado haciendo últimamente ...

En eso empezó a hojearlos, me moría de la pena, ya que los primeros eran gritos, tortura y las siguientes 20 paginas eran dibujos de Draco, no aguanté más y se lo quité.

-¿Emma que significa...

-Nada, solamente... déjalo pasar, por favor.

Empecé a caminar, pero su agarre en mi muñeca me detuvo- sabes que el va hacerte daño ¿cierto?

-Theo...-me solté y solamente nos quedamos viendo, hasta que me fui, cosas extrañas estaban pasando con Draco, una parte de mí no quería la vida que Draco y yo compartíamos quería que todo volviera a la normalidad, pero la otra parte quería estar con él y necesitaba de él para que el día tuviera colores.

Al día siguiente.

Había echo mi baúl días antes para que nada se me olvidará, el regreso de Hogwarts a mi casa, era de lo más extraño, desde que el tren venía medio vacío, hacía más frío y en general todo se veía más gris.

Me senté en el primer andén que venía vacío, me acomodé para recargarme en la ventana y poder ver el paisaje, en eso escucho como se abre la puerta, no hacía falta girarme para ver quien era, la verdad es que en este momento quería estar sola, porque sabía lo que me esperaba al llegar.

-¿Preocupada?-dijo, ahora su voz se escuchaba delante de mi, no quise voltear, solamente continué viendo el panorama.

-Más bien, decepcionada, no hay vuelta atrás ¿Cierto?

-Si, eso parece.

Así nos quedamos en silencio, creo que debieron de pasar al menos una hora, porque llego alguien más y abrió la puerta y para mi sorpresa era Parkinson pero no solo ella, atrás se escondía Greengrass.

-Draco, tenemos que hablar.

-¿Sobre qué?- esta fue la primera vez que vi a Draco, tenía la misma expresión que yo, de no querer llegar, pero aparte se le veía la preocupación en su cara.

-Es algo que te puede interesar.

-Pansy lo que tengas que decir...-se acomodo en su asiento y volteó hacia donde estaban, creo que ver a Greengrass lo dejo en silencio.

-Te dije, es importante.

Nadie dijo nada por lo que parecieron más de 5 minutos, Malfoy veía a Greengrass y ella se había puesto colorada, Pansy estaba desesperada.

-Si Draco, vamos- fueron las palabras de Greengrass, a lo que Draco me volteo a ver lentamente, para después pararse e irse con ellas.

Al llegar a la estación lo primero que hice fue ir a buscar a mi padre, no sé que habría pasado con Malfoy pero ya no regreso. Vi a mi papá casi en la salida, nos saludamos simplemente con la mirada y después de algunas preguntas acerca de la escuela, nos fuimos a la casa, se veía destrozado de la cara, se le notaban cada vez más las ojeras y parecía que envejecía por cada día que pasaba.

-Emma, tengo que decirte, que el señor tenebroso, preparo una cena esta noche y debemos de asistir.

-No puede ser- dije, dejando caer el tenedor en la mesa.

-Lo sé Emma, pero créeme estoy haciendo lo que este en mis manos para que estés lo más alejada de esto...- se le empezaron a llenar los ojos de lagrimas y sostuve su mano.

-Nos irá bien.

Después de la cena, desempaqué las pocas cosas que había llevado y me senté en mi cama, era increíble como las cosas habían cambiado en cuestión de meses, estaba concentrada en mis pensamientos, cuando escucho que una lechuza quiso entrar a mi cuarto, abrí la ventana y la dejé pasar, traía una carta, la tomé y le di de comer.

La carta era de Draco, me estaba explicando que iban hacer la cena en su casa, no lo expresaba pero por la forma en que escribía se notaba que la noticia más que parecerle algo alegre, le molestaba, de último me decía que quería que nos reuniéramos antes de la cena, en el jardín trasero de su casa.

Contesté la carta y la lechuza de Draco se fue.




Mortifagos || Draco Malfoy || Theodore NottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora