Frío

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Hacia tanto frío que por un momento Daryl pensó en mantener la fogata prendida con alguien vigilando pero todos parecían demaciado cansados mientras acomodaban en el suelo cubriendose lo más posibles con sus prendas.

La única que no parecía estar cansada y no tener frío era...

-¿Que pasa, Dixon?- pregunto Jayden contenta mientras se acercaba al cazador que se encontraba sentado bastante lejos de donde Rick apagaba la fogata -no has comido casi nada.

-Estoy bien- fue la única respuesta del hombre al tiempo que se giraba a mirar a la chica y al ponerle más atención notaba que llevaba, debajo de la enorme sudadera, un bulto que se movía de manera apenas perceptible -Llevas ahí a la pequeña patea traseros- entonces escucho las contenidas risas de la chica que no hacía más que cubrirse los labios mientras apretaba a la bebe contra ella.

-¿Que tipo de nombre es ese?- pregunto por fin Jayden a Daryl que no pudo evitar sonreír mientras veía la cabeza de la bebé emerger dentro de la sudadera de la chica.

-El que le puse yo- respondió el cazador sin saber porque aunque la respuesta de la chica fue la que lo dejó más impresionado.

-Si tu llegases a ser el padre de mis hijos te aseguró que no te dejaría elegir sus nombres- apenas la chica había terminado de decir esa frase cuando cayó en cuenta de lo que había pasado y la sonrisa desapareció de sus labios y se giró de lleno hasta Daryl que ya la miraba con esa mirada tan profunda. Tan suya -Oh dios... Disculpa... No se que rayos estoy diciendo...- dijo mientras se daba la vuelta para marcharse sin embargo no había dado un paso cuando escucho la fría voz del hombre decir "Ve, deja a la niña y vuelve".

No podía mentir, se sentía levemente asustada con aquella situación sin embargo tampoco podía decir que no necesitaba ese momento a solas con el cazador.

Lo había admirado desde que lo había conocido, era distinto a Merle y a todos los hombres que ella había conocido. Fingiendo no tener conciencia pero al mismo tiempo teniendola...

-Carl- llamó al joven Grimmes que se giró para mirarla con ojos brillantes y una enorme sonrisa. Había notado que casi no sonreía a su padre pero a ella no había parado de sonreirle. -¿Puedes sostener a la linda linda Judith?- pregunto mientras se levantaba la sudadera y con extremo cuidado sacaba a la niña.

-Si, claro- respondió Carl mientras tomaba a la niña con tanto amor que un sentimiento extraño la recorrió de pies a cabeza.

Carl amaba tanto a su hermana que habría sido capaz de morir por ella.

-Ahora vuelvo- dijo la chica con un sonrisa mientras volvía donde el cazador la esperaba.

Jayden había dicho algo que lo había hecho sentir extraño. El con hijos... El con ella... Ella con todos ellos.

Ellos...

-Ahora si... ¿Que pasa, Daryl?- pregunto la joven sabiendo que esa no iba a ser una charla que le gustaría tener.

-¿Ya no te duele?- la pregunta era fría y directa. Justo como a el le gustaba sin embargo en el rostro de la chica apareció un mueca de desagrado y asco mientras bajaba de manera casi inconsiente las manos hasta posarlas sobre su vientre.

-Un poco- respondió Jayden mientras se dejaba caer en el suelo junto al tronco de un arbol y Daryl la imitaba, estaban algo alejados de la fogata así que se encontraban bastante fuera del campo de visión de sus compañeros de grupo, lo que les otorgaba algo de privacidad mientras charlaban de ese tema tan complicado -solo si me muevo demaciado- respondió ella como haciéndolo menos aunque de inmediato pudo sentir los ojos de Daryl recorriendola de pies a cabeza deteniendose demaciado tiempo en sus caderas y luego en sus pechos para ir a parar a su rostro.

-¿Que tanto es demaciado?- pregunto nuevamente el cazador sin saber realmente porque lo hacía, más sin embargo cuando vio la expresión fría y determinada de la chica casi sintió que podía dar una respuesta a esa duda.

-No quiero hablar sobre esto, Dixon- dijo ella mientras miraba el cielo y apenas pudo ver la luz de la luna filtrarse por los pocos espacios que había entre las hojas de los árboles al tiempo que pensaba en una manera de salir de esa situación sin parecer una cobarde.

-Pensaba que hablar sobre eso o sobre cualquier otra cosa te daba igual- gruño el hombre mirando intensamente a la chica que en ese momento se giró hacia el y sin pensarlo salto sobre este para sentarse a horcajadas sobre las piernas del cazador que no rechazo el contacto.

-¿Que esperas escuchar?- pregunto Jayden mientras se inclinaba sobre el y rozaba de la manera más sexy que pudo sus labios contra los de el que respondió quedándose quieto e inescrutable. Como si la cercanía de la chica le diera igual, aunque la potente erección dentro de sus pantalones decía todo lo contrario. -¿Quieres que te diga que soy una puta?- pregunto nuevamente mientras se inclinaba y besaba el cuello del hombre que se mantuvo quieto a pesar del contacto que le quemaba mientras Jayden deslizaba con maestría las manos dentro de la chaqueta del cazador acariciando con lentitud su torneado pecho -¿Quieres escuchar todo lo que ellos me hacían mientras tu dormias?- ella no tenía la más mínima idea de que era lo que estaba haciendo mientras sentía la erección del hombre rozar con naturalidad su propio sexo, más sin embargo le quedaba bastante claro porque lo hacía mientras levantaba levemente las caderas y las dejaba caer sobre las piernas de Dixon que siguió quieto e inescrutable.

-No- respondió el hombre un segundo antes de ponerse de pie y apartarla dejándola caer de senton en el suelo -espero que me digas que estas bien- y con eso el cazador se dirigió rápidamente hacia el grupo intentando ignorar la dolorosa erección que se apretaba contra sus pantalones. Más sin embargo apenas había dado un par de pasos cuando una mano se sostuvo a la suya y nisiquiera se molestó en fingirse molesto.

-Estoy bien, Daryl- afirmó ella con una sonrisa que el cazador no vio pero sintio y sin poder evitarlo apretó la mano de ella para darle a entender que la había escuchado.

Al llegar a la fogata ambos se sentaron recargados al tronco de un arbol y pocos minutos después la respiración profunda y tranquila de la chica lo hicieron darse cuenta de que ya se había quedado dormida.

No había ruido a sus alrededores, no había viento. Sólo había una tranquila calma que lo arrullo levemente mientras se giraba para mirar a Jayden que se encontraba con la cabeza cayendo hacia atras en un ángulo extraño y completamente arropada con la enorme sudadera gris.

Se veía tranquila e indefensa.

Sabía perfectamente lo que debía hacer con ella.

Debía protegerla costase lo que costase. Con su vida si era necesario.

-Nada ni nadie va a volver a lastimarte- afirmó Daryl que cerró los ojos y dejó que la noche cayese sobre el.

- The force of Thunder - Daryl  Dixon (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora