Mentiras

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Suspirar no acanzaría para expresar mi cansancio, mi necesidad de llorar, y mi odio hacia Momo. Sus ojitos desafiantes, sus bostezos. Ese vestidito todo formal, los zapatos altos negros, su cabello planchado, sus labios rosados, sus ojos con una sombra castaña. Verla verse las uñas, dibujar en una libreta, mirar al jurado, volver a mirarme sonriendo maliciosamente. Me hacía querer romperle la cabeza con un plumón, clavandolo en su cráneo hasta romperlo por completo, sacar su cerebro y triturarlo con una masa. Cortarle manos y pies, azarlos, entregárselos a algún perro, hacer papilla con sus ojos y meterlos por su garganta con una cuchara...

Tenía a su manipuladora abogada a su lado, siempre diciendo esas cosas que dice cuando las dice, siempre calculadora, inteligente, ocurrente.
¿Su nombre? Park superhijadeputa Jihyo, la segunda persona que más odio en el mundo; La primera es Momo, y obviamente la tercera es la persona que decidió que usar mayonesa en los fideos era una gran idea, esa persona merece la muerte por darle esos gustos horribles a mi ex esposa y, por poco, a mi propio hijo; Con la típica apariencia de "ME GUSTA DECAPITAR NIÑOS ANTES DE COMER, PARA CONDIMENTAR LA COMIDA CON SU SANGRE". Es bastante guapa, PERO TODA SU GUAPURA SE LE ESCAPA CUANDO ABRE SU TREMENDA BOCOTA, LA MUY CONHESUMADRE. Ojalá se la coman las ratas, mientras le cortan los dedos CON UN CORTADOR DE FIAMBRES, y le introducen UN AUTOBÚS POR EL CULO.

Vamos bastante bien, discuten sin parar como abogados. No entiendo lo que dicen, pero mi defensa me dice que vamos bastante bien. Al parecer a la tal Park se le había escapado una cosita bastante importante, por lo tanto lograron ganarse un poco más de probabilidades de que yo tuviera a mi hijo; o a la mitad; de que pudiera abrazarlo antes de dormir, hacerle el desayuno, verlo crecer, ayudarlo con todas sus tareas, verlo con novia o novio, llevarlo a la escuela, llevarlo a acampar, ver pelis, molestarlo, jugar videojuegos (En los que soy buenísima 😎). Pero, cuando finalmente tenía un poco de esperanza, Momo parecía preocupada porsu futuro y mis abogados se habían confiado un poco, se pide un receso de una hora, de parte de la Hija de puta, para revisar unos datos, o un no sé qué.

Mi gran defensa y yo salimos juntos. Encaminados a una habitación en la que hablaríamos, mientras ellos discuten entre sí, mis ojos se encuentran con una señorita de cabellera rubia y vestido, quien me saluda con un movimiento de mano.— Oigan... —Les interrumpo a los hombres.

— ¿Si?

— ¿Me necesitan para algo importante?

— Debes prepararte para tu declaración, lo de hablar pausado, no alterarte, no hablar de más...

— Lo hemos practicado mil veces, y no voy a tranquilizarme pronto si no hago esto...

— Está bien, nosotros nos encargaremos de todo esto, pero no olvides nada, no hagas ninguna locura, ni bebas, y no tardes demasiado. —Mis ojos fueron a Mina.

— No se preocupen, será breve. —Entraron a la habitación y yo me acerqué a la chica, totalmente cegada.

— Jeongyeon. —Dijo alegre al verme caminado hacia ella.— Lamento llegar tarde, tuve un contratiempo... —La tomé de la muñeca con fuerza y la arrastré hasta una habitación vacía, en la que habían unos archivadores y un escritorio, trabé la puerta y la senté en una mesa.— ¿Estás bien?

Comencé a besar su cuello desesperadamente, sin pensar en nada, mientras mi mano se arrastraba por su pierna, como un soldado caído que no quiere morir.

Me separó de su cuello y me hizo mirarla a los ojos.— Jeongyeon, háblame. —Cerré los ojos y dejé caer mi cabeza en su pecho.

— No me pasa nada, Mina. —Dije enojada.

— ¿Nada? Nunca te comportas de esta manera, estás... —Acarició mi cabello.— Perdida.

— No sé de qué hablas. —Respiré hondo sobre su escote.

Mantenimiento - Jeongmi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora